Cada 3 de julio llega el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. Esta es una fecha necesaria porque nos recuerda que estos elementos descartables que pasan por nuestras manos a diario no son inofensivos. La velocidad en la que se producen, consumen y descartan tiene una huella ambiental enorme y, para colmo, es responsable de generar cantidades exorbitantes de basura que ahoga a nuestro planeta.
Una mujer con bolsas de plástico como adorno para el cabello para visualizar la patética dependencia del plástico en la vida diaria de las personas.
El Día Internacional se da dentro de una propuesta más grande que es el mes de “Julio sin plástico“, una iniciativa que invita a todas las personas alrededor del mundo a reducir el consumo de productos plásticos de un solo uso.
En definitiva, ambos eventos ponen sobre la mesa un hecho indiscutible: el plástico no es biodegradable sino todo lo contrario, puede tardar cientos de años en descomponerse,por lo que, cuando se desecha, se acumula en el medio ambiente hasta alcanzar un punto crítico.
Entonces, como explican desde la ONU, la contaminación que genera termina por asfixiar a la fauna marina, deteriorar el suelo, envenenar las aguas subterráneas y causar graves consecuencias para la salud humana.
Además, la producción de plástico es uno de los procesos de fabricación más intensivos en energía del mundo. Este material se fabrica a partir de combustibles fósiles, como el petróleo crudo, que se transforman mediante calor y diversos aditivos en un polímero.
Nadie puede negar la practicidad que significó la llegada del plástico a la vida cotidiana. Sin embargo, muy pronto, nuestra cultura se volvió adicta a los objetos de un solo uso, que este material permite crear a muy bajo costo y comenzamos a habitar en un mundo de desechables y descartables.
Tanto es así que desde la década de 1950, investigadores estiman que la humanidad ha producido unos 9.200 millones de toneladas de plástico, de las cuales alrededor de 7.000 millones de toneladas se han convertido en residuos.
Es por esto que un simple cambio de hábitos puede marcar una diferencia. Así que hoy recordemos por qué reducir el uso de bolsas plásticas y optar por versiones reutilizables es la mejor manera de darle un respiro a nuestro querido (y dañado) ambiente.
Reducir el uso de bolsas plásticas: menos basura, menos emisiones
La buena noticia es que las bolsas plásticas son fáciles de reemplazar o rechazar y que, por cada una que se evita, se logra una gran victoria para todos.
Se puede optar por alternativas reutilizables como bolsas de tela, cestas o carritos de compra. También se pueden rechazar las bolsas de plástico cuando compres productos que puedas llevar en la mano o reutilizar las bolsas que ya tienes. Además, es importante evitar los productos con embalaje de plástico y optar por alternativas a granel.
Bolsas reutilizables de malla de algodón y frascos de vidrio.
Sistema de préstamo y reciclaje de vasos, Taiwan.
Por un lado, se utiliza menos materia prima virgen y combustibles fósiles, lo que redunda en menos daño a la naturaleza (por ejemplo, se prescinde de los combustibles fósiles que son usados para la fabricación de objetos de un solo uso en casi la totalidad de los casos).
Al mismo tiempo, ayudamos a que baje el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero asociado con su producción.
Por otro lado, reducimos la generación de basura y también de microplásticos (partículas pequeñas en las que se degradan los artículos y que pueden entrar al cuerpo a través de la inhalación y la absorción, y acumularse en los órganos).
El mundo está despertando al problema, y los gobiernos, la industria y otras partes interesadas están comenzando a actuar. Continuamos exigiendo un mundo sin contaminación plástica .
El mundo está despertando al problema, y los gobiernos, la industria y otras partes interesadas están comenzando a actuar. Continuamos exigiendo un mundo sin contaminación plástica .
Aunque a veces pase desapercibido, el trabajo de quienes luchamos por proteger el planeta donde vivimos es constante. De manera individual o agrupados en organizaciones civiles -como en nuestro caso-, son miles las mujeres y los hombres que dedican horas, meses y años de esfuerzo a causas que tardan mucho tiempo en concretarse.
