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Barbie vs Oppenheimer: dos universos diametralmente opuestos que nos recuerdan dos amenazas existenciales

Rafael Caban

Barbenheimer” es probablemente el acontecimiento cinematográfico del año. Los estrenos simultáneos de dos éxitos de taquilla de Hollywood de dos directores de culto: Barbie de Greta Gerwig, una comedia de fantasía y Oppenheimer de Christopher Nolan, un drama sombrío y psicodélico.

La yuxtaposición de atmósferas, personajes y temas desató debates en la prensa y en las redes sociales, que iban desde memes hasta preguntas existenciales. Para la comunidad de Greenpeace, estas dos películas hacen eco de campañas pasadas y presentes contra amenazas existenciales muy reales: la deforestación, la contaminación plástica y  la aniquilación nuclear.

Barbie: una larga historia de amor con la deforestación y el plástico

¿Sabías que en 2011 hubo algo más que hizo que Barbie se volviera viral? Este video satírico!

Barbie de Gerwig es una película divertida y decididamente feminista. Es divertido y conmovedor ver cómo todo sale mal en este universo perfecto cuando la protagonista principal, interpretada por la actriz Margot Robbie, comienza a pensar en la muerte. Esta crisis existencial ve a Barbie embarcarse en un viaje de descubrimiento al “mundo real”: Los Ángeles.

En nuestro mundo real Barbie es una muñeca de plástico lanzada por Mattel hace 60 años. La compañía dijo que cada año se venden 58 millones de muñecas, o alrededor de 100 muñecas por minuto, a personas en 150 países. Si bien la Barbie de Gerwig puede preocuparse por su fecha de vencimiento, en realidad lo más probable es que dure para siempre, perdida en los vertederos y desechada en los basureros.

Acción de Greenpeace en la sede de Mattel en California, junio de 2011: activistas vestidos como muñecos “Ken” cuelgan dos enormes pancartas en la sede de Mattel. El cartel muestra a un “Ken” enojado con un mensaje claro para su ex novia: “Se acabó Barbie. No salgo con chicas a las que les gusta la deforestación”. © Gus Ruelas / Greenpeace

Más allá de su bagaje (promover una imagen corporal poco realista entre las jóvenes, mantener estereotipos sexistas antifeministas y propagar un estándar particular de belleza, marginar a las personas de color), Barbie también ha tenido una larga historia de amor con el plástico, y terminó una muy tóxica con la deforestación después de una intervención muy intensa.

Los investigadores de Greenpeace International descubrieron que el fabricante de juguetes Mattel estaba usando en sus juguetes cartones suministrados por la empresa Asia Pulp and Paper (APP), denunciados por destruir las selvas tropicales de Indonesia. En ese momento, Mattel prometió dejar de usar materiales relacionados con la deforestación en sus paquetes. Una victoria prometedora, un paso contra las empresas de pulpa y papel que continúan amenazando algunas de las selvas tropicales más grandes que quedan en el mundo.

Cachorro de oso polar juega con productos de plástico encontrados en el Ártico. Roie Galitz, embajador de Greenpeace Israel para el Ártico, capturó el triste momento en que un cachorro de oso polar encontró artículos de plástico y comenzó a jugar con ellos. Afortunadamente, el cachorro está a salvo y no se tragó el plástico..

Luego está el “plástico” no tan fantástico de Barbie que, a pesar de que se sirve en piezas en miniatura, ¡sigue siendo un gran problema hoy en día! Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de 2014, la industria del juguete utiliza más plástico en sus productos  sobre la base de los ingresos que cualquier otro sector. El año pasado, investigadores estadounidenses cuantificaron lo que cada muñeca Barbie le cuesta al clima. Cada Barbie de 182 gramos provoca alrededor de 660 gramos de emisiones de carbono, incluida la producción, fabricación y transporte de plástico.

Este es un recordatorio útil de que el plástico es solo un combustible fósil disfrazado (el 99 % del plástico está hecho de combustibles fósiles, como el gas y el petróleo extraídos mediante fractura hidráulica) y que contribuye al cambio climático a lo largo de todo su ciclo de vida.

Es por eso que Greenpeace continúa luchando por un ambicioso tratado mundial sobre plásticos que limite y reduzca gradualmente la producción de plástico, incluida la eliminación gradual de la producción de plástico virgen.

