¿Desastre ecológico en Aysén? Millones de salmones podrían huir o morir en la zona del terremoto
La dieta de los salmones es altamente proteica y energética, y en cautiverio necesitan altas cantidades de pellet de harina de pescado.
Chile / 30 de Abril de 2007
A pesar de las declaraciones del director de las salmoneras en Chile, César Barros, que asegura que estos animales no causan un mayor daño al ecosistema, es innegable la preocupación que existe por parte de los ecologistas.
El terremoto que afectó la semana pasada a la región de Aysén traerá consigo múltiples modificaciones ambientales: una de ellas es el posible desastre ecológico que se producirá por la muerte y la fuga masiva de salmones de las balsas jaulas ubicadas en el fiordo afectado por el terremoto y posterior Tsunami.
A pesar de las declaraciones del director de las salmoneras en Chile, César Barros, que asegura que estos animales no causan un mayor daño al ecosistema, es innegable la preocupación que existe por parte de los ecologistas. La cifra que ha sido entregada estimativamente por los empresarios del sector afectado por el terremoto, en torno a la cantidad de salmones que podrían huir o morir, es de alrededor de 10 millones de peces. Sin embrago, según palabras de Manuel Baquedano, la estimación sería de no más de 6 millones de salmones y la razón de esta diferencia se basa en el seguro que las empresas cobrarían por concepto de esta tragedia.
La dieta de los salmones es altamente proteica y energética, y en cautiverio necesitan altas cantidades de pellet de harina de pescado. Al salir de las jaulas, esta enorme cantidad de salmones son un peligro para las especies que allí coexisten, ya que consumirán gran cantidad de material pelágico de la zona. De esta manera, se pone en riesgo la alimentación de muchas especies marinas como la merluza, el róbalo y la cabrilla, entre otros.
Para que un salmón aumente un kilo de peso, debe comer al menos 5 kilos de peces, lo que se traduce en un grave daño para la diversidad. Asimismo, los pescadores artesanales se ven afectados, ya que la cantidad de peces disminuye de manera considerable, no logrando sustentar su negocio.
Además se sabe que los salmones que son liberados a un medio ambiente natural, junto con el hecho de devorar otras especies, está el peligro de transmisión de enfermedades propias de los salmones en jaula y también existe el problema del cruce con otras especies nativas que tiene un impacto genético.
Para Manuel Baquedano, presidente del IEP, hay dos problemas relevantes. “No se puede continuar con esta actividad en la zona, ya que es probable que pueda emerger un volcán, lo que constituye un peligro para los trabajadores y por supuesto para los salmones; se debe trasladar las jaulas de ese lugar, el fiordo de Aysén no puede continuar albergando a estas empresasâ€. Además aseguró no se debe dejar morir a los salmones y que “urge crear una estrategia de rescate, primero, para los salmones ya que no se pueden dejar morir, y segundo, para trasladar las jaulas de ese lugarâ€.
Hay que destacar que las empresas salmoneras están obligadas por ley a capturar a los salmones que han escapado. Con todo esto, es preciso que se haga un catastro serio en relación a la cantidad específica de salmones que podrían haber muerto o escapado, para poder dimensionar los daños que éstos ocasionarán al ecosistema, las medidas que se deben tomar en el futuro para que esta situación no vuelva a ocurrir y el plan para rescatar lo antes posible a los salmones que posiblemente salieron de sus jaulas.
Fuente: www.iepe.org
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