En esta lucha, cada logro y avance marca un hito en la historia de la conservación y sienta precedentes para quienes tomen la posta en la defensa de la naturaleza. Por eso, debemos valorarlos y celebrarlos a lo grande.
Aquí te traemos los triunfos más recientes, te invitamos a conocerlos y festejarlos como se merecen.
1. Brasil – Victoria histórica por los océanos
Después de 12 años de articulación, trabajo y resistencia, la Ley del Mar (PL 6969/2013) fue aprobada en la Cámara de Diputados con 378 votos a favor. Ahora, el texto pasó al Senado.
De lograr su sanción, la ley permitirá crear una política nacional para la gestión integrada, la conservación y el uso sostenible del sistema costero-marino.
La propuesta reconoce al océano como un territorio vivo, esencial para el clima, la economía y la vida de millones de brasileños. También introduce herramientas fundamentales, como la Planificación Espacial Marina, justa y basada en los ecosistemas, para ordenar la utilización del mar y frenar la explotación depredadora.
Contar con una herramienta jurídica como esta es clave si se considera que Brasil tiene el segundo litoral más extenso de América Latina (más de 7.000 km de costa), un espacio natural pleno de diversidad y belleza, que requiere de mayor protección.
2. Kenia – Gran paso adelante en la Justicia para frenar el ingreso de transgénicos al país
Esta sentencia marcó unprecedente contundente, que tiene inclusive alcance para todo el continente africano, de cara a la presentación del caso que definirá el futurode la agricultura en ese país.
El 20 de mayo pasado, 15 pequeños productores agrícolas de todo Kenia demandaron ante la Justicia la constitucionalidad del Acta de Variedades de Semillas y Plantas (Cap. 326), una ley que criminaliza su modo de vida. El litigio está respaldado por Greenpeace África, Seed Savers Network, y Biba.
En el centro de la petición hay una cláusula que prohíbe el intercambio, la venta o el uso de semillas no certificadas, incluidas las variedades tradicionales e indígenas. Los agricultores argumentan que estas leyes, aplicadas con fuertes multas e incluso penas de cárcel, afectan a los cultivadores más pobres del país y rompen los lazos con prácticas ancestrales relacionadas con las semillas.
El veredicto se emitirá el 27 de noviembre próximo, en lo que será un día que marcará a fuego el compromiso constitucional de Kenia con la herencia cultural, los derechos de alimentación y la justicia ecológica.
«La Constitución garantiza el derecho a la cultura y a la alimentación», dijo Alvin Munandick, en representación de Greenpeace África. «Compartir semillas no es un delito. Es una práctica ancestral».
3. Noruega – Freno a proyectos petrolíferos en el Mar del Norte
El 21 de mayo pasado, el Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio (también conocida como EFTA por sus siglas en inglés – European Free Trade Association) le dio la razón a Greenpeace Noruega y a la organización del mismo país Natur og Ungdom(Naturaleza y Juventud – conocida en inglés como Jóvenes Amigos por el Planeta) en la consulta contra el Estado Noruego.
Este nuevo aval se produce en el marco de la causa en la que la Corte de Oslo encontró inválidos los permisos otorgados a tres proyectos petroleros en el Mar del Norte en enero de 2024.
Ahora, en un nuevo dictamen, el Tribunal de la AELC coincidió con el reclamo de Greenpeace Noruega y confirmó que bajo la ley de la Unión Europea los estudios de impacto ambiental deben incluir no sólo las emisiones producidas en el mismo sitio de la extracción de gas y petróleo, sino también de la subsiguiente quema una vez que es extraído, sea donde sea que ese consumo tenga lugar.
De esto deriva que el gobierno noruego estuvo equivocado al excluir esas emisiones posteriores al aprobar nuevas perforaciones.
