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The Waves Company limpia las playas de Chile y postula a ganar los fondos TECLA

Entre los más de 1.000 emprendimientos que postularon a la tercera edición de Fondos Talento Emprendedores Caja Los Andes (TECLA), está The Waves Company, empresa que fabrica productos de plástico reciclado y que realiza servicios de educación ambiental en establecimientos educacionales, empresas, playas y ferias.
Su trabajo consiste en limpiar playas en Chile con el apoyo de voluntarios, organizaciones públicas, empresas y de las comunidades locales donde se desarrollan y, además, en este contexto, recolectar y reciclar la gran mayoría de los desechos que encuentran.

The Waves Company

Posteriormente el plástico es revalorizado, transformando esta basura en productos como llaveros, peines, revestimiento para la construcción y juegos de mesa, los cuales distribuyen y comercializan en 22 puntos de ventas en Chile y exportan a 2 países: EE.UU y Australia.

El proceso de convertir el desecho plástico en un recurso es llevado a cabo por innovadoras máquinas, las que ellos mismos fabricaron con el objeto de exhibir este método de reciclaje en servicios de educación ambiental.

Aymapu, el papel amigo de la tierra, es uno de los finalistas de los fondos TECLA

Más de 1.000 emprendimientos postularon a la tercera edición de los Fondos Talento Emprendedores Caja Los Andes (TECLA), que en esta oportunidad apoya iniciativas que generen un impacto social, económico y medioambiental.

Hubo 12 finalistas a la categoría Expansión: empresas en fase de escalamiento. Y una de ellas fue Aymapu, el papel amigo de la tierra.

En Chile, el 85% de los recicladores base, también llamados “cartoneros”, pertenecen al quintil más bajo de ingresos principalmente porque el 90% de los desechos de papel que se recolectan en las calles es exportado a granel al extranjero.

Desde Aymapu vieron esta realidad y, hace dos años, diseñaron, fabricaron y pusieron en marcha una máquina que produce 25 toneladas de papel 100% reciclado al mes, libre de ácidos, blanqueadores y biodegrabable.

De esta manera, la materia prima proviene de los recicladores base, jugándose por el comercio justo y llegando a pagar hasta 4 veces el precio de mercado por kilo de papel recolectado.

Al tiempo, Aymapu innovó, produciendo papel semilla: un papel que se pone en la tierra y comienza a germinar.

Aymapu y su "papel semilla"

Fueron más allá y comenzaron a usar semillas para recuperar el patrimonio cultural chileno, incluyendo semillas de frutos como el tomate limachino y ají cacho de cabra, entre otros, llevándolos a ganar el Premio Latinoamérica Verde otorgado por el PNUD.

Fuente: ADN Radio

Ocho documentales online para pensar la ecología

El consumo de salmón, los materiales reciclados y otros temas son desarrollados para replantear las formas de producción y consumo.

A través de las imágenes y la narrativa documental, el conocimiento de los problemas ambientales lleva a plantear preguntas clave para el futuro. ¿Qué modelo de desarrollo queremos para la Argentina? ¿Cómo repensamos nuestras formas de producción y consumo?

La marca de indumentaria Patagonia presenta en Youtube ocho documentales, online y gratuitos, para inspirar a tomar acciones a favor del ambiente.

ARTIFISHAL.- Explora el camino a la extinción del salmón salvaje, la amenaza que representan los criaderos y las granjas de peces, y nuestra continua pérdida de fe en la naturaleza.

MATAR AL RÍO (SANTA CRUZ).- Cuenta la historia de uno de los ecosistemas más frágiles y vulnerables de nuestro país. Reflexiona sobre el costo ambiental, económico y social de las represas hidroeléctricas, y se pregunta sobre el modelo de desarrollo para la Argentina, con propuestas alternativas.

MOUNTAIN OF STORMS.- En 1968, cinco amigos emprendieron un viaje para escalar el Cerro Fitz Roy y documentaron todo en una Bolex 16 mm.

ESTADO SALMONERO.- En un país conocido por la extracción masiva de sus recursos, el cultivo de salmón es hoy la segunda industria de Chile, sólo superada por la del cobre. Con baja regulación, las compañías salmoneras más grandes se están expandiendo por la prístina región de Magallanes y Tierra del Fuego. Ramón Navarro expone los efectos negativos de esta actividad en el ecosistema y rastrea los orígenes de la industria y el mayor consumo per cápita de salmón de granja chileno a nivel global. Todo apunta, sorprendentemente, al mismo país: Japón.