Oppenheimer: el sueño febril que nos recuerda el horror de las armas nucleares

Enero de 1998 – El globo aerostático de Greenpeace con el lema “¡Desarme nuclear ahora!” vuela sobre el famoso Taj Mahal en una protesta contra las pruebas nucleares en India. © Greenpeace / Steve Morgan

A fines de la década de 1920, J. Robert Oppenheimer era uno de los muchos físicos que habían dejado Estados Unidos para estudiar en Europa. Pronto desarrolló una pasión por la mecánica cuántica y soñaba constantemente con ese otro mundo: el de los átomos, la materia y las estrellas muertas colapsando sobre sí mismas en el silencio del espacio.

Oppenheimer aún no sabía que ayudaría a crear la bomba atómica, contribuyendo a la muerte de cientos de miles de personas. Todavía no se había “convertido en la muerte, el destructor de los mundos”.

Las armas nucleares son las armas más destructivas, indiscriminadas y monstruosas jamás fabricadas. En enero de 2021 celebramos un hito importante: el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) ahora es parte del derecho internacional.

Este nuevo tratado dificultará que los líderes mundiales describan las armas nucleares como un medio legítimo y útil para brindar seguridad. Crea una norma mundial contra las armas nucleares que, con suerte, las quitará del mapa en el futuro.

En la era del calentamiento global, la amenaza de un invierno nuclear está lejos de terminar: en junio de 2023, el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) publicó su evaluación anual del estado de los armamentos, el desarme y la seguridad internacional, que muestra que los arsenales nucleares se están fortaleciendo en todo el mundo.

“Las armas nucleares, desarrolladas para ganar guerras, son una amenaza de aniquilación total (…) Ninguna sociedad sostenible es posible con estas armas continuamente preparadas para una matanza indiscriminada”. Estas son las palabras de Kazumi Matsui, alcalde de Hiroshima desde 2011.

La eliminación de las armas nucleares es la única garantía de que nunca se utilizarán. La energía nuclear y las armas nucleares son dos caras de la misma moneda. Para acabar con todas las amenazas nucleares, debemos eliminar ambas.

El final de una película: ¿Vivimos felices para siempre?

Entonces, ¿qué debemos hacer si queremos vivir felices para siempre? A medida que abordamos las crisis del clima, la desigualdad y la salud, está claro que no hay un solo enfoque, sino un solo impulsor: la codicia. Dar forma a un futuro equitativo sostenible que ponga a las personas y al planeta antes que la codicia corporativa y la especulación de élite es necesario y posible.

Construir un mundo mejor está a nuestro alcance, y requiere de nuestro compromiso.

Esta nota escrita por Mehdi Leman fue publicada originalmente en Greenpeace Internacional

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Author: Editor

Únete a Julio Sin Plástico: 8 hábitos para lograr un gran impacto

La iniciativa Julio sin Plástico (Plastic Free July®) nació en 2011 y desde entonces, cada año convoca a más personas en todas partes del mundo a ser parte de la solución a la contaminación plástica.

Si te esmeras todo el año por tener hábitos sustentables o te enteras ahora de esta novedad, el desafío Julio Sin Plástico es el motivo perfecto para llevar el cuidado del planeta un paso más allá ??.

La propuesta es sencilla: prestar atención a los plásticos de un solo uso que hay en tu día a día (bolsas, pitillos, vajilla, etc.) y plantearte una simple pregunta: ¿cómo puedo mejorarlo para cuidar mi salud y la de la Tierra?

Es importante que te sumes a Julio Sin Plástico y conozcas las opciones reutilizables que ayudan a reducir esta huella contaminante de una manera significativa.

Puede llevar un tiempo, pero una vez que te acostumbras a tener siempre a mano las alternativas sustentables (bolsa de tela a las compras, pitillo metálico, recipientes para compras a granel, etc.) puedes rechazar los plásticos de un solo uso que te ofrecen (decir “sin bolsa, por favor”; dejar de usar pitillos y cubiertos, etc.) Créenos, ¡es una sensación de lo más gratificante!

Así, ajustando ciertos hábitos del consumo diario no sólo podrás revertir la proyección que compartimos al principio, sino que tomarás un rol central en este cambio. A continuación, te compartimos más ideas.