Es una noticia para celebrar porque determina que “el gobierno noruego no puede seguir ignorando que el gas y el petróleo generan daños en las personas y en el planeta una vez que se extrae del suelo”, explicó Frode Pleym, Director de Greenpeace Noruega.
Al mismo tiempo, este fallo puede abrir la puerta a que se hagan estudios climáticos más rigurosos ante nuevos proyectos petrolerosen toda Europa, además de sentar precedente para otras cortes nacionales.
“Los científicos climáticos documentaron que estos proyectos petroleros llevarán a la muerte prematura de 100.000 personas como resultado del aumento de la temperatura. Estoy feliz de que el Tribunal de la AELC opine que la ciudadanía merece saber esta información antes de que el Estado apruebe un nuevo yacimiento de petróleo” dijo Sigrid Hoddevik Losnegård, líder de la organización Natur og Ungdom.
En septiembre la causa se llevará al Tribunal de Apelaciones. La otra buena noticia es que con el fallo de la Corte Suprema y la declaración del Tribunal de la AELC a favor, hay muchas chances de obtener una victoria definitiva.
4. Dinamarca y Eslovenia ratificaron el Tratado de los Océanos
¡Hay buenas nuevas respecto al Tratado por el que luchamos tantos años!
Para empezar, Dinamarca y Eslovenia ratificaron este marco jurídico que garantizará la protección global del hábitat más grande del mundo contra actividades destructivas como la pesca industrial, la extracción de petróleo, la minería y el vertido de residuos.
De esta manera, si la norma se lleva adelante, permitirá regular las actividades humanas en alta mar, haciendo efectiva la preservación mediante la designación de áreas marinas protegidas y estableciendo un mecanismo para compartir de manera equitativa los beneficios derivados de la explotación de los recursos genéticos marinos. Además, establece el compromiso de declarar área protegida un 30% de la superficie de alta mar antes de 2030. En la actualidad solo está protegido alrededor del 1%.
5. Luxemburgo – 33° país que prohíbe la minería en aguas profundas
Celebramos que se ha unido al llamado para una moratoria sobre la minería en aguas profundas, convirtiéndose en el país número 33 en tomar una postura contra esta riesgosa industria.
Siempre es una buena señal el hecho de que crezca el consenso entre gobiernos, científicos, grupos indígenas, organizaciones de la sociedad civil, empresas e instituciones financieras en que la minería de aguas profundas no es viable porque implica demasiados peligros para la vida marina. Es vital que más países se sumen para dar esta señal contundente: no hay licencia social, no hay confianza de los inversores ni apoyo público.
6. Países Bajos – El aeropuerto más importante del país debe rendir cuenta por sus emisiones contaminantes
Esta autorización oficial les permitía emitir una gran cantidad de nitrógeno, uno de los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático. Ahora Schiphol deberá solicitar un nuevo permiso ambiental, esta vez sin trucos contables ni atajos, y demostrar cuántos vuelos son aún posibles. De seguro, esto implicará una reducción en la actividad aeronáutica, algo potencialmente bueno para el medio ambiente ya que habrá menos emisiones que calientan el planeta, y para los residentes cercanos -que sufrirán menor ruido de aviones-.
Después de leer esta nota ya sabes que, en este preciso momento, hay alguien poniendo su tiempo, saberes y pasión en el cuidado del mundo que habitamos. ¿Cuáles serán las próximas victorias que tendremos para celebrar?
Imagen de un globo terráqueo cubierto de residuos plásticos, proyectada por Greenpeace Andino, en Chile.
Sea en las noticias o en las conversaciones diarias, el “medio ambiente” suele ser un tema de conversación frecuente. Pero, ¿alguna vez te detuviste a pensar a qué nos referimos cuando hablamos de ese término?
Uno de los conceptos más comunes es tomarlo por “todo aquello que nos rodea”. En especial, nos referimos al entorno natural -aquel que permanece en su mayoría inalterado por la actividad humana-. En este sentido, usamos medio ambiente como sinónimo de naturaleza o hábitat.
