US$ 13 millones de pérdidas en Aysén por proyecto represas

El sociólogo Fernando Salamanca puso en la balanza las ganancias en empleo que generaría el megaproyecto y las externalidades que provocaría en la zona. El documento se hace público a sólo días de que HidroAysén presente su Estudio de Impacto Ambiental.

“El ecoturismo es por lejos más beneficioso que las hidroeléctricas y el tendido eléctrico para la Región de Aysén. Si el Estado protegiera el bien público, es decir, buscara para la población el desarrollo económico más rentable, tendría que inclinarse por no avalar ese proyecto”. Esa es la principal conclusión a la que llegó Fernando Salamanca luego de realizar el estudio de rentabilidad social regional del proyecto HidroAysén-Transelec versus actividades turísticas en Región de Aysén.

Salamanca, sociólogo y Ph. D. Development Planning Studies de la University College of London, explica que su análisis parte de la premisa de que la naturaleza o belleza escénica es un bien económico de alto valor, superior en rentabilidad privada y social a otros recursos escasos como los combustibles o la producción embalsada de energía.

Según el estudio, los factores de pérdidas económicas para la región se reparten en la disminución del flujo turístico en la Carretera Austral; la reducción en las estadías en hostales y lodges a lo largo de la misma vía; la baja de los ingresos y empleo turísticos; la mengua del volumen y de los precio en las ventas inmobiliarios en la zona; y la pérdida de activos forestales.

Pérdidas

Por el contrario, los beneficios de la construcción de las cinco represas y de las líneas de trasmisión que trasportaría la energía están concentrados en la generación de empleo para la zona. Las estimaciones sobre ese ámbito apuntan a que con el proyecto se perderían 3.921 empleos netos por la construcción y operación de las represas y líneas que se distribuyen en 91% en pérdidas en comercio, turismo y transporte, y 9% en pérdida de empleos ganaderos. “Si tú comparas esos 4 mil empleos menos con los 250 que en promedio se van a generar, no hay dónde perderse”, dice Salamanca.

El estudio pone en la balanza beneficios e impactos negativos del proyecto de HidroAysén y de las líneas de trasmisión, negocio que la sociedad aún no cierra con Transelec. “Estoy comparando una inversión (el turismo) que tiene ventajas sociológicas: opera con pequeños empresarios, es muy sustentable y tiene un potencial creciente, tal como lo demuestran los ejemplos de Nueva Zelandia o la misma Argentina, con otra inversión (centrales y torres) que es intensiva en capital, pero que tiene poco encadenamiento en la región y es destructiva y sustitutiva, no complementaria como la hace aparecer la empresa. ¿Cómo vamos a hacer conciliar un lodge con una torre de alta tensión?”, explica el autor.

Otro punto es la rápida depreciación de los terrenos que producirán las torres de trasmisión eléctrica. “Hoy existe un buen mercado inmobiliario en la costa occidental del lago General Carrera. Para qué decir lo que va a pasar más al norte, en el sector de la orilla occidental del lago Llanquihue: Puerto Varas, Frutillar. Es una aberración en términos estéticos. Lo estético no es un capricho, es plata, los turistas pagan por eso. En términos económicos, el paisaje es una mercancía de altísimo valor”.

Turismo: casi 40 millones de dólares anuales

Salamanca también participó en el estudio Impacto de los Proyectos de Represas en Aysén en el Desarrollo del Turismo de la Región, realizado por el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y que también será presentado hoy.

Ese trabajo arrojó que en el período de construcción de las mega represas, las pérdidas para el sector turístico llegarían a casi 40 millones de dólares anuales replicados por los años que dure la fase de edificación del proyecto.

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