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La Hora del Planeta

La Hora del Planeta

La Hora del Planeta, la mayor acción voluntaria contra el cambio climático a nivel global, promovida por WWF, tendrá una nueva versión este sábado 28 de marzo a las 20:30 hrs (hora local).

Como cada año, desde hace más de una década, La Hora del Planeta inspirará a personas, empresas y gobiernos para que asuman compromisos cotidianos que sean más responsables con el uso de los recursos naturales y la energía; así como también, para que reduzcan su huella ecológica y las emisiones de gases de efecto invernadero, principales responsables del cambio climático.

El cuidado de la Tierra es una responsabilidad compartida, por ello te invitamos a conectarte con lo esencial: el planeta y su naturaleza. Con la disminución de la biodiversidad mundial a un ritmo alarmante y sin precedentes, que amenaza con la extinción de hasta un millón de especies, y el planeta al borde de un calentamiento global fuera de control, es cada vez más importante tu compromiso y el reconocimiento de que la naturaleza es la base fundamental para un planeta saludable y una solución inmediata y poderosa frente al desastre climático.

¿Cómo puedes participar de La Hora del Planeta 2020?

Este sábado 28 de marzo, entre las 20.30 y las 21.30, apaga las luces y aparatos electrónicos no esenciales de tu hogar y también motiva a tu familia y amigos a sumarse a esta campaña junto a ti.
Luego, ve más allá y alcanza el “60+”: revisa qué otras acciones concretas y cotidianas puedes incorporar a tu día a día.  La idea es que estos primeros sesenta minutos a oscuras, se conviertan en tu potente respuesta para tomar acciones más decididas y profundas por el medio ambiente y la naturaleza durante el resto del año.
El apagar la luz no debe ser un simple gesto, debe ser tu señal de preocupación por el cambio climático y la difícil situación que enfrenta la biodiversidad en Chile y el mundo.

Fuente: wwf

El castor, la pesadilla austral

Este roedor introducido en el lado argentino de Tierra del Fuego en 1946 expandió sus dominios. El SAG lidera plan para erradicarlo; pero el tema es binacional.

PUNTA ARENAS.- A mordiscos, el castor gana terreno.

Ya ha copado Tierra del Fuego y las islas adyacentes al Canal Beagle. Por el norte ha atravesado el canal de Magallanes y se le ha capturado en la península de Brunswick, la de Punta Arenas.

En el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) estiman que anualmente avanza un promedio de 6 kilómetros, siempre hacia el norte.

Son una plaga, pese a su imagen simpática.

El bosque enfermo

Bárbara Saavedra, directora para Chile de Wildlife Conservation Society (WCS), describe un escenario devastador:

“Han ido dejando una cinta de muerte en la biodiversidad acuática”, dice.

“Consumen las zonas de protección adyacentes a los cursos de agua, por lo que surge una nueva población vegetal, dominada por las herbáceas”, agrega.

Y sigue: han cambiado la química del agua, que se llena de sedimentos y de algas que impiden la vida de peces.

Una maldición que recuerda los incendios de los primeros colonos de Aisén.

La doctora Saavedra representa al proyecto de conservación de los bosques de lenga del parque Karukinka (“Nuestra tierra”, en lengua ona), la ex explotación forestal Trillium.

Lo que no dañaron los aserraderos lo están depredando los castores.

A estepa traviesa

Son roedores y se reproducen como ratas, acusa. “Han copado los sectores forestales, y ahora se lanzan a las estepas”.

El desafío de erradicarlos de la isla de Tierra del Fuego tiene plazo: 2015.

Monógamo, devora el material leñoso; la corteza de árboles, arbustos y pastos.

De paso, construye represas notables que alteran todo el ecosistema y desvían los cursos naturales de agua.

Ordena ramas de árboles y troncos en muros de hasta 1,50 m de altura y 100 m de largo.

Sube así los niveles de agua y consigue que la entrada a su madriguera sea submarina.

En la zona permanecerá mientras cuente con alimento suficiente. De cada hembra nacen entre 3 y 5 ejemplares al año.

Un blanco movedizo

A este roedor llegado desde Canadá le han declarado la guerra el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile, apoyado por su par argentino, la propia Corporación Nacional Forestal de Chile y la WCS.

Este último organismo ha servido de nexo entre los esfuerzos chilenos y trasandinos y los ha puesto en contacto con los mayores expertos del mundo en la materia.

Las primeras 25 parejas arribaron en 1946 al lado argentino. Según cuenta el director del Centro de Estudios Avanzados en Ecología de la U. Católica Fabián Jaksic, los trajo la marina argentina al lago Fagnano para contar con gorros para los oficiales. Querían incitar su caza y uso de la piel.

Algunos ejemplares se escaparon y se expandieron por la isla. Sin pasaporte, atravesaron la frontera chilena en 1964.

El castor (Canadensis kuhl) amplió su distribución en al menos 200 mil hectáreas en el área norte de Tierra del Fuego.

Pero atravesaron el estrecho de Magallanes: ya se han constatado cuatro núcleos en el continente en la parte alta de las cuencas de los ríos Oro y Santa María, y la parte media de la cuenca del río San Juan y en el río que desagua laguna Parrillar.

Optimista, el SAG sugiere que la población ha bajado. En 1999 los estimaba en 61 mil; en 2004, en 43 mil, y en 2006, en 22 mil.

En el lado argentino de Tierra del Fuego, en 2001 los estimaban en 50 mil.

Hoy se adueñan de toda Tierra del Fuego, el 90% de la isla Hoste, el 100% de las islas Navarino, Dawson y Picton, Lennox y Nueva, las áreas norte y sur del seno Almirantazgo.