Esta idea tan extendida puede hacernos caer en la trampa de pensar que ese mundo natural está separado de las ciudades que habitamos, es decir, muy lejos nuestro. Sin embargo, esto no es cierto porque esta separación no existe.
Basta saber que si levantamos las baldosas de las veredas y el asfalto de las calles, encontramos a la tierra, las rocas y los microorganismos latiendo y esperando volver a respirar. Incluso si se deja un terreno desocupado -sin construir nada- y se deja pasar el tiempo, la lluvia hará crecer la vegetación y las aves ayudarán a sembrar un nuevo ecosistema y volverá la biodiversidad.
Varios proyectos en Berlín trabajan en el aprovechamiento y almacenamiento del agua de lluvia para poder utilizarla de forma más respetuosa con el clima.
Hoy en día, más de la mitad de la población mundial (4.200 millones de habitantes) vive en ciudades.
Entonces, la ciudad es parte del ambiente aunque no nos demos cuenta y está bien decir que el medio ambiente es todo lo que nos rodea, y contiene a todos los seres vivos -sean las arañas, hormigas, sapos y árboles-, arroyos, ríos y también el mar, inclusive el clima que define una zona, etc. Por tanto, hay que cuidar la naturaleza en la ciudad, recuperarla y valorarla tanto dentro como fuera de ella.
5 de junio: el día que todo el mundo habla de medio ambiente
El Día Mundial del Medio Ambiente es una fecha impulsada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y dirigida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Se conmemora desde 1972 y cada año lo auspicia un país diferente: en este 2025 el anfitrión y organizador es la República de Corea.
A través de estos más de 50 años de vigencia, esta celebración ha llegado a convertirse en una de las plataformas mundiales con mayor alcance en favor de las causas ambientales.
De manera que cada 5 de junio, son millones de personas de todo el mundo las que participan de manera virtual y presencial en actividades, eventos y todo tipo de iniciativas para conversar, intercambiar ideas y accionar en pos de la protección del entorno en el que vivimos.
La contaminación plástica, una amenaza que no da tregua
El tema elegido para el Día Mundial del Medio Ambiente 2025 es los efectos de la contaminación plástica y pone el foco en la evidencia científica que alerta sobre cómo incide en la salud del medio ambiente y las personas.
Más de 400 millones de toneladas de plástico se producen a nivel mundial por año. Se cree que la mitad de este material se concibe para una vida útil de un solo uso.
Menos del 10% se recicla.
11 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Eso equivale al peso de alrededor de 1,089 Torre Eiffeles juntas.
Más de 50.000 partículas de plástico ingiere cada persona por año, e incluso muchas más si se tienen en cuenta las partículas inhaladas.
También es importante mencionar que los plásticos de un solo uso, cuando se tiran o se queman, no solo hacen daño a la salud de las personas y a los animales, sino que además terminan contaminando todo tipo de lugares, desde las montañas más altas hasta el fondo del mar. En tanto, los microplásticos (partículas plásticas cuyo diámetro es inferior a 5 mm) hacen lo suyo, invadiendo los alimentos, el agua e incluso el aire.
“El plástico nos está envenenando. Reduzcamos la producción ahora.”
Transformar nuestra relación con el plástico
Ante la marea contaminante, este 5 de junio es una invitación a transformar nuestra relación con el plástico y consideramos que el primer paso para lograrlo es apostar a la Educación Ambiental. Así que te proponemosllevar esta información a las aulas para concientizar sobre el problema y también llevar soluciones, como la de estas4 Erres que se pueden poner en acción:
Rechazar: es decir NO al uso de plásticos de un solo uso como las bolsas de compras, los cubiertos, recipientes, envoltorios, botellas y sorbetes. Dejar de usarlas supone cambiarlas por bolsas de tela y opciones reutilizables.
