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Desechar mascarillas y guantes

La nueva realidad de cuarentena y de la pandemia del coronavirus viene llena de preguntas e incertidumbres. En Paula queremos acompañarte en este proceso complejo buscando las respuestas a tus inquietudes.

La mala gestión de estos materiales se ha convertido en tema de discusión entre recolectores de basura, recicladores y, en realidad, cualquier persona que pase cerca de un basurero, porque muchos suelen desecharlos como si se tratase de cualquier objeto, sin tomar en cuenta que podrían ser un importante propagador del virus.

La razón pareciera justificarse en que hasta el momento no existe un manual oficial que indique cómo deberíamos hacernos cargo de mascarillas y guantes porque, pese a que el llamado de usar mascarillas sea para todos, desde el Ministerio de Salud solo aluden a su manejo a partir de quienes han sido diagnosticados con coronavirus. En esos casos, la identidad señala que “los desechos deben ponerse en una bolsa plástica, cerrarla y botarla” junto al resto de la basura.

El Ministerio de Sanidad de España, por su parte, aconseja seguir estos protocolos, sin embargo, agrega información que actualmente es vital para quienes se dedican al reciclaje. Y es que la identidad prohíbe depositarlos en los contenedores de recogida separada o tirarlos en el entorno.

La presidenta de la Asociación Nacional de los Recicladores de Base, Soledad Mella, asegura que quienes se dedican a la separación de residuos se encuentran con mascarillas y guantes diariamente. Ellos, al tener que tocar la basura con sus propias manos forman parte de aquellos trabajadores que se enfrentan al virus de manera casi directa. “Lamentablemente esto es algo que se está repitiendo mucho. Nos estamos encontrando con este tipo de residuo en aquellos desechos destinados al reciclaje. El problema es que este material no se puede reciclar, está contaminado y es peligroso”, indica Mella.

Fuente: La Tercera

No reciclar mascarillas por peligro de contagio de Covid-19

Daños colaterales de la Covid-19: el resurgir del plásticoLa presencia de mascarillas, guantes u otros insumos médicos en puntos limpios representa un riesgo de contagio por Covid-19 para los recicladores de base que siguen trabajando.

La crisis sanitaria ha provocado un muchísimo mayor uso de guantes desechables, mascarillas, toallas desinfectantes, entre otros artículos de protección individual, que han sido fundamentales para quienes luchan contra la pandemia en todo el mundo.

Pero mientras millones de personas están utilizando estos productos de un solo uso, lo que se ha transformado en un daño medioambiental en diversos puntos del planeta, también es un riesgo sanitario si no se eliminan adecuadamente.

Un llamado a extremar los cuidados al momento de reciclar realizaron la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, luego de alertar sobre la presencia de mascarillas, guantes u otros insumos médicos en puntos limpios, lo que representa un riesgo de contagio por Covid-19 para los recicladores de base de todo el país que siguen trabajando. Además, por su composición, aunque estos elementos contienen plástico, no son reciclables.

“Se ha hecho común que los trabajadores encuentren mascarillas o guantes en los puntos limpios, lo que es muy grave porque se transforma en un riesgo de contagio para los recicladores. Nosotros queremos que los chilenos sigan reciclando, pero debemos hacerlo responsablemente: los insumos médicos no son reciclables, mientras que otros productos –como botellas, latas o cartones- sí pueden reciclarse, pero se deben limpiar y secar antes de entregarlos”, planteó la ministra Schmidt.

Actualmente existe una campaña para entregar elementos de protección e higiene a los recicladores para que puedan seguir desarrollando su labor de manera segura, luego de que se considerara al reciclaje como actividad esencial, permitiendo que se siga desarrollando estas tareas en comunas con cuarentena.

