Archive for Bolsas Plasticas

No reciclar mascarillas por peligro de contagio de Covid-19

Daños colaterales de la Covid-19: el resurgir del plásticoLa presencia de mascarillas, guantes u otros insumos médicos en puntos limpios representa un riesgo de contagio por Covid-19 para los recicladores de base que siguen trabajando.

La crisis sanitaria ha provocado un muchísimo mayor uso de guantes desechables, mascarillas, toallas desinfectantes, entre otros artículos de protección individual, que han sido fundamentales para quienes luchan contra la pandemia en todo el mundo.

Pero mientras millones de personas están utilizando estos productos de un solo uso, lo que se ha transformado en un daño medioambiental en diversos puntos del planeta, también es un riesgo sanitario si no se eliminan adecuadamente.

Un llamado a extremar los cuidados al momento de reciclar realizaron la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, luego de alertar sobre la presencia de mascarillas, guantes u otros insumos médicos en puntos limpios, lo que representa un riesgo de contagio por Covid-19 para los recicladores de base de todo el país que siguen trabajando. Además, por su composición, aunque estos elementos contienen plástico, no son reciclables.

“Se ha hecho común que los trabajadores encuentren mascarillas o guantes en los puntos limpios, lo que es muy grave porque se transforma en un riesgo de contagio para los recicladores. Nosotros queremos que los chilenos sigan reciclando, pero debemos hacerlo responsablemente: los insumos médicos no son reciclables, mientras que otros productos –como botellas, latas o cartones- sí pueden reciclarse, pero se deben limpiar y secar antes de entregarlos”, planteó la ministra Schmidt.

Actualmente existe una campaña para entregar elementos de protección e higiene a los recicladores para que puedan seguir desarrollando su labor de manera segura, luego de que se considerara al reciclaje como actividad esencial, permitiendo que se siga desarrollando estas tareas en comunas con cuarentena.

La alcaldesa Matthei sostuvo que “lamentablemente en nuestros puntos limpios hemos encontrado muchos de estos productos, incluso jeringas usadas, poniendo en riesgo a nuestros recolectores. Para derrotar al Covid-19 debemos ser responsables y solidarios,  teniendo siempre presente que quienes retiran la basura o estos residuos, son esforzados trabajadores”.

La recomendación para la ciudadanía es que las mascarillas o guantes que sean desechables, deben ser puestos en una bolsa de basura especial para esto, bien cerrada. En caso de provenir de una casa donde existan positivos por Covid-19 o indicios de que así fuera, utilizar doble bolsa para botar estos elementos, dejándolos para la recolección de basura y no el reciclaje.

Fuente: El Mostrador

The Waves Company limpia las playas de Chile y postula a ganar los fondos TECLA

Entre los más de 1.000 emprendimientos que postularon a la tercera edición de Fondos Talento Emprendedores Caja Los Andes (TECLA), está The Waves Company, empresa que fabrica productos de plástico reciclado y que realiza servicios de educación ambiental en establecimientos educacionales, empresas, playas y ferias.
Su trabajo consiste en limpiar playas en Chile con el apoyo de voluntarios, organizaciones públicas, empresas y de las comunidades locales donde se desarrollan y, además, en este contexto, recolectar y reciclar la gran mayoría de los desechos que encuentran.

The Waves Company

Posteriormente el plástico es revalorizado, transformando esta basura en productos como llaveros, peines, revestimiento para la construcción y juegos de mesa, los cuales distribuyen y comercializan en 22 puntos de ventas en Chile y exportan a 2 países: EE.UU y Australia.

El proceso de convertir el desecho plástico en un recurso es llevado a cabo por innovadoras máquinas, las que ellos mismos fabricaron con el objeto de exhibir este método de reciclaje en servicios de educación ambiental.

Aymapu, el papel amigo de la tierra, es uno de los finalistas de los fondos TECLA

Más de 1.000 emprendimientos postularon a la tercera edición de los Fondos Talento Emprendedores Caja Los Andes (TECLA), que en esta oportunidad apoya iniciativas que generen un impacto social, económico y medioambiental.

Hubo 12 finalistas a la categoría Expansión: empresas en fase de escalamiento. Y una de ellas fue Aymapu, el papel amigo de la tierra.

En Chile, el 85% de los recicladores base, también llamados “cartoneros”, pertenecen al quintil más bajo de ingresos principalmente porque el 90% de los desechos de papel que se recolectan en las calles es exportado a granel al extranjero.

Desde Aymapu vieron esta realidad y, hace dos años, diseñaron, fabricaron y pusieron en marcha una máquina que produce 25 toneladas de papel 100% reciclado al mes, libre de ácidos, blanqueadores y biodegrabable.

De esta manera, la materia prima proviene de los recicladores base, jugándose por el comercio justo y llegando a pagar hasta 4 veces el precio de mercado por kilo de papel recolectado.