Reducir: al rechazar, estarás reduciendo el consumo de esos objetos descartables, lo que es clave para no generar basura, evitar el uso de recursos naturales y la emisión de gases contaminantes.
Reutilizar: se trata de estirar la vida útil, dándoles a las cosas un uso distinto al original. Por ejemplo, cuando usas un frasco plástico como lapicero o creas un adorno usando materiales que de otra forma irían a la basura.
Reciclar: esta tarea implica transformar materiales usados -como el plástico- para que puedan ser reutilizados en la fabricación de nuevos productos, en lugar de ser desechados como basura. Es una parte fundamental de la economía circular y la gestión sostenible de residuos. Para reciclar, el papel de cada ciudadano e institución es clave, puesto que debe separar en origen y sumarse al sistema de reciclaje local.
En nuestra revista digital Semillas Andinas te contamos todo sobre el reciclaje y proponemos actividades concretas.
Difundir sobre esta problemática y sus posibles soluciones es algo que no debe agotarse en un solo día. Se necesita tomar acción ya porque sino los desechos plásticos que fluyen hacia los ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para 2040. Pero estas no serán las únicas consecuencias. Le seguirán muchas más.
Por todo esto, desde Greenpeace también seguiremos exigiendo que los gobiernos, el sector privado y demás partes interesadas amplifiquen e implementen medidas ya en todos los rincones del mundo.
La solución: el Tratado Global de Plásticos y lo qué está en juego
El Tratado Global de Plásticos es un acuerdo internacional jurídicamente vinculante que está siendo negociado por los Estados miembros de la ONU con el objetivo de poner fin a la contaminación por plásticos en todo su ciclo de vida, desde la producción y diseño, hasta la gestión de residuos.
Fue aprobado como resolución en marzo de 2022 durante la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y se prevé que esté listo para su firma en 2025 tras cinco rondas de negociación, conocidas como INC (Comité Intergubernamental de Negociación). La ronda INC-5.2 será clave para definir los puntos de consenso y se llevará a cabo en agosto 2025 en Ginebra, Suizo.
El tratado tiene el potencial de frenar la sobreproducción, lo que podría representar un punto de inflexión histórico para la crisis plástica. Pero si triunfa el lobby de las petroleras y grandes empresas, el acuerdo podría limitarse solo a aspectos de reciclaje y manejo, sin tocar la raíz del problema: la producción masiva.
Greenpeace exige un Tratado Global sobre Plásticos que reduzca la producción de plástico en al menos un 75 % para 2040, en línea con el objetivo climático de 1,5 °C, y para proteger nuestra salud, nuestras comunidades y la naturaleza.
El Tratado Mundial sobre los Plásticos es una oportunidad única para resolver la crisis de los plásticos. Por el bien de nuestro futuro colectivo, no podemos desaprovechar este momento.
Desde hace varias décadas, el reciclaje ocupa un lugar destacado en la agenda ambiental. Sin embargo, pese a su popularidad y a los esfuerzos por promoverlo, aún es necesario insistir en su implementación en más ciudades, su adopción en más hogares y empresas, y en el aprovechamiento pleno de su potencial. Esto cobra especial relevancia cada 17 demayo, cuando se celebra el Día Mundial del Reciclaje.
En este contexto, vale la pena recordar por qué sigue siendo una herramienta clave para combatir la contaminación y reducir la presión que la sociedad de consumo ejerce sobre los recursos naturales.
Residuos y reciclaje, dos caras de la misma moneda
Si hablamos de reciclaje, primero debemos entender que el nivel de residuos que derivan de las actividades humanas, y la forma de gestionarlos -que suele ser deficiente-, son las dos patas de un serio problema para la salud de las personas y del ambiente.
Greenpeace recuerda que el plástico de un sólo uso es uno de los mayores contaminantes del planeta.
