
Todas las personas tenemos amnesia generacional, seamos boomers, milenials, centennials o alfa. Si te cuesta creerlo, lee la nota y entenderás por qué nadie escapa de esta condición tan particular.
¿Qué es la amnesia generacional y por qué nadie escapa de ella?
La amnesia generacional moldea la forma en que las distintas generaciones ven al mundo y ocurre porque a medida que pasan el tiempo, la humanidad en su conjunto “olvida” cómo era la vida antes.
Es decir, cada nueva camada acepta la realidad que le toca vivir como el estado “natural” de las cosas, lo cual tiene su lógica. Sin embargo, al hacerlo está incurriendo en un olvido involuntario: pasa por alto que este estado fue forjado por quienes nos precedieron y, por lo tanto, no siempre fue igual.
El ejemplo más claro es la tecnología. Por caso, para los jóvenes que hoy tienen 20 años los teléfonos inteligentes, las criptomonedas o internet son algo normal, herramientas con las que nacieron, y que dan por sentado. Pero mucho antes, las personas estaban inmersas en otras tecnologías, como la neumática o el vapor.
En otras palabras, la persona promedio hoy cuenta con adelantos impensados en el pasado pero no se percata de eso porque el registro de lo previo queda borrado de la memoria colectiva.
Lo mismo ocurre con cambios sociales positivos, como el sufragio universal o las vacunas, que se dan por sentado sin considerar que en otras épocas no eran accesibles para toda la sociedad por igual.
El caso que mejor ilustra este tipo de amnesia generacional es la del “fenómeno del parabrisas”, que describe la observación de todas las generaciones, a excepción de la más joven, de que en la actualidad menos insectos se estrellan contra la ventana delantera de sus autos. De esto deducimos dos cosas: uno, antes había más “bichos” en el campo, dos, los más jóvenes no llegaron a conocerlos.
Olvido de la naturaleza: existe la amnesia generacional ambiental
Es decir, los centennials y los alfa no tendrán memoria de que en las zonas rurales había muchos insectos. Como esto, perderán otras memorias. Y es que en medio de la crisis climática que atravesamos, las personas habitamos y conocemos ecosistemas más empobrecidos que los de nuestros predecesores.

En palabras del psicólogo Peter Kahn, de la Universidad de Washington, cada generación tiene su propia “línea de base” que es el registro particular del entorno en una época precisa.
Otros ejemplos pueden ser que abuelos y abuelas recuerden bañarse en un lago o río en el que hoy sería impensado hacerlo porque está contaminado, que los padres y madres hayan visto más variedad de aves (o incluso luciérnagas y mariposas) en la ciudad que nosotros mismos o que haya quienes recuerden un bosque, monte o humedal donde ahora hay una urbanización.
Cómo evitar que se convierta en un problema
La amnesia generacional ambiental es un problema en la medida en que no nos ocupemos de revertirla, por el simple hecho de que nos estamos perdiendo de una parte importante de la vida silvestre de nuestro planeta. Y porque, claro, no podemos cuidar aquello que no conocemos.


Por eso, es importante enriquecer la mirada para tener un panorama natural más rico y estimulante. Esto se logra fácilmente hablando con quienes vivieron otras épocas (abuelos, tíos, amigos, etc), alimentando la curiosidad con videos, libros y saliendo a parques y reservas urbanas, por ejemplo.



En especial, hay que hackear a la amnesia cuando se quiere encarar tareas de regeneración de zonas naturales. De esta manera, cuando trabajamos por recuperar la biodiversidad perdida tendremos objetivos mucho más ambiciosos que si nos dejamos llevar por nuestra propia línea de base.
Llegó el momento de activar nuestra memoria verde y detener la amnesia generacional ambiental, ¿estás listo?

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Author: Meri Castro