Al tiempo, Aymapu innovó, produciendo papel semilla: un papel que se pone en la tierra y comienza a germinar.

Aymapu y su "papel semilla"

Fueron más allá y comenzaron a usar semillas para recuperar el patrimonio cultural chileno, incluyendo semillas de frutos como el tomate limachino y ají cacho de cabra, entre otros, llevándolos a ganar el Premio Latinoamérica Verde otorgado por el PNUD.

Fuente: ADN Radio

Bolsas de papel más o menos ecológicas

bolsas papel

Una bolsa de papel necesita ser usada tres veces para que su ciclo de vida, desde la extracción de la materia prima a la fabricación o el transporte, haya perjudicado menos al planeta que el de una de plástico de un solo uso, según un estudio de la Agencia Medioambiental de Reino Unido. Ahora bien, si la segunda se usa como contenedor de basura, por ejemplo, la de papel sale perdiendo. Por no hablar de lo complicado que resulta reutilizar esa mole rígida y de fácil rotura que, a veces, nos dan en el súper como alternativa eco, idea que nos creemos… solo porque es marrón.

La bolsa de papel no es una alternativa sostenible al plástico. Ni el tetrabrik a la lata o la botella. El asunto es otro: hay que acabar con la cultura del usar y tirar. Y dejar de utilizar materias primas nuevas cuando ya hay otras que, para el mismo fin, pueden durar años“, resuelve Alba García, responsable de la campaña de plásticos de Greenpeace. Una bolsa de algodón, cuya fabricación es muy costosa para el medioambiente, tiene que ser utilizada 131 veces para que compense. Pero esto, sin duda, resulta mucho más sencillo.

El químico Carlos Mayo del Río, del Centro de Estudios Superiores de la Industria Farmacéutica, hila más fino: “La producción de papel contamina la atmósfera alrededor de un 70% más de lo que representa la fabricación de productos plásticos, por lo que es peor para el cambio climático. Si atiendes al final de su vida útil, en el resto de categorías de impacto (agotamiento de la capa de ozono, toxicidad humana, acidificación y agotamiento de recursos acuáticos), las bolsas de plástico son peores. Resumiendo, ninguno de los materiales es respetuoso con el medioambiente”.

En cuanto a ese falso amigo que es la biodegradabilidad, Leyla Acaroglu, diseñadora creativa experta en sostenibilidad, recuerda en una charla TED de 2013: “El papel, en el medio natural, ciertamente se degrada. Pero la mayoría de las cosas van a parar al vertedero, no a la naturaleza. Y ahí el medio es distinto, pues no hay oxígeno, y las moléculas del papel, la lechuga o lo que sea, se convierten en metano, un potente gas de efecto invernadero”.

Casi todo es relativo. Y, como dice la responsable de Greenpeace, hay hasta plásticos buenos: “Siempre que duren años…”. La pauta, insisten los expertos, pasa por descartar lo desechable. Y, por supuesto, ya que el consumo de impacto cero no existe, conviene pensar antes si de verdad necesitamos ese nuevo objeto, sea del material que sea. Así lo subraya la periodista Brenda Chávez en el libro Al borde de un ataque de compras (Debate): “En la mayoría de las ocasiones, los recuerdos felices no tienen que ver con el consumo, sino con el conocimiento y el aprendizaje”. Y para leer o compartir, además, no hay que hacer cola.

Fuente: El País / ANA G. MORENO

Isla de plástico

Una isla de plástico es una agrupación de residuos no biodegradables que se acumulan debido a las corrientes marinas. Estas islas de plástico se pueden formar por diferentes causas, todas ellas con origen en el ser humano:

  • Un reciclaje inadecuado o inexistente.
  • Los vertidos ilegales.
  • Ensuciar las playas, lo que deriva en que la marea y el viento esparzan la basura.
  • Ríos contaminados que desembocan en mares y océanos.
  • ¿Cómo afecta una isla de plástico al planeta?

    Aunque una isla de plástico en medio del océano nos pueda parecer algo muy lejano, lo cierto es que afecta a todo el planeta. Sus consecuencias son reales, aunque no podamos verlas directamente ni de forma inmediata. Estas son solo algunas:

    a) Agua contaminada. El agua se contamina porque los plásticos tienen una tasa muy baja de degradación. Eso significa que pasan décadas o incluso siglos flotando en el mar, lo que perjudica no solo a la flora y la fauna marinas, sino también al ser humano a través de la cadena alimenticia.

    b)
    Animales en peligro de extinción. Millones de animales mueren anualmente por ingesta de plástico o porque se enredan en ellos. Esto supone que las especies afectadas estén en peligro de extinción. En el mar Mediterráneo, la ingesta de plástico amenaza a 134 especies.

    c) Falta de alimentos
    . Las comunidades que se dedican a la pesca tienen más dificultades para encontrar alimento en el mar, lo que después les afecta económicamente al tener menos productos para vender.