Greenpeace Colombia lleva un “Basura Móvil” a la Plaza de Bolívar para hacer un llamado urgente al gobierno distrital por la crisis de gestión de residuos que afecta a Bogotá y sus alrededores.
La mayoría de los productos que circulan por góndolas y comercios parecieran estar diseñados sin considerar qué pasa con ellos al final de su ciclo de vida. De esta manera, tarde o temprano, terminan convirtiéndose en un descarte potencialmente contaminante así sea un ticket, algún envoltorio o envase, la bolsa en la que se lleva la compra, etc.
Wikipedia define como residuo a “cualquier material que su productor o dueño considera que no tienen valor suficiente para retenerlo”. Esto significa que se desecha aunque aún podría seguir siendo útil para otro uso o usuario, sólo que quien lo tiene no lo considera así. Por otro lado, se diferencia de la basura, que “son desechos que no pueden ser reutilizados o reciclados”.
Todas las personas generamos residuos…
De ambos residuos (sean aprovechables o no), en Argentina, cada habitante genera al día 1,15 kg per cápita, según datos oficiales.
Rosario, Argentina. Más río, menos basura.
Vertedero textil en el desierto de Atacama en Chile.
En Chile, se estima que son 1,27 kilos diarios. A nivel nacional esto representa un total de 19,6 millones de toneladas de residuos, de lo que se recicla casi un 21%, según el Ministerio de Ambiente.
El promedio de generación de residuos sólidos en un hogar colombiano es de promedio 1 kg por día por persona, cifra que está aumentando desde 2015, de manera constante.
Bogotá, Colombia.
A esta fracción domiciliaria, hay que añadir todos los desechos que se generan a nivel comercial, asistencial, sanitario, industrial o institucional. De esta manera, el panorama de la basura -aquel que es la contracara obligada del consumo- comienza a completarse.
Ahora bien, ¿qué ocurre con esta cantidad impresionante de residuos? En el mejor de los casos, los municipios cuentan con una gestión adecuada de recolección y disposición final en vertederos, que evita que la basura quede desperdigada en terrenos y ríos -o incluso en las calles-, donde se desintegran durante años, contaminando las napas, los suelos y el aire.
En escenarios ideales, los gobiernos locales suman también la implementación de un sistema de separación diferenciada en hogares que permite recolectar y llevar a reciclaje materiales como el plástico, el vidrio, el cartón e incluso textiles, aparatos electrónicos y eléctricos y orgánicos. Esto no sólo reduce la cantidad de residuos que llegan a los vertederos sino que reintroduce materias primas al sistema productivo, evitando que se extraigan de la naturaleza.
Lejos de lo deseable, los hechos demuestran que en 2025 la basura sigue siendo un tema pendiente en gran parte de las ciudades del planeta. A raíz de esto, “La mala gestión de los desechos está dañando la salud humana y el medio ambiente local, además de agravar el desafío climático”, dice Laura Tuck, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial. “Lamentablemente, son a menudo los más pobres de la sociedad quienes se ven más afectados por una gestión inadecuada de los residuos. No tiene por qué ser así. Nuestros recursos deben ser utilizados y luego reutilizados de forma continua, para que no terminen en vertederos.”
De esta manera, se entiende mejor por qué si no se toman medidas urgentes, la cantidad de residuos globales aumentará un 70% sobre los niveles actuales para el año 2050, tal cual alerta el Banco Mundial en su informe Qué desperdicio 2.0.
La rápida urbanización y el crecimiento de las poblaciones son los motivos detrás de esta tendencia, que se espera que lleve la generación mundial anual de desechos de 2.01 mil millones de toneladas en 2016 a 3.4 mil millones de toneladas en los próximos 30 años, según el informe.
El reciclaje, un compromiso que debe asumir toda la sociedad
Producción de madera plástica proveniente de los plásticos reciclados.
Recicladores, Bogotá, Colombia.