LOS PLÁSTICO.- Buscaban las olas más grandes del mundo para surfear en la remota y aislada isla de Alejandro Selkirk. Explorando entre gigantes, los surfistas Kohl Christensen, Ramón Navarro, Patricio Mekis y Léa Brassy encontrarán tesoros más grandes de lo que esperaban y descubren que un pequeño grupo de personas puede hacer grandes cambios.

INCOMPRENDIDO.- Natural, incomprendido, legal. Esta es la historia del cáñamo en Estados Unidos, una fibra prohibida en el país por casi cinco décadas, hasta 2018.

¿POR QUÉ RECICLADO?- Es un video corto que analiza los desafíos globales actuales que enfrenta el sistema de reciclaje y por qué la firma Patagonia está cambiando a materiales 100% renovables y reciclados. A través de entrevistas con diseñadores de materiales y ecologistas industriales, esta película nos hará cuestionar nuestros propios hábitos de consumo y analizar el impacto que tiene la industria de la confección en las personas y el planeta.

LA VIDA DE UN PASTEL.- La pizza y las bicicletas pueden arreglar cualquier cosa. En 2002, las ciclistas de montaña y emprendedoras Jen Zeuner y Anne Keller se mudaron a Fruita, Colorado, en busca de alquileres baratos, pistas únicas de clase mundial y tiempo libre para salir a andar. Más de 15 años después, las dos mujeres han ayudado a remodelar una de las ciudades más conservadoras del Estado, uniendo a la comunidad a través de la inclusión y la buena pizza.


Acerca de Patagonia

Fundada por Yvon Chouinard en 1973, Patagonia es una empresa de indumentaria para el aire libre ubicada en Ventura, California.

“Estamos en este negocio para salvar nuestro hogar, el planeta Tierra”, expresa su slogan. Patagonia es reconocida internacionalmente por su compromiso con la calidad auténtica de sus productos y el activismo ambiental, con contribuciones que superan los 78 millones de dólares en financiamiento y donaciones a la fecha. Más info en https://patagonia-ar.com/

Fuente:  lagaceta

Contaminación acústica

La preocupación por conocer los niveles de contaminación acústica submarina en decibeles ha ido en aumento en los últimos años y el Doctor en acústica y académico del Instituto de Acústica de la Universidad Austral de Chile (UACh), Alfio Yori, desde el 2016 viene realizando medición, evaluación y registro del ruido submarino antropogénico en nuestros océanos. “Lo más importante de esta línea de investigación es que proyectos que no consideraban la contaminación por ruido bajo el agua, lo estén haciendo, e identifiquen como receptores a proteger a la fauna del sector, sujetos de conservación tales como delfines, ballenas, pingüinos, entre otras especies” explicó Yori.

Doctor en acústica advierte urgencia de medir ruido subacuático para proteger fauna marina

La contaminación acústica aérea y de origen antropogénico lleva décadas siendo evaluada a través de normas y decretos, con el propósito de regular las emisiones de ruido producidas por el ser humano, tanto en ambientes comunitarios como laborales.  Todo esto, con el fin de proteger específicamente la salud laboral y bienestar de las personas, sin embargo, el impacto del ruido en la fauna marina no había sido considerado.

Para el académico del Instituto de acústica de la U. Austral de Chile, el tema es preocupante y lo ha llevado a investigar mucho sobre los mamíferos marinos y en especial los cetáceos. “Los mamíferos marinos son especialmente sensibles al ruido debido a que poseen un sistema auditivo similar al del ser humano. Pero a diferencia de los humanos, el ruido en los mamíferos marinos puede provocar cambios de comportamiento de diferentes magnitudes y también provocar un enmascaramiento que no les permite la detección de sonidos importantes para ellos”, señala.

Asimismo Alfio Yori plantea que si se piensa que uno de los sentidos más desarrollados y a través del cual se comunican y navegan los mamíferos marinos es el auditivo, quiere decir que “para efectos de quienes viven bajo el agua, sus oídos son como los ojos para el ser humano. Si nosotros aceptamos eso, le vamos a dar importancia al tema del ruido como contaminante, porque es como si los dejáramos ciegos bajo el agua. Si bien no se ha podido demostrar,  muchos casos de varamiento de estos cetáceos ha coincidido con pruebas entre comillas ruidosas. Podría ser que estos animales después del impacto sonoro queden afectados por este gran nivel de ruido y pierdan orientación, e incluso que se les generen burbujas de aire dentro de sus órganos lo que provoca finalmente su muerte”.

