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Los efectos del cambio climático en la Patagonia: los glaciares desaparecen ante nuestros ojos

Santa Cruz, Argentina. Marzo 06/2008 Parque nacional Los Glaciares. Campaña de cambio climatico de Greenpeace en el Glaciar Viedma.
Epígrafe Santa Cruz, Argentina. Parque nacional Los Glaciares. Greenpeace en el Glaciar Viedma

El cambio climático existe y sus consecuencias, que padecen a diario cientos de miles en seres de todo el globo, toman formas muy distintas entre sí. Una de las más conocidas es, por ejemplo, el derretimiento de los glaciares.

Estamos hablando de masas de hielo inmensas que están desapareciendo en este preciso instante. Según datos de MapBiomas, 42% de los glaciares andinos ya desaparecieron. 

Y aunque esta geografía sea tan lejana que cuesta imaginarlo, no por esto es algo menos real. En esta nota viajamos a través de testimonios a la Patagonia argentino-chilena, desde donde los testigos del derretimiento cuentan cómo es ver y oír al cambio climático.

El sonido del cambio climático

No es común tener la posibilidad de ver a los glaciares de cerca. Algo lógico cuando consideramos que 84% del total está ubicado en la Antártida y el resto en zonas montañosas de difícil acceso. Pero siempre hay excepciones.

Glaciar

La del montañista italiano Andrea Carreta es una de ellas. Este amante de las cimas, tras conocer la Patagonia chilena se enamoró de la zona y eligió mudarse junto a su familia al Parque Nacional Laguna San Rafael. Así es que desde 2016 trabaja como guía en el Glaciar Exploradores.

Después de años en las montañas, Carreta se convirtió en una voz autorizada que puede señalar con precisión sus cambios. Hoy asegura, consultado por National Geographic, que “El glaciar se está muriendo”.

Carreta detalla que el hielo retrocede casi un metro por año (910 cm) y que allí “Donde había hielo ahora hay lagunas”.

Incluso quienes visiten la zona podrán escuchar el sonido del cambio climático. Es decir, el que hace cada desprendimiento de hielo que se separa del glaciar para caer al agua. Un ruido que siempre ha existido, claro, pero que ahora se repite con una frecuencia aterradora en un mundo cada vez más caliente.

Dos activistas de Greenpeace mirando hacia el borde del Glaciar Upsala en el Parque Nacional Los Glaciares. Al fondo se ven las montañas. El Arctic Sunrise recorrerá la Patagonia y Chile durante 4 semanas, investigando hasta qué punto están desapareciendo los glaciares y los campos de hielo. Los hallazgos del equipo de investigación confirman que varios grandes glaciares, como los glaciares San Quintín y Upsala, que forman parte de los campos de hielo de la Patagonia Norte y Sur, se han adelgazado significativamente y han retrocedido varios kilómetros en los últimos años.

No hay misterio. El derretimiento de los glaciares patagónicos (que son 17.300 y están dispersos a lo largo de los Campos de Hielo del Sur y del Norte de Argentina y Chile) coincide con las temperaturas en alza, que a su vez están relacionadas con el aumento de las emisiones de carbono en la última mitad de siglo.  

Cada masa helada que se achica trae dos efectos inmediatos. Por un lado, las poblaciones cercanas se ven en peligro porque los desprendimientos causan estragos e inundan pueblos enteros que deben relocalizarse. Por otro, se pierde un recurso escaso como es el agua dulce (los glaciares acumulan más del 75 % de las reservas.)



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Así se ve el cambio climático en la Patagonia

Son muchos quienes como Carreta son testigos de los efectos del cambio climático en la Patagonia y alzan su voz al respecto. Hace poco, trascendió el trabajo de 4 estudiantes de la universidad estadounidense de Princeton que pusieron en imágenes esta realidad climática.

 Un activista de Greenpeace sostiene una antigua fotografía del Glaciar Upsala tomada en 1928 frente al glaciar tal como se encuentra hoy en el Parque Nacional Los Glaciares en Argentina.
Un activista de Greenpeace sostiene una antigua fotografía del Glaciar Upsala tomada en 1928 frente al glaciar tal como se encuentra hoy en el Parque Nacional Los Glaciares en Argentina.