En este contexto, queda aún más claro por qué el reciclaje continúa siendo una herramienta central para combatir la contaminación. Cuando los residuos son bien gestionados, miles de toneladas de materiales reciclables dejan de estar en un vertedero -donde se mezclan con la basura y produciendo dióxido de carbono al descomponerse- y se convierten en recursos que vuelven al sistema productivo. Visto así, se entiende que el manejo de residuos sólidos urbanos es clave para tener ciudades y comunidades más sustentables, saludables e inclusivas.
Además del reciclaje, las personas consumidoras tienen a mano otra herramienta para reducir los residuos: el consumo responsable. Esto implica reflexionar antes de comprar, evitando el consumo compulsivo y priorizando productos duraderos, reutilizables, con bajo impacto ambiental, fabricados bajo normas sustentables y procesos éticos con el planeta y los trabajadores (si es posible, que sea todo lo precedente).
Esta visión ante los hábitos de compra también contribuye directamente al ahorro económico, ya que se evita el gasto innecesario en bienes desechables o poco sostenibles. Así, se logra generar menos residuos, menos contaminación y se cuidan los recursos naturales, generando un ciclo más equilibrado para todos.
En definitiva, y después de tanto que se ha dicho sobre el reciclaje, no se trata de desestimarlo por sus limitaciones ni de idealizarlo como la solución final al problema de la basura. Es, en todo caso, tiempo de valorarlo como un instrumento indispensable en el armado de la economía circular virtuosa que necesitamos para salir de la encrucijada ambiental en la que nos metió el sistema de comprar-usar-tirar.
Desde esa base, seguiremos exigiendo que las empresas se comprometan, desde el diseño mismo, a crear bienes que duren en el tiempo y que puedan repararse cuando fallen; y que los gobiernos brinden una gestión de residuos eficiente que garantice una segunda vida a los materiales que aún tienen potencial, al mismo tiempo que de trabajo digno a quienes trabajan en esa industria.
Compartimos seis grandes novedades para el clima y el medio ambiente que marcan un rumbo positivo y demuestran que ser activista y alzar la voz en defensa del planeta sí hace la diferencia.
1. Buenas noticias para las profundidades marinas
Gracias a la presión social y a años de trabajo de organizaciones como Greenpeace, se logró frenar los planes de minería submarina en Noruega. Así, cada vez estamos más cerca de detener esta industria destructiva de forma definitiva.
La empresa minera noruega Loke Marine Minerals aspiraba a convertirse en la mayor compañía del mundo en minería en aguas profundas. Loke contaba con licencias en el Pacífico (respaldadas por el Reino Unido) y tenía ambiciosos planes para explotar minerales también en el Ártico.
Sin embargo, Loke admitió de manera pública que tenía problemas para atraer nuevos inversores. ¿La razón? La creciente oposición ciudadana a la minería en el fondo marino.
Solo unas horas después de que activistas de Greenpeace interrumpieran una conferencia sobre minería en los fondos marinos en Noruega, la empresa anunció oficialmente su quiebra.
2. Finlandia cerró su última central eléctrica de carbón
La última gran central eléctrica de carbón de Finlandia en producción activa cerró el 1 de abril. El país aún tiene un par de pequeñas centrales eléctricas que utilizan algo de carbón y una central eléctrica de reserva para emergencias, peroen la práctica, el uso de energía a carbón en Finlandia ya terminó.
En los dos últimos años, Helsinki clausuró dos centrales eléctricas de carbón, en Hanasaari y Salmisaari. Con estas medidas se espera que las emisiones de CO? de la ciudad se reduzcan en un 43% , y las de Finlandia hasta en un 5%.
Nuestros colegas de Greenpeace Finlandia comentaron al respecto que: «Hubo un tiempo en que la exigencia del movimiento ecologista de eliminar de manera progresiva el carbón se consideraba impensable, hasta que las campañas, el trabajo incansable en las calles y en las salas de negociación, y el endurecimiento de la política climática dieron resultados reales».