La alcaldesa Matthei sostuvo que “lamentablemente en nuestros puntos limpios hemos encontrado muchos de estos productos, incluso jeringas usadas, poniendo en riesgo a nuestros recolectores. Para derrotar al Covid-19 debemos ser responsables y solidarios,  teniendo siempre presente que quienes retiran la basura o estos residuos, son esforzados trabajadores”.

La recomendación para la ciudadanía es que las mascarillas o guantes que sean desechables, deben ser puestos en una bolsa de basura especial para esto, bien cerrada. En caso de provenir de una casa donde existan positivos por Covid-19 o indicios de que así fuera, utilizar doble bolsa para botar estos elementos, dejándolos para la recolección de basura y no el reciclaje.

Fuente: El Mostrador

Separar los residuos

¿Cómo separar los residuos en casa durante la cuarentena?A propósito de la actual cuarentena que gran parte de la población mundial vive para evitar la propagación del Covid-19, existen medidas que se pueden tomar al interior de los hogares para aportar de alguna forma al reciclaje, proceso vital y que no debemos olvidar pese a la emergencia.

“El sistema de recolección domiciliaria de residuos podría verse limitado logísticamente, por lo tanto, se hace extremadamente importante nuestra participación para evitar emergencias sanitarias. La invitación es a segregar nuestros residuos de manera consciente, ordenada y funcional para disminuir la presión que podría experimentar el sistema”, comenta Leonardo Curotto, gerente comercial de Arrigoni Ambiental, empresa que ofrece soluciones para una industria sustentable.

Lo primero, señala el experto, es la importancia de generar menos residuos, de forma que se vaya a la basura lo que realmente no tiene opción de ser reciclado. “Separando los residuos reciclables nos hacemos menos dependientes del sistema municipal de retiro de residuos. La urgencia de retirar hoy los residuos orgánicos se puede disminuir haciendo compost; este es el mejor plan estando en casa y con la familia, una instancia para introducirse en este mundo. Existe, además, un gran número de guías online con diversas alternativas que pueden ser implementadas en nuestros hogares”, indica Leonardo Curotto.

Lo segundo. En el siguiente paso las personas deben saber qué es reciclable y qué no. “Revise si los envases tienen el Möbius Loops del reciclaje, símbolo de tres flechas en forma de triángulo. En la base de los plásticos habrá un número del 1 al 7; en Chile las plantas de reciclaje se pueden encargar de los plásticos correspondientes a los números 1 (PET), 2 (HDPE), 4 (LDPE) y 5 (PP)”, agrega Leonardo.

Lo tercero consiste en ordenar los materiales sobrantes y disminuir el volumen de lo que se logra separar mientras dure la cuarentena. “Los consejos acá son: enjuagar o eliminar todo resto orgánico de los envases, aplastar el tetrapack, apilar el cartón, picar los papeles, todo orientado a mantener un sistema limpio y ordenado que nos permita acumular los materiales hasta que podamos llevarlos a nuestros puntos limpios o centros de reciclaje.”, recomienda este experto en reciclaje industrial.

Lo cuarto. Por último, este consejo destaca lo relevante en utilizar la instancia para enseñarles a las y los más pequeños de la casa el hábito de la correcta segregación y gestión de lo que a diario estamos desechando. “Separar los restos de lo que ya no estamos usando y enseñándoles lo que es reciclable y lo que no, generará en los niños el comienzo de un hábito que más tarde podrán hacerlo costumbre”, concluye el ejecutivo de Arrigoni Ambiental.

Fuente: El mostrador

Sombreros ‘ecológicos’

Una ‘startup’ está reciclando toneladas de redes de pesca descartadas en todo Chile. ¿Es este un modelo para abordar el problema global de los residuos plásticos?.

En Tumbes, un pueblo en el sur de Chile, las redes de pesca de plástico desechadas están abarrotadas entre los autos estacionados y los puestos del mercado; evidencia de un problema global de desechos que la ciudad está trabajando para resolver.