8 ideas “nivel pro” para reemplazar plásticos de un solo uso

Podríamos decir que hay dos etapas en este estilo de vida que ayuda a reducir los plásticos desechables. El inicial, busca ir eliminando los productos más obvios como son las bolsas, los pitillos, las botellas y los vasos. 

Para ello tienes que armarte de tu propia botella, taza térmica, bolsas de tela y sorbetes de metal. Seguramente, sobre esto alguna vez hayas escuchado hablar. Y hasta incluso lo pusiste en práctica. 

Ahora bien, hay un segundo nivel que hila más fino. Son cambios sutiles para subir de nivel en este Julio Sin Plástico. Aquí te dejamos varias ideas:

  • Evita comprar productos envueltos en plástico. Por ejemplo, legumbres o frutas. Puedes llevar bolsas de tela reutilizables y transportarlo todo ahí.
  • Elimina los chicles. Muchos de los que consumimos contienen plástico, puedes consumir chicles 100% naturales y ecológicos.
  • Elige productos que estén envasados con cartón o vidrio. Por ejemplo, si compras una bebida elige botellas de cristal o si adquieres detergente para el lavavajillas opta por una caja de cartón.
  • Evita los productos desechables. Es fundamental decir no al uso de platos, cubiertos y vasos de plástico de un solo uso.
  • Cuando tengas que comprar pinzas nuevas para tender la ropa, elige las de madera y de buena calidad, para que duren mucho tiempo.
  • Utiliza cerillas o mecheros recargables
  • Si tienes que renovar los contenedores para la comida, olvídate de los tuppers o films plásticos. Opta por recipientes de vidrio o bee wraps (envoltorios de cera de abeja).
  • Evita las maquinillas de afeitar desechables.

¿Qué deben hacer los gobiernos y la industria para reducir el plástico? 

Desde ya, la ciudadanía no es la única que debe ponerse esta misión al hombro. Los gobiernos y las empresas son los primeros que tienen que tomar la posta y buscar soluciones a un problema que ellos mismos ayudaron a crear.

Mientras esto sucede, sumamos otras medidas que gobiernos y empresas podrían poner en práctica: 

  • Fomentar el consumo sostenible y responsable del agua de grifo en los hogares, así como en la vía pública, instalaciones municipales y establecimientos de hostelería y restauración. 
  • Implementar sistemas de incentivo a la devolución de envases, conocidos como sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR).
  • Asegurar una mejor obtención de recuperación de los envases.
  • Prevenir la mala disposición de envases plásticos en el ambiente. 
  • Fomentar la creación y el apoyo público a las tiendas de reparabilidad y comercios de segunda mano, así como a establecimientos que eliminan el uso innecesario de envases, primando la venta a granel y generando de este modo nuevos empleos en la economía circular.

Esperamos haberte dado una introducción a este grave problema ambiental que tenemos y que esto te motive aún más a unirte a Julio Sin Plástico ?.

¡Empieza ahora y sigue todo el año!

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Author: Meri Castro

La basura plástica que nadie quiere termina en Latino América

La cantidad de desechos plásticos que genera la humanidad está fuera de control desde  hace mucho tiempo. El reciclado, como única herramienta posible, demostró ser insuficiente por sí solo: apenas se recicla 6% a nivel mundial. (enlazar a nota que hicimos y que está pendiente de publicar) 

Frente a esta realidad insoslayable parece ser que la única respuesta de los países desarrollados es barrer la basura debajo de la alfombra. Es decir que en vez de tomar medidas de fondo para tratar sus residuos, prefieren exportarlos a América Latina y usar a nuestro continente como basurero. 

Un reciente estudio realizado por OjoPúblico reveló que México, Ecuador, Perú, Chile y Colombia ingresaron 1.06 millones de toneladas de este tipo de residuos en la última década. Las importaciones provenían de casi todo el mundo. 

Para tener dimensión de la enorme cantidad de desechos plásticos recibidos entre 2012 y 2022 basta decir que llegó a ser el equivalente a 118 veces el peso de la Torre Eiffel. El informe también encontró que fueron empresas de Estados Unidos las que más basura plástica enviaron. 

Se trata de un negocio que mueve millones de dólares y que se realiza alegando que la basura plástica se vende para ser reciclada y convertirse en materia prima para productos de menor calidad o textiles. 