Ruido bajo el agua
La primera propuesta en relación al tema – en el 2015- tenía como objetivo medir el nivel de ruido que provoca la acción humana en los ríos de Valdivia y bajo el rotulo de  “Evaluación del ruido antropogénico subacuático en el estuario del Río Valdivia” evaluaba las fuentes sonoras a través de un método de registro de campo, que consistió en recorrer el río registrando los niveles de ruido presentes. Para ello implementó un sistema de medición que consta de un kayak, hidrófono y micrófono sobre boya transportadora, más un software de análisis de datos.

“La primera conclusión es que sí tenemos fuentes de ruido de consideración bajo el agua. Es muy llamativo porque si tú caminas por el borde del río y pasan las embarcaciones, desde fuera se percibe muy poco ruido, es solo un motor a combustión con un tubo de escape, pero debajo del agua es increíble como aumenta el nivel de ruido, no porque el agua lo amplifique, sino porque el barco es más ruidoso debajo, que sobre el agua. Ahí me pude dar cuenta que el ambiente sonoro que encontramos debajo del agua no tiene ninguna relación con el ambiente sonoro sobre el agua”, explicó el académico de la U. Austral.

Lo que este Doctor en acústica detectó es que el nivel de ruido que hay debajo del agua es totalmente distinto y va a afectar a seres diferentes de los que hay sobre el agua, con diversas sensibilidades al ruido, por lo tanto, “nos dimos cuenta que las metodologías de las mediciones que hacemos sobre el agua, no son válidas bajo el agua y que debemos investigar más el tema”.


Fuentes de mayor ruido

Según los estudios de Yori , las fuentes de mayor ruido son las embarcaciones, y cuanto más grandes son más ruidosas. “En realidad mientras mayor es la potencia del motor y, a medida que aumenta la velocidad va aumentando el ruido. Por eso es súper importante que en zonas donde hay especies protegidas como el Santuario de la Naturaleza, se debería regular la velocidad de las naves. Las embarcaciones son mucho más ruidosas que las fuentes de ruido que se ubican en la ribera del río fuera del agua.

“Hay algo interesante entre las embarcaciones de motor eléctrico y las de combustión que encontramos en nuestros ríos. Las embarcaciones eléctricas son menos ruidosas durante la navegación, no así durante las maniobras de atraque en el muelle”.


Sin legislación en contaminación acústica subacuática

“Una mirada muy antropocéntrica es la que existe en cuanto a cómo el ruido afecta solo al ser humano”, esa es la conclusión a la que llegó el investigador de la U. Austral Alfio Yori, para luego preguntarse “¿Qué pasa bajo el agua?, y qué pasa con los seres vivos que hay bajo el agua”.

“He leído e investigado bastante y en ciertos países se hacen estudios, pero básicamente quedan dentro del ámbito académico, científico y no se ha generado una normativa internacional respecto de la protección de los seres vivos producto de la contaminación acústica bajo el agua. Lo que hay son algunas recomendaciones, por ejemplo, de la marina irlandesa, pero no llega más allá de eso y en Chile menos, no ha habido ningún trabajo publicado y por eso creo que mi proyecto es el primer trabajo que aborda la contaminación acústica bajo el agua”, señala el Doctor en acústica.

A fines del 2018,  el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) conformó una mesa técnica de trabajo dirigida a abordar el problema de la contaminación acústica subacuática en Chile y la protección de la fauna marina.  De esta forma, los proyectos que ingresen al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) y, que potencialmente puedan producir un impacto acústico en el medio ambiente submarino, deberán demostrar la existencia o no de estos impactos y entregar las medidas de mitigación contempladas en sus proyectos, de ser necesarias.
“Esta iniciativa del MMA ya está generando frutos, ya que algunas consultoras ligadas a nuevos proyectos ingresados al SEA, están considerando la contaminación acústica submarina y evaluando los futuros impactos de ésta sobre el entorno marino” señala el Dr. Yori.

Es así como diversas consultoras han solicitado al académico de Acústica UACh la realización de líneas de base de ruido submarino de proyectos que están siendo presentados al SEA. “El estudio de línea de base consiste en medir el nivel de ruido ambiente que existe en un lugar antes de implementar un proyecto nuevo. También, en caso de que existan fuentes de ruido previas al proyecto, caracterizarlas acústicamente. Estos datos son necesarios para determinar el área de influencia que tendrá el proyecto, en cuanto a el ruido submarino, y su impacto sobre la fauna marina” señala el académico.

Estas líneas de base se han realizado en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena en puntos ubicados a varias horas de navegación desde las ciudades de Punta Arenas y Puerto Natales.  “Lo importante aquí es que proyectos que no consideraban la contaminación por ruido bajo el agua, lo estén haciendo, y estén identificando como receptores a proteger a la fauna del sector, sujetos de conservación tales como delfines, ballenas, pingüinos, entre otras especies” agrega Alfio Yori.