Este grupo de amigos decidieron recorrer los glaciares de los cerros Fitz Roy, Río Blanco, Poincenot, Cerro Torre y Ventisquero Viedma en Argentina. La finalidad fue fotografiar su estado actual y comparar con registros de otras décadas para trazar mostrar cómo cambiaron a lo largo de los años, tal como años atrás hicimos desde Greenpeace.

Así hicieron un compendio de retratos como el siguiente del Glaciar Viedma, como era en 1910 y cómo es en 2023:

Uno de los jóvenes que estuvo en territorio, Michael Salama, fue entrevistado por el diario La Nación y describió así cómo es presenciar el derretimiento de los glaciares: 

“Recuerdo que bajábamos del primer punto en donde tomamos fotografías para nuestro proyecto, desde allí podíamos ver de cerca el Lago Viedma. Había un pedazo grande de hielo flotando sobre sus aguas. Y mientras seguíamos bajando, ese hielo se agrietó al medio y comenzó a desintegrarse. Más tarde, ese mismo día, pusimos la fotografía al lado de la que recién habíamos hecho. Ahí me di cuenta de que todo ese hielo había desaparecido”.

Trabajos como hacen evidente los cambios que muchos se esmeran en negar. Hay más de lo que pudieron documentar puede verse en este video

Los testimonios de quienes habitan y visitan el sur de la Patagonia son claros: la región sufre los efectos del calentamiento global y esta tendencia sólo está en ascenso. 

Es tiempo de entender que somos uno con los ecosistemas que nos sostienen y que salvarlos es cuidar nuestro futuro.  

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Author: Meri Castro

Pascua Lama en la mira

pascua lama

El polémico proyecto minero Pascua Lama, que hasta el día de hoy tiene a los ecologistas enronchados, cumplió ayer un nuevo hito. En los últimos días, el Gobierno instaló dos refugios para monitorear el comportamiento de los glaciares ubicados en los valles del Huasco y Copiapó. Uno se construyó justo en el campamento de la empresa Barrick en las cercanías de los glaciares Esperanza, Toro I y Toro II, que pueden ser afectados por las faenas mineras.

El proyecto minero Pascua Lama mantiene enfrentados a grupos ciudadanos con la empresa Barrick Gold, tanto en Chile como en Argentina. El mayor temor es que los glaciares desaparezcan o se vean visiblemente afectados, pero esta acción del Gobierno permitirá fiscalizar la labor de la minera sobre estas masas de hielo. “Nos parece razonable que se empiece a invertir, en términos públicos, para monitorear los glaciares y evaluar el daño que se les está produciendo, tanto por cambio climático como por acción directa de algunas actividades humanas como la gran minería pública y privada”, opina Eduardo Giesen, vicepresidente del Comité Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff) y miembro de la Alianza por la Justicia Climática. Aun así, advirtió que éste es un pequeño paso ante todo lo que queda por hacer en torno a la preservación de los glaciares. “Estas medidas están orientadas a mejorar el monitoreo y la evaluación del daño, y a esta altura, a nosotros nos parece insuficiente. Hay suficiente evidencia que muestra la desprotección de estos glaciares como para tomar medidas mucho mayores en el sentido de su protección. Creemos que el Gobierno claramente se ha quedado atrás, la gran minería le ha doblado la mano”, expresó Giesen.

Los refugios, que forman parte del Plan de Acción de Cambio Climático del Gobierno, quedarán bajo el control de la Dirección General de Aguas (DGA). “Se cumple así con el compromiso presidencial asumido en marzo de 2007 de instalar dos refugios para el control y estudio de glaciares en los valles de Huasco y Copiapó, con el fin de conocer a cabalidad el comportamiento de estas masas de hielo y buscar su preservación”, indicó Rodrigo Weisner, director general de Aguas. Las instalaciones todavía no están listas, por lo que iniciarán sus labores de monitoreo el segundo semestre de este año.

Los Pelambres en la mira por glaciares rocosos

Glaciares Rocosos

Glaciares Rocosos

Informe dice que entre 2000 y 2006 la minera intervino hielo rocoso equivalente a 2,84 millones de metros cúbicos de agua, pérdida que para una zona semiárida resulta de “importancia crítica”. La empresa rebate todo.

