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Magallanes analiza expansion salmonera

 Preocupación existe en la Región de Magallanes por los anuncios realizados por los empresarios salmoneros y autoridades del gobierno regional de comenzar a entregar concesiones acuícolas y de aumentar en 1300 por ciento la producción de salmón en la zona. Frente a esto diversos sectores sociales y empresarios locales comienzan a organizarse para participar activamente y decidir en forma autónoma el tipo de desarrollo que desean para la austral región. En la foto aparece el director de Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas, la conceja Antonieta Oyarzo, el Obispo Emerito de Chiloé, Juan Luis Ysern, y el senador Pedro Muñoz.
Puerto Natales, Magallanes. 12 de Octubre de 2010. (Ecoceanos News)— Diversos sectores productivos, culturales y sociales de Magallanes coincidieron este viernes 8 de octubre que el desarrollo regional debe realizarse con ética, sustentabilidad ambiental, participación ciudadana y respeto a la identidad productiva local. Ello luego de tres días de activo intercambio de información y puntos de vista sobre los potenciales impactos que tendría la masiva expansión de la industria salmonera en los prístinos fondos marinos, canales interiores, fiordos, estuarios y bahías de esta zona patagónica.
Esto ocurrió en el contexto de la visita que el Obispo Emérito de Chiloé, Juan Luís Ysern, el Senador por la región de Magallanes, Pedro Muñoz, y el director del Centro Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas, realizaron a Puerto Natales donde se reunieron con sectores productivos, universitarios y ciudadanos. La visita además contemplo el Seminario “Expansión Salmonera, Turismo y Pesca Artesanal en Magallanes: Etica, Participación Ciudadana y Desarrollo Sostenible”, patrocinado por la Cámara de Turismo de la Provincia de Última Esperanza, la Municipalidad de Puerto Natales, y organizado por la Concejala Antonieta Oyarzo.
Este evento ciudadano ocurrió en momentos que paralelamente se desarrollaba en Puntas Arenas una reunión entre el Jefe de la gubernamental de la División de Acuicultura de la Subsecretaria de Pesca, José Miguel Burgos, el director Zonal de Pesca Ricardo Radebach y los empresarios de la Asociación de Productores de Salmón de la Región de Magallanes. En esta reunión gobierno y empresarios analizaron el Reglamento Sanitario (Resa) y a pesar que el proceso de ordenamiento costero (“zonificación”) debe finalizar recién en abril del 2011 y no existe información sobre la capacidad de carga de los ecosistemas acuáticos locales, anunciaron la aprobación de 500 concesiones salmoneras unidas a una inversión de 500 millones de dólares.
DIGNIDAD HUMANA, FRONTERA Y LÍMITE DEL MODELO DE DESARROLLO
Al seminario ciudadano de Puerto Natales asistieron pescadores artesanales, empresarios de turismo, estudiantes, juntas de vecinos, organizaciones sociales y autoridades regionales. En la ocasión el Obispo Emérito de Chiloé Juan Luís Ysern afirmó que el uso de los recursos naturales regionales se debe realizar sobre la base de la “dignidad humana”, la cual debe ser “la frontera y límite” de cualquier modelo de desarrollo.
Monseñor Ysern aseguró que “el respeto a la dignidad humana es algo intransable. La persona humana no puede ser colocada bajo los intereses económicos, políticos, o del ‘progreso’, que desde el momento que instrumentaliza a las personas deja de ser auténtico progreso. No se puede aceptar nada que esté contra los derechos humanos ni contra el correcto uso de los derechos y libertad de las personas”.
