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Chillán presenta tres emergencias por material particulado fino

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Norma de PM 2,5 ha sido superada 24 veces este año en esa ciudad. También registran altos índices Temuco y Santiago. La Tercera, 31 de mayo 2012.

Altos índices de contaminación por material particulado fino (PM 2,5), uno de los más finos y dañinos presentes en el aire, se han registrado en Chillán, en la Región del Biobío. Los datos fueron proporcionados por las secretarías regionales ministeriales de Medio Ambiente y el Departamento de Física de la Universidad de Santiago.

En esa comuna ha habido tres días con niveles de emergencia por esta polución este año. El mayor índice se dio en la estación de monitoreo Purén (dentro de la urbe), con un peak máximo de 280 puntos. Además, han ocurrido siete alertas y cuatro preemergencias.

Según los datos oficiales, la ciudad supera cinco veces el máximo permitido por el promedio máximo que debe haber por día: 50 microgramos por metro cúbico en 24 horas.

Este material -emitido en procesos de combustión industrial, vehicular y quema de biomasa- puede agravar enfermedades respiratorias y cardíacas, según detallan los contenidos de esa normativa que está vigente desde enero pasado (ver infografía).

El seremi de Medio Ambiente de la VIII Región, Pedro Navarrete, señaló que esa comuna junto a Los Angeles (que también tiene altos índices) serán declaradas zonas saturadas por la presencia de este agente, por lo que se aplicarán medidas especiales. “Estos niveles se dan por el uso deficiente de calefactores a leña”, aseguró. En las redes sociales como Twitter también se han formado cuentas donde se informa día a día de las condiciones ambientales como Aire_Sur_Chile.

El escenario similar se da en Temuco, en la Región de La Araucanía, donde se han registrado tres emergencias ambientales por este tipo de contaminación, siete preemergencias y siete alertas en lo que va del año.

Andrea Flies, seremi de Medio Ambiente de La Araucanía, dijo que, al igual que el Biobío, esa cuenca está afectada por partículas derivadas de la leña utilizada por la población para la calefacción y cocina. Debido a las concentraciones cada invierno se registra un aumento en las infecciones respiratorias, por lo que la seremi de Salud de esa región, preparó un plan de contingencia para enfrentar aumentos de enfermedades, lo que incluye la habilitación de salas en el hospital.

La seremi de Medio Ambiente de la Región de O’Higgins reportó que ha habido sólo una alerta por esta sustancia en lo que va del año, pero que han contabilizado ocho días de superación de la norma vigente. Marcelo, Mena, investigador del centro de Sustentabilidad de la U. Andrés Bello, aseveró que “lo más grave es que esto no se informa de manera educativa a la población”.

Alertas

De acuerdo con el análisis del investigador del Departamento de Física de la U. de Santiago, Patricio Pérez, desde abril a la fecha han ocurrido una preemergencia y siete alertas ambientales. La estación de Cerro Navia ha sido la que ha registrado algunos de los episodios por este contaminante, con un peak de 110 puntos el 21 de mayo pasado.

La seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana informó que las cifras de las estaciones no son válidas aún para este tipo de material, sino que debe haber al menos un año de registro continuo.

Mientras, el investigador de la Usach tiene una visión contrapuesta: afirma que hace más de tres años se monitorea este contaminante en forma ininterrumpida, por lo que “sí se puede informar a la población de estos datos con claridad”. 
50 microgramos por metro cúbico por dia como maximo establece la ley para PM 2.5 al día corno promedio.

Surgen discrepancias por los efectos contaminantes de la leña

Entre la Intendencia de Santiago y el Cenma de la Universidad de Chile. Mientras Álvaro Erazo dice que ésta representa el 12% de las emisiones anuales, expertos afirman que son más y concentradas en 5 meses. El Mercurio, 10 de junio de 2008.

Entidad de la U. de Chile pide su prohibición total en otoño e invierno, pero autoridad precisa que sólo se impide su uso en los días críticos.

Día a día es más ostensible e inquietante para la salud la contaminación del aire en varias ciudades del país, en las que el factor leña es uno de los emisores más contaminantes que aún no tienen solución.

Santiago -con sus 6 millones de habitantes- no es la excepción y, por el contrario, la situación se hace más apremiante para encontrar una salida.

Mientras, existen diferencias notorias incluso entre las propias autoridades calificadas en el tema.

Así, por ejemplo, el intendente de Santiago, Álvaro Erazo, explica que la leña aporta el 12% de la contaminación total de la ciudad en el año, es decir, en un promedio de enero a diciembre.

Pero, de inmediato, el Centro Nacional del Medio Ambiente (Cenma), de la Universidad de Chile, explica que tal dato puede llevar a confusión y hasta a engaño.

“Esto, porque la contribución de cada sector (contaminante) se mide en toneladas/año, y la quema de leña se produce en un período de cinco meses, durante 5 horas en el día y en horas de mayor estabilización atmosférica”, dice el Cenma en su comunicado del 1 de junio pasado.