Sea por remoción de glaciares rocosos, por depositación de roca estéril sobre ellos o por construcción de caminos, entre 2000 y 2006 la minera Los Pelambres (MLP) ha afectado reservorios permanentes de agua fosilizada equivalentes a un máximo de 2,84 millones de metros cúbicos del vital elemento, pérdida que según un estudio de la Universidad de Waterloo, fue producida por intervenciones “no anunciadas por ninguno de los estudios ambientales presentados a la autoridad entre 1997 y 2004”.

Fechado el 1 de octubre pasado, el informe realizado por el geógrafo canadiense Alexander Brenning y el chileno Guillermo Azócar, enfatiza que las “intervenciones” del recurso se producen en una zona de alta radiación solar y escasas precipitaciones de la Región de Coquimbo, donde, por cierto, el valor del agua es aún más sensible.

“La remoción o alteración de glaciares rocosos en zonas semiáridas implica la pérdida de importantes reservorios naturales de agua fósil en estado congelado”, detalla el documento, agregando que, como en el área donde se emplaza Los Pelambres no hay glaciares convencionales o blancos, “los glaciares rocosos y el permafrost de montaña son los únicos reservorios permanentes de hielo en esta zona y, por lo tanto, de importancia crítica para el sistema hidrológico”.

Los resultados del informe fueron obtenidos en base al estudio de fotos satelitales tomadas por diversas fuentes en 1997, 2000 y 2006, donde identificaron que de los 15 glaciares de roca existentes en el entorno de la mina, cuatro “han desaparecido casi completamente por el avance de botaderos de material estéril”, y otros dos “sólo han sido intervenidos por la construcción de caminos”, degradando en total un área de entre 0,11 y 0,14 killómetros cuadrados del recurso rocoso compuesto por entre 40% y 60% de hielo.

El estudio acusa que minera Los Pelambres no anunció intervención de estos poco estudiados glaciares, aún cuando “conocían de su existencia” debido a que durante 1998 se encargó a la consultora Geoestudios “la identificación y evaluación del conjunto de glaciares rocosos” en dicha área de la Región de Coquimbo. “Por causa que desconocemos se omitió esta información en los posteriores estudios, por lo que, a nuestro entender, no cuentan con la aprobación de parte de autoridades ambientales y sectoriales”.

Pelambres responde

Consultada por este diario, la minera rebate todo amparada principalmente en un estudio de 2002 elaborado por la consultora Dissam Securité que “determinó que no existen glaciares de roca” en la zona aludida, “sino óvulos o lentes de hielo aislados que corresponden a antiguos depósitos de avalanchas”, recursos que se encuentran “completamente aislados de la nieve invernal” y bajo constante monitoreo, afirma la firma.

En voz del gerente de Medio Ambiente, Oscar Leal, los “lentes de hielo identificados en MLP no forman parte del Registro Provisorio de Glaciares” establecido en el proyecto de ley aún en discusión.

Respecto de la entrega de información a la autoridad, Leal indica que “en todos los procesos de aprobación medioambiental” la empresa “ha informado absolutamente todo lo que exige la normativa vigente, además de obtener los permisos sectoriales” que incluyen, entre otros, la “autorización de Sernageomin” para la operación del botadero del material estéril. El organismo aludido confirmó ayer que tales permisos fueron entregados en mayo de 1998 y en junio de 2004 tras aprobación de la Corema.

Con todo, entre sus conclusiones, Brenning y Azócar recomiendan “establecer un programa de monitoreo científico independiente cuyos resultados son puestos continuamente a disposición pública”. La discusión no está congelada.

CODELCO Y ANGLOAMERICAN

Minera Los Pelambres del holding Antofagasta Minerals no es la primera firma cuestionada por Brenning y la U. de Waterloo. En junio pasado, otro informe advirtió la destrucción del equivalente a más de 20 millones de metros cúbicos de agua en la cordillera central de Chile, esta vez, por faenas de la División Andina de Codelco y la mina Los Bronces de Angloamerican.Ambas compañías manifestaron contar “con todas las autorizaciones legales y ambientales para operar”, pero destapando otro problema: en Chile “no existe una legislación ambiental especial que proteja los glaciares en Chile o que norme su manejo”, precisó Codelco, empresa que, no obstante lo anterior, igualmente aplicó consideraciones ambientales internas “más estrictas” y “mucho antes de que fueran exigibles por ley”, por lo que “todas las acciones de protección, estudios y monitoreos” de los glaciares rocosos “desarrollados por Codelco han sido voluntarios”, sostuvo la cuprífera.