    Una mala gestión de nuestros residuos se traduce en el empeoramiento del cambio climático: graves sequías, desertificación, aumento de temperaturas, inundaciones. Esto provoca que haya personas desplazadas bajo el contexto del cambio climático.

    Fuente: Datos internacionalmente conocidos

    Bolsas 100% vegetales hechas en Chile

    ¿Sabías que en Chile se fabrican bolsas 100% vegetales, que pueden compostarse y desintegrarse completamente en menos de seis meses? La empresa pionera se llama Unibag, que apuesta por transformar el mercado de las bolsas con modelos novedosos y circulares.

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    Cuando se promulgó la ley que prohibió las bolsas plásticas en el comercio, en julio de 2018, la apuesta era generar un cambio cultural que convocara a los chilenos a iniciar una relación más inteligente y sustentable con las bolsas de las compras diarias.

    “La primera sorpresa en ese momento fue que se prohibieron todas las bolsas de polímeros derivados del petróleo, independientemente que fueran desechables o reutilizables, la ley no distinguía entre una y otra”, confiesa Eliana Moreno, Gerenta Comercial de Unibag, fábrica de bolsas reusables que por esos días sólo usaba plástico como materia prima.

    La empresaria mendocina y su marido comenzaron con la venta de bolsas en Argentina, hasta que un día decidieron hacer las maletas y emprender en Chile. Acá la oferta de bolsas reutilizables era poco diversa, entonces montaron su propia fábrica y se volcaron a innovar. De eso ya van más de seis años.

    En 2017 todo iba viento en popa, cuando salió la normativa de las bolsas plásticas -de las más estrictas del mundo- que los obligó a dar un giro. Eliana cuenta que rápidamente se pusieron a investigar nuevas materialidades, porque “la ley obligaba a cambiar de material. Hasta ese entonces las bolsas se usaban en todo el mundo y Chile fue el primer país en prohibirlas”.

    Recorrieron ferias por el mundo hasta que encontraron la solución: una novedosa tela vegetal que permitiría fabricar por primera vez en Chile una bolsa reutilizable sin un gramo de plástico. Hace un año ya que lanzaron el producto, cuyo principal valor circular es que puede compostarse.

    La tela es 100% ácido poliláctico (PLA), material derivado del almidón de maíz, que no es el choclo comestible sino uno que se cultiva a escala industrial. Eso hace que la bolsa sea biodegradable. “No es llegar y enterrar la bolsa, debe hacerse en un proceso industrial, que tiene una temperatura distinta al compostaje casero”, precisa la Gerenta Comercial de Unibag.

    Se hicieron pruebas con el Dictuc-UC y el Idiem, de la Universidad de Chile, y ambos arrojaron que no contenía ningún porcentaje de plástico. Luego, el material -avalado internacionalmente por Din Certco, organismo alemán de certificación- se sometió a pruebas reales de compostaje en una planta de Pudahuel y en menos de seis meses ya estaba convertido en abono.

    Para lograr que el círculo fuera completo y las bolsas efectivamente se composten, Unibag comenzó a ofrecer al retail un programa de recuperación de bolsas post consumo una vez que cumplen su vida útil, a través puntos de recepción. “El incentivo es cerrar el ciclo de la bolsa y asegurar su trazabilidad”, detalla Eliana Moreno.

    “Nuestro proceso consta de cuatro erres: reducir, reutilizar, recuperar y reciclar”, agrega Eliana. Reduce, porque la idea es preguntarse por qué usar tres bolsas desechables a la semana en vez de una reutilizable al año; reutiliza, porque comparada con una bolsa de papel, su vida es más extensa; recupera, porque se recibe de vuelta en el retail; y finalmente recicla, porque vuelve a la tierra como compost.

    Si al inicio la empresa fabricaba bolsas reutilizables de plástico, hoy la tendencia dio un giro y el 70% de sus ventas son de productos con tela vegetal, y compostables en territorio nacional. El restante 30% es todavía de plástico y aunque otra de sus versiones ecológicas es la bolsa de género -estampada y cosida a máquina- su tiraje es bajo, porque es más cara y difícil de reciclar.

    Unibag ya está exportando a Perú, Colombia y Canadá, y en Lima acaban de abrir su primera oficina comercial fuera del país. En lo inmediato, lanzaron una campaña navideña que -en apoyo al Desafío Levantemos Chile- ofrece bolsas ecológicas con mensajes positivos, cuyas utilidades serán para el pequeño comercio dañado en medio de la crisis social.

    “El consumidor chileno es el más responsable en el mundo con el medio ambiente”, finaliza Eliana Moreno, consciente que el cambio cultural de reutilizar las bolsas llegó para quedarse y ahora corresponde seguir masificando su consumo.

    Fuente: Coca Cola de Chile

    Por: Journey Chile