Sin embargo, esto rara vez ocurre. En cambio, los descartes terminan sumándose a los vertederos donde se juntan con los 225 millones de toneladas de desechos que generan estos países al año.

El negocio que contamina, en números 

Según los datos publicados en el estudio realizado por OjoPúblico, entre los 5 países estudiados este es el orden de mayor a menor recepción de basura plástica en el período 2012-2022:

  • México importó 1 millón de toneladas 
  • Perú, 62 mil toneladas 
  • Chile, 50 mil toneladas (con tendencia a la baja desde 2019).
  • Colombia, 45.4 mil toneladas
  • Ecuador,  21 mil toneladas

El nivel de residuos de este tipo aumentó en toda América Latina desde 2018, cuando China decidió dejar de importar este tipo de basura. De entonces a la fecha, esta parte del continente ha recibido 53 millones de toneladas de estos productos.

En 2021, 12 millones de toneladas de plástico comprado por Latinoamérica provinieron sólo de Estados Unidos.

Estos números pueden parecer algo abstracto pero debemos imaginarlos como una gran montaña de productos hechos de PET, PVC o polietileno, jeringas usadas, carcasas de televisores o computadoras, desechos de uso automotriz, envases que contenían materiales tóxicos. Una montaña tan extensa que cuesta divisar dónde termina. 
Es tiempo de que empresas y gobiernos se responsabilicen por el impacto que la basura plástica genera y que entiendan que enviar la basura fronteras afuera no soluciona nada.

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Author: Meri Castro

Del impulso a la mirada crítica: la evolución del consumidor responsable

© Juan Diego Cano

Practicar el consumo responsable, como todo hábito, comienza de menor a mayor. Si hay que definir de qué se trata basta decir que es una forma de encarar las compras de cada día en la que se ve más allá del producto, la huella que dejó su creación y la que dejará su uso (sea un alimento, una prenda de vestir o un transporte). 

Es decir que la propuesta es no consumir por impulso sino ir adquiriendo una mirada crítica ante las compras que realicemos. Te compartimos algunas formas de aplicar este nuevo filtro sustentable a tu rutina:

1. Evitar productos de “usar y tirar”

Esta es una de las formas más claras en las que nos damos cuenta del impacto de lo que consumimos. Por ejemplo: sorbetes, bandejas y cubiertos plásticos, bolsas y botellas de bebidas -que se usan unos minutos y terminan enseguida en la basura- pueden reemplazarse por opciones reutilizables si se planifica cada salida.

2. Comprar el contenido y no el envase

Se puede empezar por probar en las compras de verduras y frutas, llevando tus propias bolsas reutilizadas para no tener que usar nuevas. A prestar atención: si los productos vienen en bandejas o films plásticos innecesarios, optar por los que vengan sueltas. 

En general, cuando estés frente a la góndola valora si estás eligiendo por lo vistoso del packaging o por la calidad de lo que quieras comer.

Boy T Harjanto

3. Comprar productos locales

Uno de los grandes causantes de la emisión de dióxido de carbono y otros gases nocivos es el transporte. Si intentas comprar local, evitarás producir una cantidad ingente de dióxido de carbono, y así ayudarás a frenar todas las cosas negativas que acarrea. 

4. Elegir productos de temporada  

Por el contrario, consumir aquello que no es de temporada requiere refrigeración, tener las neveras/heladeras andando genera miles de toneladas de dióxido de carbono que contribuyen al cambio climático.

Mira aquí el calendario con el detalle completo sobre qué frutas y verduras consumir dependiendo de la estación.

 5. Evitar el desperdicio de alimentos

Te contamos todo lo que tiene que saber sobre el tema, en esta nota (enlace a la nota si es que se publica antes que esta)

Estos son algunos tips para un consumo responsable de alimentos, pero también los hay para la ropa, el transporte, los recursos como el agua, la electricidad y el gas

Sin dudas, frenar la crisis climática y empezar a crear una sociedad en armonía con la naturaleza comienza por reflexionar y rediseñar nuestras formas de consumo

¿Puede el consumo ser un acto revolucionario?