Saavedra habla de 100 mil.

Tarea para la Armada

Puede nadar sin problemas por 5 kms impulsado por sus patas traseras.

Así ha logrado alcanzar la península Brunswick, al lado norte del estrecho de Magallanes.

Afortunadamente, informa el SAG, el puma y el zorro culpeo han actuado patrióticamente, y les ponen atajo con voracidad.

También las crecidas de los ríos le han aguado el hábitat.

Igual, Jaksic advierte que la población de pumas no alcanza para la amenaza. No descarta que se estén movilizando hacia el norte por las islas australes que bordean el Pacífico.

“Sería conveniente un convenio con la Armada para que las patrulleras presten atención si esto está ocurriendo”, dice.

Si lograran desplazarse, no se detendrían hasta más allá de Puerto Montt.

Jaksic los imagina arrasando hasta con los bosques y ríos de Chiloé; pero, afortunadamente, les faltan muchísimos kilómetros para llegar.

Son sagaces: como en las estepas patagónicas no hay árboles, emplean los cercos de madera para fabricar sus diques.

Y lo más paradójico es que construyen esas barreras para defenderse de los inexistentes osos y linces ¡canadienses!

Jaksic advierte que no sólo matan el bosque. Si se instalaran, por ejemplo, en laguna Parrillar, desde donde Punta Arenas obtiene su agua potable, sería muy grave. En sus fecas viven protozoos que, libres en el agua, pueden causar gran daño al ser humano. “Son un problema de salud pública”, advierte.

Que nadie se duerma

El SAG ha incentivado la caza. Entre 2004 y abril de 2007 se cazaron 11.700 animales en zonas de Tierra del Fuego y Navarino gracias a 60 personas, el 90% de ellas ovejeros y puesteros de estancias.

Nicolás Soto, encargado SAG de la protección de recursos naturales, comenta que la segunda etapa del plan postula a recursos del Fondo de Desarrollo regional.

Adicionalmente el SAG licitó una evaluación de las vías para erradicar la plaga: pagará $20 millones.

José Luis Cabello, médico veterinario y coordinador regional del Programa de Control de Fauna Dañina del SAG, opina que éste es un problema nacional. Propone mantener monitoreos de la expansión de la especie más allá de la isla.

Nicolás Soto recuerda que el castor, para desplazarse, necesita ríos y cursos de agua.

Además, si dispone de abundante vegetación forestal, el roedor permanecerá más tiempo en el lugar, mientras que dejará más rápido el territorio dominado por la estepa.

Por la boca o por la nariz

Si no puedes contra él… cómetelo. Un plato de castor en restaurantes especializados de Magallanes cuesta $11 mil.

El chef internacional Héctor Vera destaca el bajo índice de grasa de la carne. Su sabor no es fuerte y su buen tejido muscular permite aprovechar el 90% de todo el animal, asegura. Dice que parece lomo vetado o liso y que, sazonada, sabe bien.Vera puso a prueba creaciones con los cuartos delanteros y traseros: milanesa, paté, chorizos y ravioles de castor.

Fabián Jaksic lo ha probado: “la carne es bastante fuerte y oscura. No es necesariamente sabrosa, aunque en forma de carpaccio se hace digerible”.

También está la opción industrial. Una glándula en la zona perianal produce el castoreum, un vector para perfumes finos y que también sirve en la fabricación de chicles.

En el siglo 18 se lo empleaba contra el dolor de cabeza, la fiebre y la histeria. Los romanos le atribuían propiedades abortivas.

Con el castoreum los animales marcan su territorio.

Hábiles y voraces

Son tan astutos que durante el verano recolectan pequeñas ramas, casi verdes, que almacenan bajo el agua y forman sus despensas para enfrentar el invierno.

Esta será la época en que viven bajo el agua y desarrollan un grueso pelaje para enfrentar el frío.

Exámenes realizados a ejemplares cazados, de 30 kilos de peso promedio, revelaron que su estómago fácilmente puede digerir hasta 2,5 kilos de corteza de árboles.

Sin embargo, las crías que nacen en primavera luego de 110 días de gestación y con un peso que varía desde los 350 hasta los 500 gramos, se alimentan en el primer mes de leche materna y luego empiezan a consumir pasto y pequeñas ramas. Incluso se ha visto castores consumiendo algas marinas.

De hambre no se mueren.

Asunto de piel

Para eliminar los focos de castores presentes en el continente, el SAG proyecta una nueva estrategia: recurrirán a cuadrillas, especializadas en trampas. Su énfasis estará en la caza y en la erradicación, antes que en el aprovechamiento comercial. Urge erradicar las colonias nuevas.

Anteriormente se le pagaba $2.500 a cazador por cada cola de castor o bien $5 mil por la piel entera.

Ese procedimiento llevaba a concentrar los cazadores en las áreas donde había poblaciones grandes, dejando de lado los lugares recién colonizados.

La piel de castor es apetecida en los Estados Unidos, donde los compradores cancelan hasta US$ 35 ($18.200) por una piel de animal cazado durante el invierno, que es cuando su pelaje mejor luce.

Sin embargo, esta industria no se ha desarrollado desde el mercado magallánico debido a los bajos volúmenes de extracción y a que no han conseguido entusiasmar a los compradores del hemisferio norte.

EN INTERNET

El daño forestal:
www.puc.cl/agronomia/2_alumnos/ProyectosTitulos/pdf/CienciasForestales/MauricioRamirez.pdf
Parque clave:
www.karukinkanatural.cl

Fuente: www.elmercurio.cl