En su exposición el Obispo Emérito de Chiloé resaltó que es necesario tener presente los principios del “bien común, del destino universal de los bienes, de la subsidiaridad, de la participación, y de la solidaridad”, los que deben ser la base de cualquier modelo de desarrollo.
SALMONICULTURA INTENSIVA EN MAGALLANES
Por su parte, el Senador Pedro Muñoz afirmó que pese al boom de la salmonicultura en las últimas décadas, “la Región de Magallanes permaneció ajena. Esto por el clima, la mayor distancia y los costos”. Esto ayudó a “que no existiera masivo interés en utilizar el borde costero” de Magallanes afirmó el parlamentario. Sin embargo, esto cambio luego de la denominada “crisis del virus ISA” que colapso entre el 2007-2009 a la industria salmonera en la región de Los Lagos, la cual concentraba sobre el 80% de este monocultivo industrial. 
Muñoz advirtió que se “anunció la aprobación de 1.200 concesiones. Si se aprueban 600 concesiones, se utilizarán 4.800 hectáreas; si se aprueban 300 se ocuparán 2.400 hectáreas. Entonces “lo que se plantea para Magallanes es una acuicultura intensiva” advirtió el legislador.
Frente a esto el Senador Muñoz llamó a las autoridades a ser “responsables, porque no se puede hablar de la entrega de 1600 concesiones, luego de 600, ni de 200, sin que antes finalice el proceso de zonificación del borde costero, el que tiene que ser participativo y transparente para determinar en qué lugares se deben instalar los centros de cultivo para no afectar importantes actividades para la Región como la pesca artesanal, y el sector turismo”.
El parlamentario dijo que había propuesto un “procedimiento amplio, transparente y con plazos razonables” para la zonificación del borde costero de Magallanes. Pero “lamentablemente, no se aprobó, fijándose un plazo de un año para que el Gobierno Regional haga llegar una propuesta a la Subpesca”.
El riesgo de un desastre ambiental y sanitario existe “más aún en una industria que ha demostrado malos manejos”, dijo Muñoz. Y alertó a la ciudadanía regional porque “cualquier denuncia de contaminación generaría un perjuicio irremediable a la ‘marca’ o sello distintivo de la Patagonia como destino no sólo turístico sino productivo. La instalación masiva de jaulas, balsas, galpones, boyas y otros artefactos usados por la acuicultura suponen un enorme deterioro estético que afectará nuestro paisaje irremediablemente”, puntualizó.
El Senador Muñoz afirmó que “lo más importante es determinar qué modelo de desarrollo queremos para la Provincia de Última Esperanza. Yo me inclino porque sea el turismo la principal actividad a desarrollarse, no así la salmonicultura porque puede contaminar la belleza escénica y significar realmente un retroceso para el desarrollo de una actividad que es importante”.
“La instalación masiva de centros de cultivo de salmón sin control puede producir un grave daño a una provincia que ha progresado mucho con el desarrollo del turismo” dijo el parlamentario y agregó que “lo que esperamos en un futuro seminario es que la industria del salmón esté presente para que podamos intercambiar ideas y propuestas. Lamentablemente ellos han sido invitados a esta actividad pero no han asistido”. 
SALMONEROS REPITEN LO QUE HICIERON EN CHILOE
En el seminario realizado en el Hotel Cormorán de las Rocas, frente a la bella costanera de Puerto Natales, Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecoceanos afirmó que “la industria salmonera irrumpe en Magallanes luego de haber generado la mayor crisis sanitaria, ambiental, económica y social en la historia del archipiélago de Chiloé y de ciudades como Puerto Montt y Quellón”.