Hasta hace poco, la mayoría de las redes de pesca desechadas en este poblado costero eran arrojadas directamente al mar, lo que contribuyó a la crisis masiva de contaminación plástica que está asfixiando los océanos del planeta.

“Si tienes una red rota, la arrojas en cualquier lugar que puedas”, dice Ramón Maldonado, un pescador en Tumbes.

Pero una startup llamada ‘Bureo’, fundada por tres surfistas norteamericanos, está colaborando con pescadores -como Maldonado- para mantener cientos de toneladas de redes desechadas fuera del océano cada año.

Las redes se clasifican, limpian y cortan en el almacén de ‘Bureo’ en Concepción, una ciudad ubicada a pocos kilómetros de Tumbes. Aquí se convierten en gránulos de poliéster y nylon 100% reciclados, llamados NetPlus, que se venden a las empresas como una alternativa sostenible a los plásticos de primer uso.

Hoy en día, NetPlus se utiliza en las alas de los sombreros de la marca ‘Patagonia’, las piezas de bicicleta ‘Trek’, las sillas de oficina ‘Humanscale’ e incluso en los juegos Jenga sostenibles.

‘Bureo’ se une a docenas de iniciativas que abordan una cuestión ambiental urgente: ¿cómo tratar la presencia del plástico en el océano? ¿Podemos enfrentar el problema sin reducir el uso de este elemento?


8 MILLONES DE TONELADAS

Si bien es difícil medir exactamente cuánto plástico se ha acumulado en los océanos del mundo, se estima que 8 millones de toneladas de nueva contaminación plástica ingresan a los océanos cada año.

La industria petrolera está invirtiendo en un gran aumento de la producción del material, que se espera que crezca 40% para 2030. Los estudios también han demostrado que la proliferación de “plástico de un solo uso” está acelerando el cambio climático, a través de las emisiones de gases de efecto invernadero en cada etapa de su ciclo de vida.

Si las tendencias actuales continúan, para 2050 podría haber más plástico en el océano que pescado (cuantificado en peso), según la Fundación Ellen MacArthur.

Northern Point, Girlfriend Collective y Rothy’s son empresas en ciernes que producen ropa completamente de plásticos oceánicos. Marcas más grandes como Nike, Adidas y Fjallraven también lanzaron prendas de plástico oceánico reciclado.

La industria del plástico impulsó durante mucho tiempo el reciclaje como la solución a la contaminación. En realidad, menos del 10% del plástico producido en los Estados Unidos cada año se recicla. Esto se debe, en parte, a que es difícil hacer que las iniciativas de reciclaje sean rentables; como ‘Bureo’ aprendió -de primera mano- cuando intentaron producir patinetas sostenibles en 2013.

“El plástico oceánico no es un tipo de plástico que pueda usarse para productos de alto valor, se mezcla y degrada y necesita ser separado”, dice David Stover, quien fundó ‘Bureo’ junto a Ben Kneppers y Kevin Ahearn.

Los productos duraderos deben estar hechos de sustancias de calidad. Vadear a través de masas de basura oceánica y obtener material clave consume mucho tiempo y es económicamente agotador.


COMPAÑÍA

La compañía se reunió con científicos y comunidades costeras en Chile para examinar diferentes materiales. Descubrieron que, en lugar de plásticos más pequeños, como botellas y anillos de seis paquetes, las comunidades costeras estaban especialmente cargadas por las redes de pesca que se acumulaban en las playas.

Las redes representan el 10% de los plásticos del océano, según un informe de las Naciones Unidas. Pesados ??y engorrosos, ahogan a los mamíferos terrestres y contaminan los fondos marinos y las playas; y los pescadores en Chile estaban desesperados por deshacerse de ellos.

“Era una carga y no tenían solución”, dice Kneppers.

Kneppers pasó dos años viviendo en aldeas costeras chilenas, trabajando directamente con los pescadores para descubrir cómo recolectar y procesar las redes. ‘Bureo’ compensa a los pescadores artesanales por su colaboración, mientras que las embarcaciones industriales pueden obtener certificaciones ambientales al participar.