Añade que esto apuntaría a que, largamente, las emisiones de leña son las que tienen el mayor impacto en la calidad del aire por material particulado grueso (PM10) durante la época de otoño e invierno y en días de episodios críticos, de abril a agosto.

Según el Inventario de Emisiones 2005 -elaborado por la UC, y que es el último que se tiene-, la combustión mediante leña produce 693 toneladas al año de contaminación en PM10, y 674 toneladas anuales en material particulado fino (PM2.5).

Pero no son sólo ésas las discrepancias. También surgen al momento de adoptar medidas en el Plan de Gestión de Episodios Críticos, con el que no cuentan varias ciudades y que se ha solicitado a las autoridades ambientales, especialmente a la Conama.

El Cenma pide “prohibición total de uso de leña como sistema de calefacción domiciliaria en el período otoño e invierno”. Ello no ocurre, y la intendencia sólo aplica tal prohibición por 24 horas en alertas, preemergencias y emergencias ambientales.

Iniciarán masiva campaña para certificación de leña

Humedad, mal uso y falta de tecnología ecológica entre las principales causas. Se busca reducir altos niveles de contaminación provocados por el producto.

Este jueves se dará el vamos a una inédita campaña que busca “limpiar” la imagen de la leña como combustible.

Según la Corporación de Certificación de Leña, la contaminación provocada en el sur podría disminuir considerablemente si se le enseña a la gente a usar de mejor manera la leña y los equipos que operan con este combustible, objetivo de la iniciativa, considerando que es la tercera fuente energética en el país, luego del petróleo y el gas.

“El factor crítico de la contaminación no es la leña, sino la cantidad de humedad, el tipo de equipo y la forma de uso que se le da a ésta”, afirma Andrés Venegas, secretario ejecutivo de la Corporación de Certificación de Leña, impulsora de la campaña.

A modo de ejemplo, una estufa a leña en condiciones ideales con baja humedad, uso correcto y adecuada tecnología, como la combustión lenta, genera 50 mg/m° (microgramos por metro cúbico) de material particulado en comparación con los 6.600 mg/m° de un aparato usado con leña en altas condiciones de humedad, mal uso del tiraje y equipo no adecuado, como ocurre con las chimeneas.

Crítica proyección de esmog por estufas a leña en Santiago

Estudio revela que en 2010 contaminarán más que lo que hoy emiten camiones a diésel.

Con 693 toneladas de humo al año, las 60 mil estufas residenciales a leña contaminan más que los autos y las micros. Para 2010 se espera que su número crezca a 94 mil aparatos y su contribución al mal aire en al menos 813 toneladas.

En días de invernal frío, la batalla contra el esmog en Santiago reflota un tema que hace poco no preocupaba tanto como hoy: al emitir 693 toneladas anuales de tóxico material particulado (PM10), las estufas a leña pasaron a contaminar más que los autos y los buses, que lanzan 516 y 316 toneladas respectivamente, situándose sólo detrás de las industrias (1.266 toneladas) y los camiones a diesel (763 toneladas), según el inventario de emisiones 2005 entregado en mayo de 2007 por la Conama.

No es todo. La contribución al esmog capitalino de las chimeneas residenciales sigue en alza dado el crecimiento de un mercado dominado en un 90% por las marcas Bosca, Amesti y en menor grado Pucón. Hoy, se estima que en la Región Metropolitana funcionan 60 mil de estos calefactores, cifra que en 2010 crecerá a los 94 mil que, de una bocanada, emitirán entre 813 y 971 toneladas de humo al año.

Así lo revela un estudio encargado por la Conama Metropolitana a la empresa Gamma Ingenieros y publicado en abril de 2007, documento con el cual el Intendente de Santiago, Álvaro Erazo, intentó sin éxito prohibir este año el uso de estufas a leña en la capital pero que, en otro intento y con un nuevo informe bajo el brazo, pretende borrar del mapa en 2009, según comentó a este diario el 22 de abril pasado.

Más que las industrias

Como sea, el estudio de Gamma va todavía más allá, pues proyecta que a la actual tasa de crecimiento de la venta de estufas, para 2.015 habrá en Santiago entre 127 mil y 146 mil calefactores que aportarán entre 1.349 y 1.509 toneladas de PM10, una cifra que incluso supera a las actuales emisiones que lanzan al aire las grandes industrias.

La cantidad de PM10 que emitirá la calefacción residencial urbana en 2010 y 2015 se explica, por cierto, por el aumento del número de estufas y de la leña necesaria para que cumplan su función: si en 2006 se quemaban 58 mil toneladas al año, para 2010 el dato crecerá a 94 mil toneladas anuales, y para 2015 se estima que llegaría hasta 146 mil toneladas.