Considerando que el comercio es una de las actividades con mayor potencial de transformación de realidades y de conexión entre las personas, comprar responsablemente es una forma de activismo que puede ayudar a combatir la ecoansiedad

Puede parecer arriesgado plantear al consumo como una acción tan poderosa, pero no lo es. En tanto la economía capitalista en la que vivimos se basa en producir y consumir cada vez más, desechando lo que no se necesite sin pensarlo dos veces, parar la pelota y reescribir las reglas es un gran primer paso para cambiarlo todo.

Sin ir más lejos, elegir a quién comprar un pantalón o un kilo de tomates puede abrir las puertas a conocer a quienes están trabajando para cambiar el mundo para mejor. Y, al optar por quienes producen responsablemente estaremos apoyando el cuidado de los recursos, la creación de objetos que duran más y el trabajo en condiciones dignas

© Martín Katz 

Como todo en la vida, esto se trata de progreso y no de perfección. Seguramente no puedas hacer todas tus compras a marcas responsables, o libres de plástico o a productores de cercanía. Pero eso no hace que tu aporte sea menos valioso así que, en la medida de lo que puedas, haz que tus compras creen otra realidad posible.

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Author: Meri Castro

Ley de plásticos de un solo uso: lo que tienes que saber

Registro de uso de plásticos desechables (vasos, bombillas, bowls y bandejas) en un patio de comida de un mall en la ciudad de Santiago, Chile. 3 de octubre del 2018.

Ya entró en vigor la primera fase de la ley 21.368 que regula la entrega de plásticos de un solo uso y las botellas plásticas en todo Chile. La norma había sido aprobada en agosto de 2021 por el Congreso nacional y promulgada durante el mismo mes.

El objetivo de esta ley es proteger el medio ambiente y disminuir la generación de residuos mediante la limitación de la entrega de productos de un solo uso en lugares de venta de alimentos. Además, busca fomentar la reutilización y la certificación de los plásticos de un solo uso, y regular las botellas plásticas desechables.

¿Qué cambia a partir de ahora? 

Desde el domingo 13 de febrero de 2022 los locales que expenden alimentos no podrán entregar bombillas, cubiertos, revolvedores y palillos plásticos, o cualquier contenedor de plumavit, tanto para el consumo en el lugar como para delivery. 

Por su parte, todos los comercializadores de bebidas y supermercados deberán ofrecer botellas retornables y tendrán que recibir estos envases por parte de los consumidores.

¿Por qué debemos disminuir la utilización de plásticos en Chile? 

  • Cada persona utiliza un promedio de 51 kilos de plástico por año.
  • En nuestro país se producen hasta 25 mil toneladas de desechos plásticos. Esto incluye envoltorios de golosinas y dulces, botellas de bebidas, bombillas, entre otros. 
  • Los desechos plásticos dañan la fauna marina y llegan hasta nuestros alimentos.
  • En el país hay un consumo aparente anual de 323.776 toneladas de envases plásticos de los cuales se reciclan solo 14.721 toneladas, lo que corresponde a un 4,5%. Por este motivo, la mayoría de los residuos plásticos terminan en vertederos y rellenos sanitarios legales e ilegales, o directamente en el ambiente. 
  • De las 990 mil toneladas al año de consumo de plástico en todo Chile, solo se recicla el 8%. Y de ese 8% solo el 1,5% proviene de hogares chilenos y el 6,5 % de las industrias. El 92% del plástico restante va a la basura.

Es importante tener en cuenta que hoy en día existen múltiples artículos de un solo uso relacionados a los alimentos, entre ellos, vasos, tazas, tazones, cubiertos (tenedor, cuchara y cuchillo), palillos, pocillos, mezcladores, bombillas, platos, copas, cajas o envases de comida preparada, bandejas, sachets, individuales y más.

Por eso, desde 2018 promovemos la eliminación de los plásticos de un solo uso, exigimos alternativas a los supermercados, y fomentamos la participación de la sociedad, entidades, corporaciones y gobierno.

Chile ya prohibió el uso de bolsas de plástico desechables. Somos el primer país de América Latina que eliminó su entrega en el comercio de todo el territorio nacional.

Y ahora ya tenemos una ley en vigencia para regular los plásticos de un solo uso.

Tú también desde tu lugar puedes evitar los productos desechables e incorporar hábitos de consumo amigables con el medio ambiente

Contamos contigo para seguir avanzando. ¡Vamos por más!

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Author: Editor

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