Lago Cachet 2 que se vació en abril pasado ha vuelto a llenarse

Foto aérea de la fractura del hielo en el frente del glaciar Colonia, provocada por la evacuación súbita de miles de millones de litros de agua tras el vaciamiento del Lago Cahet 2.

La evidencia del llenado del lago -que evacuó millones de litros de agua en menos de 12 horas- se obtuvo a partir de mediciones efectuadas el 28 de mayo pasado desde un helicóptero.

El pasado 6 y 7 de abril el río Baker -el más caudaloso de nuestro país- sufrió los estragos del vaciamiento del lago Cachet 2, recibiendo 200.000 millones de litros de agua en menos de 12 horas.

Incluso el agua que escurrió por el túnel de ocho kilómetros de largo que se abrió bajo el glaciar Colonia -que represaba el lago- provocó que se invirtiera el curso del caudal arrastrando piedras, trozos de hielo y troncos.

Sin embargo, poco más de dos meses después, el lago Cachet 2, ubicado en el sector oriental de Campo de Hielo Norte, ha vuelto a llenarse.

Así lo indican las modernas mediciones realizadas desde un helicóptero, por los científicos del CECS (Centro de Estudios Científicos, de Valdivia) con la colaboración de los expertos de la Dirección General de Aguas (DGA), los que pudieron establecer que poco a poco, el Lago Cachet 2 se está volviendo a llenar.

Esto, después de que el túnel por donde inicialmente se evacuó el agua, de unos 8 kilómetros de largo, se cerrara de nuevo.

La evidencia de su llenado se obtuvo a partir de mediciones efectuadas el 28 de mayo pasado desde un helicóptero, por el geodesta Jens Wendt, del Centro de de Estudios Científicos de Valdivia (CECS), mediante un moderno equipo de altimetría aérea láser.

Se estableció que el nivel actual del lago está actualmente en unos 5 metros por debajo de su nivel normal previo al vaciamiento, y unos 50 metros por sobre el nivel mínimo que alcanzó el lago inmediatamente después de su vaciamiento.

Este hallazgo confirma la hipótesis inicial de los glaciólogos Andrés Rivera y Gino Casassa, ambos del CECS, y del descubridor del evento, Jonathan Leidich, de la empresa de Aysén Patagonia Adventure Expeditions (PAEX), quienes sostuvieron que el vaciamiento es un fenómeno natural en glaciares donde, durante el verano, predominan los procesos de fusión, pero que claramente está siendo amplificado por el calentamiento reciente observado en la zona, particularmente durante el último verano cuando las temperaturas locales sobrepasaron los 35º C.

El doctor Wendt, comentó que “fue impresionante observar desde el aire las fracturas en el hielo, aún claramente visibles en el frente del glaciar Colonia por donde emergió violentamente el agua del lago Cachet 2, luego de atravesar en forma subterránea el glaciar Colonia a través de un túnel de un largo de 8 km”.

Los glaciólogos del CECS indican que dicho túnel se habría cerrado poco tiempo después de ocurrido el vaciamiento debido a la deformación del hielo producida por el propio peso del glaciar.

El CECS está actualmente procesando los datos obtenidos, que suman 200 km de recorrido aéreo, incluyendo imágenes digitales, datos de navegación inercial y GPS, y datos altimétricos, los que permitirán establecer en forma precisa la geometría y características de este notable vaciamiento.

Se Congela Ley sobre Protección de Glaciares.

Acusan al Ejecutivo de desistir en la idea de legislar por presiones de mineras. En la Sociedad Nacional de Agricultura explican que hubo reuniones con el sector minero para evitar confrontaciones, pero no se llegó a puerto. El autor del proyecto de ley, el senador Antonio Horvath, critica la decisión de las autoridades y asegura que, con o sin el apoyo del Gobierno, habrá ley.

Fue el primer impulsor de una ley de protección a glaciares y hoy es el primer desencantado porque las autoridades echaron pie atrás en la idea de legislar. “Lo lógico es que el Ejecutivo sea un actor relevante para proteger los glaciares y no que ceda a las presiones de las mineras”, dice el senador Antonio Horvath. Pero las señales que llegaban desde la Conama iban en esa dirección: el proyecto de ley espera hace más de un año las indicaciones del Ejecutivo para pasar desde la Comisión de Medio Ambiente del Senado a la sala.