Para el médico veterinario este monocultivo industrial intensivo de especies carnívoras introducidas en aguas chilenas es del tipo “pan para hoy, hambre para mañana”, con ciclos de auge productivo y estrepitosas caídas posteriores, tal como lo ha sido el caso del archipiélago de Chiloé.
“El actual proceso de asalto a la biodiversidad patagónica que pretende implementar la industria del salmón está repitiendo los mismos patrones que provocaron la mega-crisis ocurrida en la región de Los Lagos el 2007”, señalo el Director de Ecocéanos.
Agregó que en Magallanes se observa una “preocupante falta de transparencia y de acceso a la información pública en relación con el actual proceso de zonificación costera. A ello se unen los sorprendentes anuncios de algunas autoridades y empresarios salmoneros sobre dispares números de concesiones que estarían siendo aprobadas del total de 1.600 solicitudes. Ello a pesar que restan 6 meses para que concluya dicho proceso “técnico”.
El médico veterinario alertó que “se implementará una salmonicultura intensiva en los frágiles y prístinos ecosistemas costeros patagónicos. Esto respaldado por los anuncios de aumentar en 1.300% las producciones regionales en una década, así como el posible aumento de la actual superficie ocupada por la actividad salmonera de 221 a unas 4.200 has”.
Cárdenas llamo la atención sobre “la débil capacidad fiscalizadora y de monitoreo del Estado, el cual no tiene infraestructura, presupuesto, ni personal para una adecuada fiscalización de los 52.000 km. de litoral interno de una de las regiones más extensas de Chile en términos costeros”.
“Actualmente el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) solo tiene 5 funcionarios de planta, 22 a contrata y 27 a honorarios en Magallanes, sin infraestructura ni recursos adecuados para fiscalizar y monitorear un explosivo aumento de 44 a 500 o 600 centros de cultivos de salmónidos, algunos de ellos ubicados a 8 horas del centro poblado más próximo”.
El director de Ecoceanos también se refirió a la falta de infraestructura sanitaria (hospitales), habitacional, educacional y de jardines infantiles para recibir a los 3.000 a 5.000 trabajadores y sus familias que la industria anuncia contratar, y que mayoritariamente provendrían de las regiones de Los Lagos y Bio-Bio.
El médico veterinario indicó además los potenciales impactos ambientales y sobre la salud pública que significara la actual falta de vertederos industriales en Magallanes para la disposición final de los desechos que provendrían de las 80 mil ton. anuales de salmónidos anunciadas por las compañías para los próximos años. 
Cárdenas agregó que además, la industria y las autoridades regionales están creando falsas expectativas respecto al tema laboral. “Los anuncios de un alto número de empleos seducen a la población local, pero la pregunta es qué calidad tendrán, ya que estos se han caracterizados por ser precarios, de alto riesgo y mortalidades, extensas jornadas y bajos salarios, con alto porcentaje de infraccionalidad laboral y prácticas antisindicales, siendo creciente el empleo de subcontratistas. Un ejemplo de esto es la situación de los buzos en los centros de cultivos, de los cuales hay 19 trabajadores muertos en los últimos seis años”.
El director de Ecoceanos afirmó que “la actual ruptura de la patronal SalmonChile, con la salida de 5 grandes empresas, entre ellas la principal productora chilena de salmón y una transnacional japonesa, evidencian la desconfianza existente al interior de la propia industria sobre la real implementación de las anunciadas nuevas normativa sanitaria; el cuestionamiento al sistema de “autoregulación” ambiental, laboral y sanitario por parte de un importante sector de las compañías; el creciente control de las transnacionales noruegas y lo excluyente que son las modificaciones de la Ley de Pesca y Acuicultura.
“Lo paradojal es que muchas de estas críticas son compartidas por organizaciones ciudadanas, ambientalistas, pueblos originarios, comunidades costeras y operadores de turismo local”, afirmó Cardenas.

