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Chile ya tiene su primer guardacostas ambiental

Amante del surf y habitante de Curanipe, Rodrigo de la O fue seleccionado para proteger las costas chilenas de la contaminación. Su debut está planificado para febrero y su objetivo principal será patrullar el impacto de los proyectos industriales entre los ríos Maule e Itata.

Rodrigo de la O aceptó el desafío de transformarse en el primer guardacostas ambiental de Chile.

Es amante del surf, tiene 35 años y vive en Curanipe, comuna costera de la Región del Maule, donde estará el centro de operaciones de un inédito proyecto de patrullaje ecológico que comenzará a funcionar en febrero de 2009.

La iniciativa es dirigida en el país por la ONG Fiscalía del Medio Ambiente (FIMA), representante oficial de su par estadounidense Waterkeeper Alliance -que integra Robert Kennedy Jr- y en el que también colabora Safes de Waves, organización internacional de surfistas.

La misión del guardacostas será vigilar cerca de 130 kilómetros de costa, entre la desembocadura del río Maule y el Itata, para evitar que las aguas del Océano Pacífico se vean afectadas por la contaminación, en especial, de grandes proyectos industriales, como las plantas de celulosa.

Una de ellas, Celco Nueva Aldea ya terminó de construir su emisario submarino en las costas de Cobquecura, que estará operativo a comienzos de 2009.

En conversación con La Nación Rodrigo de la O identificó el ducto de Celco, la desembocadura del río Maule -donde hay otra celulosa- y la futura Termoeléctrica Los Robles como las zonas de principal preocupación. Por eso explica que su misión será clave, ya que tendrá que “realizar un monitoreo científico, independiente en la costa”.

ESPECIES AMENAZADAS

Este guardacostas es de profesión diseñador gráfico, hoy se dedica al turismo, pero ha tenido una estrecha relación con el mar. Fue pescador artesanal y actualmente es surfista, características que le facilitarán su trabajo arriba de la embarcación.

Sin embargo, Fernanda Pinochet, abogada y jefa del proyecto en FIMA, puntualizó que estos atributos fueron sólo algunas características que facilitaron su elección.

Las otras están relacionadas con su inserción en la comunidad como activista contra la construcción de la Termoeléctrica Los Robles, que equivale a un cuarto del proyecto de HidroAysén.

“El problema con la termoeléctrica es que no se señala en el estudio ambiental cuál es el área de influencia y eso es de gravedad. Sólo dice que van a existir efectos, pero no dice dónde”, explicó.

Pero los grandes proyectos no serán los únicos fiscalizados. En la zona hay otros impactos como la alta afluencia de turistas y el uso de pesticidas en la producción de frutillas.

En tanto, la bióloga marina de ONG Angelina Crocco explicó que entre las especies amenazadas por la acción del hombre están los cisnes de cuello negro y flamencos del humedal de Reloca, los delfines y los lobos marinos de Cobquecura.

Daño ecologico en rio mataquito

Comunidad de Cobquecura acentúa sus aprensiones.

En estado de alerta se encuentra la comunidad de Cobquecura debido al derrame de líquidos que habrían provenido desde la planta de celulosa Licancel de Arauco, sobre el río Mataquito.

Las aprensiones de la comunidad se relacionan con el peligro que eventualmente puede generar las industrias en el medioambiente, señaló el vocero de Salvemos Cobquecura, César Aguila.

Este, dijo que una vez más una planta de celulosa genera daños al ecosistema y temen que en el futuro el litoral de Ñuble pueda ser afectado por los residuos industriales.

Manifestó que “el derrame de productos químicos de esta cuestionada empresa, es producto de la irresponsabilidad con la que acostumbra trabajar Celco Arauco, al considerar que el río Mataquito sería capaz de diluir los desechos industriales líquidos y a su vez da cuenta de lo precario y obsoleto de su tecnología, que no fue capaz de predecir el grave daño generado al entorno”.

Aguila, sostuvo que esperan que lamentablemente en Mataquito como en el río Cruces se “altera seriamente el entorno natural, al considerarlo un vertedero sin fondo y a su vez ocasionando un daño social a los pescadores artesanales del sector, quienes han observado cómo se ha destruido sistemáticamente su principal fuente de trabajo”.

Señaló que la entidad de la que asumió como vocero, insiste que “el emisario submarino de Celco Nueva Aldea generará un daño irreparable a las playas de Cobquecura, por lo que continuaremos oponiéndonos a la construcción de este ducto y defenderemos nuestro entorno natural y cultural por sobre los intereses políticos o económicos de esta cuestionada empresa”.

La entidad que agrupa a prácticamente toda la comunidad de Cobquecura, pide a la autoridad ambiental del país, “que detenga la producción de celulosa de todas las industrias de propiedad de Celco Arauco, para revisar públicamente los procesos industriales que actualmente están ocasionando estos daños ambiéntales, antes de que sea demasiado tarde”.

Actualmente, está en construcción un emisario submarino que llevará los riles de la celulosa al océano, impidiendo que sean vertidos como hasta ahora en el río Itata.

Fuente: Diario La Discusión