3. Los castores han vuelto a Gran Bretaña después de 400 años
Por fin, una buena noticia del mundo animal: el castor, que desapareció de Gran Bretaña hace siglos, está de regreso, informa NRK. La especie había sido llevada a la extinción debido a la caza intensiva, ya que se valoraba mucho su piel y su carne. Gracias al esfuerzo de varias organizaciones, su reintroducción en la naturaleza es ya una realidad. El proyecto está liderado por el National Trust, que destaca cómo las actividades naturales del castor, entre ellas construir presas y roer árboles, también favorecen el regreso de muchas otras especies al ecosistema.
4. El transporte público del oeste de Suecia dice adiós a la publicidad de combustibles fósiles
Västtrafik, la entidad responsable del transporte público en el oeste de Suecia, ha decidido prohibir la publicidad relacionada con combustibles fósiles en todas sus plataformas. Esta medida incluye anuncios de productos vinculados al petróleo, la aviación y los vehículos propulsados por combustibles fósiles, y se aplicará en trenes, tranvías, autobuses, barcos y en unas 650 paradas de transporte en Gotemburgo. Se trata de la normativa más estricta de Suecia en este ámbito.
“Las emisiones de CO? no están bajando lo suficientemente rápido, mientras que en el transporte público apenas usamos combustibles fósiles. No tiene sentido mostrar anuncios de actividades que claramente dañan el clima”, explicó Lars Backström, director ejecutivo de Västtrafik.
Esta decisión es fruto de años de esfuerzo de Greenpeace, otras organizaciones y numerosos voluntarios. Además, una encuesta de SIFO reveló que más de la mitad de la población sueca apoya la prohibición de este tipo de publicidad.
5. Récord histórico: casi la mitad de la electricidad en Europa proviene de energías renovables
La Unión Europea continúa avanzando con paso firme hacia la transición energética. Según el informe European Electricity Review 2025, un 47% de la electricidad generada en la UE en 2024 provino de fuentes renovables como la energía solar y eólica, marcando un nuevo récord.
Entre los principales hallazgos del informe se destacan:
El uso de combustibles fósiles cayó a un mínimo histórico del 29%.
2024 fue otro año de descenso para el carbón y el gas, siendo el quinto año consecutivo de caída en el uso de gas.
La energía solar fue la fuente de mayor crecimiento, superando por primera vez a la electricidad generada por carbón.
“En los dos últimos años hemos visto un descenso significativo tanto del carbón como del gas en el sistema energético de la UE. Los combustibles fósiles han caído a niveles históricamente bajos”, señala Chris Rosslowe, analista senior y autor principal del informe.
6. La justicia británica declara ilegal el proyecto petrolífero Rosebank de Equinor
En febrero, un tribunal del Reino Unido declaró ilegal el permiso otorgado al polémico yacimiento petrolífero Rosebank, planeado por la empresa noruega Equinor frente a las costas de Shetland. Según el fallo, el gobierno británico no evaluó de manera adecuada los impactos climáticos antes de conceder la licencia a Equinor y su socio Ithaca Energy (de propiedad israelí) para desarrollar el proyecto.
La demanda fue presentada por Greenpeace y la organización ambiental Uplift, que argumentaron que el proyecto violaba los compromisos climáticos del Reino Unido.
Aunque Equinor e Ithaca Energy aún pueden volver a solicitar la aprobación, esta vez deberán incluir una evaluación detallada del impacto de las emisiones generadas por la combustión del petróleo extraído. Esto obligará al gobierno británico a reconsiderar si permite o no su desarrollo.
A pesar de que con este fallo el caso aún no está cerrado del todo, esta decisión judicial detiene el proyecto por el momento y representa una victoria legal muy significativa para el clima.
Todos estos triunfos se obtuvieron durante los primeros meses de 2025 y verlos así nos demuestra, una vez más, que generar alianzas, trabajar codo a codo y luchar por nuestro planeta siempre hace la diferencia .