Informe estadounidense constata graves problemas sanitarios y ambientales en salmoneras chilenas

Informe de entidad estadounidense constata graves problemas sanitarios y ambientales en salmoneras chilenas

La salmonicultura chilena vive una crisis profunda. Expresión de esto es que la transnacional noruega Marine Harvest (MH), está cerrando sus plantas y centros en nuestro país. La razón son las enormes pérdidas operacionales que tiene en Chile y que están afectando seriamente sus resultados globales. Las acciones de MH –que se cotizan en la bolsa de Oslo- tuvieron el año pasado una merma de un 27%, según señala el balance de esta empresa que es la primera productora mundial de salmónidos, siendo también la principal de Chile.

La crisis de MH no es un caso aislado. Las acciones de las dos salmoneras chilenas que cotizan en la bolsa de Santiago, Multiexport (en la bolsa es Multifood) e Invertec (Ivermar), registran un descenso de más de un 40% en los 4 primeros meses de este año. El precio de la libra de salmón chileno, que el 2006 valía 4 dólares, el 2007 se cotizaba a un dólar. Sólo este año las salmoneras han despedido a 4.800 trabajadores y MH anunció para junio 1.200 nuevos despidos.

El borde costero de la décima región está siendo testigo de cómo los otrora bullentes centros de engorda de salmónidos (CES), son abandonados tal como ocurriera con las salitreras de la pampa nortina desde fines de los años veinte del siglo pasado. En el Estuario de Reloncaví más de la mitad de los 31 CES son hoy sólo estructuras flotantes. Mainstream ha cerrado sus centros en Calbuco, Quellón y Achao. Esta tendencia se reproduce en toda la décima región, donde se produce –o producía- el 70% del salmón chileno hasta el 2007.

La razón de este descalabro: las inmensas mortalidades fruto del imparable avance del ISA (anemia infecciosa del salmón) y de la plaga de piojos de mar (caligus sp), que están arrasando los CES de la décima y undécima regiones. Y lo peor está por venir.

El informe Ellis

La compleja situación de la industria salmonera está siendo atentamente monitoreada por los países consumidores entre los que destaca Estados Unidos, el mayor importador de salmones chilenos. El año pasado los retornos por ventas de salmones a este país fueron de 862 millones de dólares, lo que representó un 35 por ciento de los envíos totales del pescado.

En este contexto es que se da la visita de la FDA a Chile. Su delegación llegó a Chile el 19 de abril y tiene programado estar un mes en el país. Uno de sus objetivos principales será evaluar los sistemas de producción de la industria salmonera y verificar que se adecuen a las exigencias de la acuicultura de Estados Unidos.

La visita de la FDA se da un mes después que el New York Times publicara -el 27 de marzo pasado- el reportaje titulado “Virus del salmón pone en tela de juicio métodos pesqueros chilenos”. Esta nota dio cuenta al gran público estadounidense de los estragos provocados por el ISA, el enorme daño ambiental ocasionado por la salmonicultura chilena y la contaminación con antibióticos de los salmones producidos en Chile. Cuatro días después de aparecida esta publicación, Safeway -una de las tres cadenas de supermercados más grandes de Estados Unidos con 1775 locales- anunció que suspendía la compra de salmones chilenos.

La posición de las salmoneras chilenas en Estados Unidos se torna aún más grave si se considera que el gobierno norteamericano tiene en su poder, desde agosto del año pasado, un informe del Servicio de Inspección y Sanidad Agropecuaria, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (APHIS, USDA, por sus siglas en inglés, entidad equivalente al SAG de Chile). Este informe, que hasta ahora no había sido divulgado por la prensa, es firmado por el miembro de ese organismo y especialista en la materia, Stephen K. Ellis. Se titula “Riesgos y factores que inciden en la propagación del ISA en Chile”. Fechado el 24 de agosto de 2007, hace un lapidario balance de la situación sanitaria de la salmonicultura chilena.

Antes de partir con el fondo de su exposición, Ellis se preocupa de denunciar que la jefa de acuicultura de Sernapesca, Alicia Gallardo, no lo recibió. Y que nadie de esta repartición respondió sus preguntas. Respecto del fondo, el mencionado informe da cuenta de las grandes mortalidades provocadas por el ISA; de la excesiva manipulación de los peces; de lo cerrado –con poca circulación de corrientes- de los sitios marinos donde se encuentran muchos centros. Asimismo, expresa que “la resistencia de los piojos de mar al benzoato de emamectina está ampliamente extendida. La infestación –señala Ellis- se ubica entre los 200 y 400 caligus (piojos de mar) por pescado en casos extremos”.

