Hallado en el noreste de Cerdeña (Italia), los expertos creen que el cetáceo, una hembra embarazada de una cría muerta hacía tiempo, podría haber perdido la vida por la ingesta de plásticos. Un nuevo caso que pone de manifiesto el peligro de los plásticos de un solo uso y la necesidad de regularlos legalmente en todo el mundo.
La aparición de ballenas muertas en la costa no es un hecho aislado. En ocasiones, estos animales suelen desviarse de sus rutas naturales como consecuencia de la interferencia de actividades humanas. Por ejemplo, las prospecciones petroleras o los sonares pueden afectar a sus sistema de ecolocalización (la capacidad que tienen estos cetáceos para orientarse a través del eco que producen sus sonidos), provocando que se desorienten y acaben varadas en playas que se convierten en su trampa mortal. En otras ocasiones, sin embargo, su varamiento puede producirse por causas naturales, como pueden ser fenómenos meteorológicos extremos, como se especula que les pudo pasar a las más de 70 ballenas encontradas muertas recientemente en una playa australiana.
Debido a la progresiva contaminación de los océanos, podríamos añadir todavía otra causa más de muerte habitual: la provocada por la ingesta de plásticos. Esa es la hipótesis principal que podría explicar el hallazgo de un cachalote (Physeter macrocephalus) de unos ocho metros de longitud, encontrado muerto el pasado día 28 de marzo cerca de un complejo turístico en Porto Cervo, en la costa septentrional de Cerdeña.
La autopsia practicada por veterinarios del Istituto Zooprofilattico di Sassari y del CERT Dipartimento Biomedica Comparata e Alimentazione de la Università di Padova, desveló que el animal acumulaba 22 kilos de residuos en su estómago, principalmente plásticos. Los científicos todavía están a la espera de los resultados toxicológicos, por lo que hasta la fecha no han podido determinar con exactitud el fallecimiento del espécimen – una hembra embarazada que también había perdido a su cría-. Sin embargo, apuntan a la ingesta de plástico como causa probable de su fatal destino.
Fuente: National Geographic España