Junto con el turismo, la actividad minera es la que mayor impacto negativo genera en los glaciares, pero las empresas que los realizan no están de acuerdo con someter a un Estudio de Impacto Ambiental sus actividades. Eso establece uno de los artículos del proyecto que luego fue complementado en un trabajo conjunto por la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA); Chile Sustentable y el Instituto Geográfico Militar.

Presiones

“Las presiones se iniciaron con el proyecto Pascua Lama cuando la Barrick quería remover glaciares”, explica el presidente de la SNA, Luis Schmidt. La minera canadiense pretendía remover los glaciares Toro 1, Toro 2 y Esperanza, lo que habría provocado problemas en el embalse Santa Juana y en los valles del Carmen y del Tránsito en la III Región. “Las mineras nos decían que estábamos llevando a que no hubiera desarrollo en el país. Pero ya ves lo que pasó con Pascua Lama: no se intervienen glaciares, pero el proyecto se hará igual. Eso demuestra que pueden invertir y hacer más sustentable sus proyectos”.

Schmidt explica que el proyecto de ley recorrió un largo camino para evitar la confrontación con las mineras. El mismo participó en reuniones con la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) y con los entonces ministros de Agricultura, Álvaro Rojas; de Minería, Karen Poniachik; y de la Secretaría General de la Presidencia, Paulina Veloso. “Tratamos de llegar a consensos para que no hubiera dificultades”, cuenta Schmidt. Incluso, a principios del año pasado, la SNA y la Sonami acordaron trabajar en conjunto en una propuesta de ley, pero la idea se cayó por choque de visiones. Horvath también se reunió con el mundo minero para tratar el tema. “Nosotros tuvimos reuniones con la Sonami y después ellos negaron los acuerdos. No quieren avanzar en esto”, acusa.

Política Nacional de Glaciares

En un principio, el Ejecutivo estuvo dispuesto a trabajar sobre este tema. “Incluso la Segpres le hizo indicaciones al proyecto”, cuenta Schmidt. Pero el escenario cambió y hoy está buscando una vía alternativa a través de la Dirección General de Aguas (DGA), organismo que tiene la tuición sobre las aguas líquidas y que reconoce el daño que la actividad minera genera en los glaciares. Según fuentes de Conama, el proyecto de ley no está del todo descartado, pero se optó por avanzar en la elaboración de una política nacional de glaciares y un registro de glaciares, según determinó el Consejo Directivo de Conama el año pasado. “Sin perjuicio de lo que se está intentado hacer por medio de la DGA, es más importante una ley”, sigue Schmidt.

Los datos no dan para relajarse. En Chile se han catastrado 1.751 glaciares hasta el año 2002. El 87% presenta evidentes retrocesos, según los estudios más recientes. “Yo no doy la pelea por perdida. Vamos a sacar una ley sí o sí”, dice Horvath.

DGA FISCALIZARÁ PASCUA LAMA

A fines de enero de 2007, el MOP creó la Unidad de Glaciares en la DGA para monitorear reservas de agua dulce con un presupuesto de $ 625 millones. Uno de los objetivos que tiene esa unidad para este año es la construcción de un refugio de alta montaña en el valle de Huasco para la fiscalización del proyecto Pascua Lama -uno de los reparos de la aprobación de ese proyecto se relaciona con no tocar los glaciares-, lo que corresponde a un compromiso que Bachelet hizo en Copiapó hace diez meses.

Otro refugio se construirá en el valle de Copiapó para monitorear los glaciares en el Cerro Tronquitos y realizar mediciones de la nieve acumulada en los alrededores. El plan incorpora convenios con centros de investigación: la Universidad de Chile para el estudio de glaciares y nieve de la región de Aconcagua; la U. de Magallanes para monitoreos hidrometeorológicos del Glaciar Tyndall, en Campo de Hielo Sur; y con el Centro de Estudios Científicos (CECS) para el balance glaciológico e hídrico en el glaciar Nef, Campo de Hielo Norte. Precisamente el ministro del MOP, Sergio Bitar, visitará esta tarde el CECS en Valdivia.

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