Fuente: El Mostrador

Residuos orgánicos y el calentamiento global

Reducir nuestro consumo, reutilizar nuestros materiales y reciclar nuestros residuos, son formas eficientes de ayudar a cuidar el planeta. Cualquiera de estas acciones aporta con el ahorro de energía, ya que disminuye la demanda por materia prima nueva que se extrae de nuestros recursos naturales. Sin embargo, existe una relación mucho más cercana entre los hábitos de reciclaje y el cambio climático que vive la Tierra, y tiene que ver con nuestros residuos orgánicos.

El problema orgánico de los vertederos

Hemos dicho antes que compostar es una de las acciones que más ayuda a reducir la basura que generamos, ya que más de la mitad de nuestros desechos está compuesta de materia orgánica. Por lo tanto, cuando dejas de botar este tipo de residuos a la basura, estás evitando que terminen en un vertedero y a la vez estarás combatiendo el cambio climático. Te explicaremos porqué.

Cuando los desechos orgánicos llegan al vertedero, estos se depositan sobre una cama de plástico, formando una gran pila de basura. Una vez que esta montaña de residuos llega a cierta altura, se cubre con una nueva capa de plástico, la cual se vuelve una base para depositar más residuos, y así progresivamente.

Este método para apilar la basura hace que el proceso de descomposición de la materia orgánica sea muy ineficiente, ya que no hay mucho oxígeno pasando por el ecosistema. Debido a eso, cuando la comida se pudre libera una gran cantidad de gas metano.

Reduciendo el metano

Este nombre quizás te haya sonado familiar. El gas metano es uno de los famosos gases de efecto invernadero, que provocan que la radiación solar no sea capaz de abandonar nuestra atmósfera y, por ende, aumente la temperatura de nuestro planeta. Según la revista Forbes, el metano es hasta 84 veces más contaminante que el dióxido de carbono (CO2).

En cambio, cuando los residuos orgánicos son utilizados en compostaje, el sistema se airea regularmente y el proceso de descomposición es mucho más eficiente. Según un estudio de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, un kilo de basura orgánica en un compost produce 95% menos metano que en un vertedero.

Así, cuando reducimos nuestros desechos orgánicos, no solo estamos caminando hacia una economía circular, sino que además estamos combatiendo directamente el calentamiento global.

Fuente: Chile sin basura

La mitad de las playas del mundo podrían desaparecer para 2100

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El cambio climático y el aumento del nivel de los océanos podrían hacer desaparecer la mitad de las playas de arena en el mundo de aquí a 2100, de acuerdo a un estudio publicado este lunes en la revista Nature Climate Change.

Inclusive, aunque la humanidad logre reducir de manera eficaz las emisiones de gases de efecto invernadero, que son las responsables del calentamiento global, más de un tercio de los litorales arenosos se encuentran amenazados, según este estudio.
Su desaparición tendría un gran impacto sobre las actividades turísticas, pero no solamente a este nivel.

“Además del turismo, las playas de arena constituyen a menudo el primer mecanismo de protección contra las tormentas e inundaciones y, sin éstas, los impactos de los fenómenos climáticos extremos serían probablemente mucho más fuertes”, advirtió Michalis Vousdoukas, quien dirigió el estudio y es investigador en el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. “¡Debemos prepararnos!”, afirma.

Las playas de arena ocupan más de un tercio de los litorales marítimos del mundo y, a menudo, se encuentran en regiones densamente pobladas. Pero están amenazadas por la erosión a causa de las nuevas construcciones, el aumento del nivel de los océanos, tormentas, amenazando asi a las infraestructuras y a la vida.

Australia podría ser el país más duramente afectado, con sus casi 15.000 km de playas arenosas borradas del mapa dentro de 80 años, por delante de Canadá, Chile y Estados Unidos. México, China, Rusia, Argentina, India y Brasil también se encuentran entre los países en primera línea en cuanto a fragilidad.

Los científicos han trabajado a partir de dos escenarios o modelos, desde el “peor”, en que las emisiones de gases de efecto invernadero continúen a su ritmo actual, u otro, en el cual el calentamiento global se limite a 3°C, un nivel no obstante considerado elevado.

En el peor de estos casos, el 49,5% de las playas de arena desaparecerían, o sea, aproximadamente 132.000 km de costas. En el otro, alrededor de 95.000 km se verían afectados.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (de la ONU, el GIEC), estimaba en un informe publicado en septiembre pasado que los océanos podrían elevarse en 50 cm para 2100 en el mejor de los casos, y 84 cm en el peor. Sin embargo, muchos científicos creen que estas hipótesis son conservadoras.

Fuente: Biobio Chile