El reporte señala que hay una “ausencia total” de las medidas de bioseguridad que necesariamente deben ser usadas para evitar las enfermedades y su propagación. Evidencia de esto sería la carencia de tecnología y laboratorios en Chile que permitan detectar el ISA. Esto es corroborado por el biólogo experto en salmonicultura Héctor Kol, quien a este respecto señaló que “para detectar el ISA mandan los salmones con síntomas de la enfermedad a Canadá y allá hacen el diagnóstico”.

Otra muestra de los problemas de bioseguridad, que según Ellis existen en la salmonicultura nacional, es que en Chile no hay “estandarizacion de los servicios ofrecidos por Sernapesca para los diagnósticos de laboratorio”. Esto significa que los laboratorios ocupan distintas técnicas de análisis, por lo que la inspección de un mismo salmón puede dar resultados distintos si se hace en más de un laboratorio.

La APHIS/USDA, en su reporte, también señala que “no hay separación de reproductores”. Kol lo explica: “Esto se refiere a que no están separadas las ovas que se compran en el extranjero de las que se producen en Chile”. Agrega el biólogo chileno: “Sin hacer esas separaciones es muy difícil seguir una trazabilidad, o sea el origen de la enfermedad ¿de dónde vino?, ¿de Noruega, o se produjo en Chile?”. El Informe Ellis critica también el manejo de las aguas residuales de las plantas de proceso.

Este documento es el principal antecedente que tiene Estados Unidos sobre los problemas de la salmonicultura chilena. “El artículo del Times -que no menciona la existencia del paper- lo que hizo fue agitar las aguas de la opinión pública norteamericana y reforzar la decisión del gobierno de Estados Unidos de enviar a la FDA a Chile”, asegura Kol. En este contexto, la inspección de la FDA inevitablemente tendrá como uno de sus principales objetivos certificar, corregir o eventualmente desmentir lo planteado por la APHIS/USDA.

Problemas con los Antibióticos

Bastaría que los funcionarios de la Agencia de Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por su sigla en inglés), emitieran un informe que describiera los tipos, cantidades y formas de administración de los antibióticos usados en la salmonicultura chilena, para provocar el cierre del mercado norteamericano. Esto porque su uso en Chile contraviene numerosas normas sanitarias existentes en el país del norte.

En la salmonicultura norteamericana, por ejemplo, sólo se permite el suministro de antibióticos a través de inyecciones. En la salmonicultura chilena los antibióticos se usan disueltos en los alimentos. Esto tiene como consecuencia una gran pérdida o disolución de estos en el medio acuático y la consiguiente contaminación de la fauna silvestre.

Hay más: desde 2006 existen estudios que con absoluta claridad demuestran que en la salmonicultura chilena se usan antibióticos prohibidos en Estados Unidos. Uno de estas investigaciones es “Antibióticos y Acuicultura en Chile”, del doctor en microbiología y académico del New York College, Felipe Cabello (Revista Médica de Chile, Nº 132, 2006). Allí se señala que entre los 16 tipos de antibióticos que se usan en Chile, hay 14 que están prohibidos por la acuicultura norteamericana. Entre ellos hay algunos que pertenecen a la familia de las quinolonas, que son la última generación de antibióticos existentes en el mundo. Las quinolonas están estrictamente restringidas para el uso humano en Estados Unidos. Esto, debido a que su uso en la producción de alimentos genera resistencias a enfermedades, no sólo en los animales tratados sino también entre sus consumidores.