El estudio de Gamma es parte de la documentación con la que la autoridad ambiental trabaja medidas para el Plan de Prevención y Descontaminación del Aire de Santiago. Por lo mismo, el informe concluye que semejante proyección se cumplirá “salvo que se tomen medidas para disminuir las emisiones unitarias o restringir el uso de los calefactores”.

Estufas ABC1

“Los usuarios de calefactores a leña pertenecen mayoritariamente (71%) a los segmentos socioeconómicos de mayores ingresos (ABC1 y C2),” detalla el informe de Gamma. El 90% de éstas son fabricadas por Bosca, Amesti y en menor medida Pucón, vendidas en cadenas de retail, ofreciendo incluso crédito para su instalación, “lo que ha redundado en su masificación a nivel nacional”, dice el documento.

Los calefactores observados en la elaboración del estudio consisten en un “diseño basado en el modelo original de Bosca”, es decir, “una cámara de combustión hermética” con “puerta de vidrio templado” y entradas de aire primario y secundario, todo lo cual va envuelto por “una caja de acero que da la apariencia de calefactor”.

El aporte de las estufas a leña, según señalan los expertos en contaminación, es proporcionalmente mayor a otras fuentes de emisión por cuanto las 693 toneladas anuales de PM10 emitido son producidas dato que confirma el estudio de Gamma-, en escasos “tres a cuatro meses” (entre mayo y agosto) con un promedio de entre 5,3 a 6,1 horas diarias.

Norma antiesmog más dañino en 2015

Seminario de la Conama enfatizó la necesidad de contar con regulación al ultrafino PM 2,5 que exigirá la paulatina instalación de filtros en fuentes de emisión. Norma podría estar en 2009.

No hubo opinión distinta: el selecto panel de expertos internacional convocado por la Conama, que incluyó al Premio Nobel de Química 2005, Mario Molina, planteó la necesidad de que Santiago introduzca la norma para controlar el esmog más dañino para la salud, llamado PM 2,5, en reemplazo del estricto regulatorio actual, que a la hora de fijar exigencias sólo considera el material particulado más grueso (PM 10).

Se estima que la óptima implementación de la nueva norma que busca reducir el PM 2,5 esté en total vigencia en 2015, según se expuso en el seminario, meta a la que se llegará gradualmente apenas sea realidad la norma que posiblemente vea la luz en 2009. El primer paso, de acuerdo a la Conama, sucederá en junio con la publicación del anteproyecto.

Alejandro Smythe, director de la Conama Metropolitana, precisa que “la norma para el material ultrafino va a constituir una nueva etapa. Tenemos el anhelo de iniciar este año la discusión y poder contar el año venidero con la norma que permitirá la incorporación de tecnología de control de emisiones: filtros, filtros y filtros. Para buses, camiones, procesos productivos, calefacción residencial, etcétera”, dice.

El PM10 corresponde al polvo y las partículas de esmog más gruesas que quedan retenidas en la nariz y la garganta. El más peligroso y el ultrafino PM2.5, en cambio, ingresa directamente a los alvéolos pulmonares, la sangre, el corazón e incluso el cerebro.

Transantiago menos tóxico

Uno de los datos más novedosos que surgiío en el seminario lo entregó Molina: “En un año Transantiago redujo casi en un 30% las emisiones de PM 2,5”, dijo, cifra que se explica por la salida de buses antiguos y su reemplazo por una flota nueva y menos numerosa. El estudio comparó la contaminación medida a nivel calle de julio de 2006 -micros amarillas-, y julio de 2007. Urge instalar filtros en toda la flota: hoy sólo 120 buses poseen el dispositivo.

En julio Corema del Bío Bío solicitará que Chillán sea declarada zona saturada

Las mediciones diarias de la calidad del aire en Chillán y Chillán Viejo realizadas entre los años 2005 y 2007, constataron que la contaminación por material particulado, originada principalmente por el uso de leña, superó varias veces la norma de 150 microgramos por metro cúbico. Por esta razón, la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema) pedirá a la Conama de la Región del Bío Bío que ambas comunas sean declaradas zonas saturadas.

Bolívar Ruiz, director regional de la Conama y secretario de la Corema, señaló que la solicitud se hará en julio próximo, después que se concluya un estudio técnico de 30 días para establecer el radio geográfico de su aplicación. Esta definición resulta compleja porque el consumo de leña abarca el 62% de los hogares del área.

En los tres años que abarcaron las mediciones, la norma fue superada por rangos de entre 16 y 46 microgramos por metro cúbico, incluyendo varios episodios críticos de hasta 230 microgramos por metro cúbico de aire. Ruiz añadió que debido al arraigo social que tiene el uso de leña en el sur de Chile, no es posible prohibir su uso, pero que se seguirá incentivando el uso de leña certificada, lo cual mejora la calidad de la combustión y reduce la cantidad de emisiones.

Fuente: El Mercurio