DESAFÍO

Sin embargo, frenar la producción mundial de plástico puede ser el desafío más grande, especialmente dado el probable aumento de los nuevos plásticos baratos como resultado de la caída de los precios del petróleo.

“Reemplazar los plásticos vírgenes en el mercado con materiales reciclados es importante para llegar a una economía circular”, dice Luisa Santiago, quien dirige las operaciones latinoamericanas en la Fundación Ellen MacArthur. El objetivo final, enfatiza, debe provenir de soluciones que erradiquen la producción de desechos, en lugar de confiar en él. “No podemos reciclar para salir del problema”.

Mientras tanto, ‘Bureo’ está haciendo mella en el problema de los desechos netos de Chile. La instalación de Concepción procesa 800 toneladas de redes anualmente, registrando 2 millones de libras de plástico crudo reciclado hasta la fecha. Alcanzaron rentabilidad en 2019.

El equipo ha escalado la producción, lanzando sitios en Perú y Argentina. También firmó un acuerdo con la Asociación Nacional de la Industria de la Pesca Comercial de Chile, y están en camino de reciclar el 100% de los desechos netos capturados en el país.

Todas las alas de sombrero de la marca ‘Patagonia’ ahora usan Netplus, que representa 60 toneladas de material reciclado. Matt Dwyer, quien dirige el equipo de innovación y desarrollo de materiales de ‘Patagonia’, dice que los sombreros son solo el comienzo.

Fuente: El Naveghable

Residuos orgánicos y el calentamiento global

Reducir nuestro consumo, reutilizar nuestros materiales y reciclar nuestros residuos, son formas eficientes de ayudar a cuidar el planeta. Cualquiera de estas acciones aporta con el ahorro de energía, ya que disminuye la demanda por materia prima nueva que se extrae de nuestros recursos naturales. Sin embargo, existe una relación mucho más cercana entre los hábitos de reciclaje y el cambio climático que vive la Tierra, y tiene que ver con nuestros residuos orgánicos.

El problema orgánico de los vertederos

Hemos dicho antes que compostar es una de las acciones que más ayuda a reducir la basura que generamos, ya que más de la mitad de nuestros desechos está compuesta de materia orgánica. Por lo tanto, cuando dejas de botar este tipo de residuos a la basura, estás evitando que terminen en un vertedero y a la vez estarás combatiendo el cambio climático. Te explicaremos porqué.

Cuando los desechos orgánicos llegan al vertedero, estos se depositan sobre una cama de plástico, formando una gran pila de basura. Una vez que esta montaña de residuos llega a cierta altura, se cubre con una nueva capa de plástico, la cual se vuelve una base para depositar más residuos, y así progresivamente.

Este método para apilar la basura hace que el proceso de descomposición de la materia orgánica sea muy ineficiente, ya que no hay mucho oxígeno pasando por el ecosistema. Debido a eso, cuando la comida se pudre libera una gran cantidad de gas metano.

Reduciendo el metano

Este nombre quizás te haya sonado familiar. El gas metano es uno de los famosos gases de efecto invernadero, que provocan que la radiación solar no sea capaz de abandonar nuestra atmósfera y, por ende, aumente la temperatura de nuestro planeta. Según la revista Forbes, el metano es hasta 84 veces más contaminante que el dióxido de carbono (CO2).

En cambio, cuando los residuos orgánicos son utilizados en compostaje, el sistema se airea regularmente y el proceso de descomposición es mucho más eficiente. Según un estudio de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, un kilo de basura orgánica en un compost produce 95% menos metano que en un vertedero.

Así, cuando reducimos nuestros desechos orgánicos, no solo estamos caminando hacia una economía circular, sino que además estamos combatiendo directamente el calentamiento global.

Fuente: Chile sin basura