Una investigación de la Fundación Oceana, dada a conocer en julio de 2006, reveló que el 40 por ciento de los peces silvestres testeados en el Estuario de Reloncaví contenían antibióticos que con certeza provenían de la industria salmonera. Por otra parte, Fundación Pumalín y Ecoceanos dieron a conocer, el 28 de abril pasado, un estudio realizado por el Instituto de Farmacia de la Universidad Austral, que detectó dos tipos de antibióticos de la familia de las quinolonas en salmones que se venden en supermercados y ferias de la Región de los Lagos. Se trata de flumequina y ácido oxolínico, en concentraciones de 16,1 y 15,2 partes por billón (ppb) respectivamente. En sólo uno de los casi 600 centros de cultivo existentes en Chile, se ocuparon -durante el 2006- más antibióticos que los usados en toda la producción de salmónidos en Noruega en el mismo lapso. Nos referimos al centro Punta Tres Cruces, ubicado en el Estuario de Reloncaví, comuna de Cochamó, que ocupó 789 kilos de antibióticos para producir 700 toneladas de salmón. En Noruega se usaron aquel año 600 kilos de estos químicos en toda su producción.

Esta información del centro Punta Tres Cruces, fue extraída de la propia Declaración de Impacto Ambiental presentada por su propietaria, Trusal. Aparece citada en el estudio “Efectos ambientales y económicos de la salmonicultura intensiva en el Estuario de Reloncaví” (marzo, 2007) (www.conapach.cl/salmones), dirigida por Héctor Kol, por encargo de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile.

El hecho que la FDA no haya detectado estos químicos en los cargamentos que ingresan a Estados Unidos, se podría adjudicar a falencias en los sistemas de detección utilizados por esta organización encargada de la verificación de los estándares de calidad de los alimentos que se consumen en Estados Unidos.

En este sentido es importante mencionar que el 2007, Chile exportó a Estados Unidos 118 mil toneladas de salmón. La FDA sólo tomó 40 muestras, que según diversos estudiosos de la materia consultados por este medio, serían insuficientes para detectar los antibióticos ocupados en la producción de salmónidos. Pero no sólo las muestras son insuficientes sino que también lo son los tipos de químicos buscados. Hasta el 2006 la FDA sólo controlaba la ivermectina, pesticida que nunca se ha utilizado en la salmonicultura chilena, por lo que su búsqueda es y era poco útil. Desde el 2007 las indagaciones se ampliaron a la flumequina, ácido oxolínico, cristal violeta y verde malaquita (estos dos últimos son funguicidas). Esta información fue proporcionada el 4 de abril pasado por la propia FDA a Pure Salmon (campaña internacional por la producción limpia de salmón).

La directora de la campaña de acuicultura de Pew Environment Group, Andrea Kavanagh, solicitó públicamente a la FDA, el 17 de abril pasado, que realice un muestreo mucho más grande a las partidas de salmón chileno que llegan a Estados Unidos y efectúe pruebas a un rango más amplio de antibióticos y químicos.

Fuente: El Mostrador

Sernapesca y Fundación Terram presentan dispar balance en torno al virus ISA

Dos visiones completamente distintas en relación al brote de Anemia Infecciosa del Salmón (ISA) que aqueja principalmente a la salmonicultura en el sur del país sostienen el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y la Fundación Terram, sobre todo en cuanto a las condiciones de los centros de cultivo y a las consecuencias económicas, laborales y de traslado a nuevos territorios que ha impulsado el virus.

El organismo gubernamental reconoce, en un informe actualizado al 4 de enero pasado y tras realizar un muestreo en el 93% de los centros de cultivo del país, que a la fecha la enfermedad- producida por un virus tipo influenza con alta capacidad de mutación- ha producido pérdidas asociadas a la mortalidad y eliminación de peces enfermos, que ascienden a 3.400 toneladas brutas, así como a los costos adicionales asociados al cumplimiento de las medidas de control.

Sin embargo, aclara que las pérdidas en cuestión “no afectarían significativamente los volúmenes de exportación, ya que según cifras de la industria se proyecta un aumento de un 5% respecto al año 2007, con una producción de 630.000 toneladas brutas y envíos que bordearán los US$ 2.600 millones”.

Esta visión es compartida por la Asociación de la Industria del Salmón (Salmonchile), que considera que la enfermedad no ha tenido incidencia en las exportaciones. Al respecto, su presidente, César Barros, asegura que “el ISA es un actor con el cual tendremos que convivir, al igual que con otros factores sanitarios. Este virus no afecta al ser humano y su control pasa por tomar medidas, como la cosecha anticipada y la cuarentena para el traslado de peces vivos, entre otras acciones”.

En este sentido, Sernapesca implementó un plan de contingencia obligatorio para frenar la expansión del virus hacia otros centros de cultivo, entre cuyas medidas se cuentan la eliminación o cosecha de las jaulas con animales afectados por ISA, delimitación de zonas de cuarentena y vigilancia, establecimiento de barrera sanitaria para las regiones XI y XII, así como medidas de control en la eliminación de peces infectados.

Críticas de Terram

Al otro lado de la balanza, la ONG Fundación Terram sostiene que, aunque la mayoría de las jaulas han sido cosechadas o eliminadas y once plantas de proceso ubicadas en Puerto Montt se mantienen en cuarentena, las medidas no han dado frutos, ya que el ISA seguiría propagándose.

Según su balance, esto ha tenido influencia directa en el tema social, ya que “el principal impacto que ha generado esta epidemia se vincula con las remuneraciones que reciben los trabajadores de la industria, que se han visto disminuidas”.

La explicación que dan es la composición de los sueldos, que consta de una parte fija y otra variable, dependiente, entre otros puntos, al bono asociado a la producción. Por otra parte, el cierre de centros infectados ha generado la relocalización de algunos trabajadores, pero también el despido de otros, que hasta la fecha sumarían un centenar.

Además, acusan que se realizan prácticas que propician la propagación del virus, como las altas densidades de cultivo permitidas en Chile, el número de balsas jaulas por centros de cultivo, la cercanía entre un centro de cultivo y otro, y la ausencia de una normativa que instale la rotación y descanso de sitios como práctica obligatoria.

A lo que se suma que “el bajo costo de las concesiones, que es cerca de $70.000 anuales por hectárea concesionada, hace de estos espacios de recursos no renovables un bien prácticamente desechable para los salmonicultores”, advierten en la organización ambientalista.

El avance del ISA

Durante de agosto y la primera quincena de diciembre se realizaron análisis para la detección del virus ISA y los resultados confirmaron que los casos positivos, que suman diez, “se encuentran limitados a la zona de Castro” y que ocho pertenecen a la multinacional Marine Harvest. Además, hay otros 17 centros “sospechosos” en los que se ha detectado la presencia del virus sin manifestación de la enfermedad, 16 correspondientes a la Región de Los Lagos y uno a la Región de Aisén.

Este último punto preocupa inmensamente a Terram, ya que implica que por primera vez se publica oficialmente que el virus se encuentra en la Undécima Región – detectado en un centro de cultivo de Salmones Mainstream-, lo que hablaría de una expansión de la enfermedad a otras zonas. Y según detallan, no se ha identificado el origen del brote.

A esto, se suma que en diciembre, Marine Harvest anunció la implementación de un nuevo plan de producción que contemplará rotación de sitios y menos densidad de peces por zona, además de la petición de nuevas concesiones y licencias de cultivo en la Región de Magallanes.

Frente a esto, los ambientalistas son categóricos, ya que sostienen que “mientras en Chile no se adopten técnicas de cultivo que mejoren la calidad de vida de los peces y por ende su vulnerabilidad a los contagios con enfermedades, no disminuirán las oportunidades de fomento y contagio. Hasta entonces, los planes de contingencia y el traslado de las balsas jaula y centros de cultivo hacia el sur-austral de Chile son solamente soluciones parche para frenar la propagación de las epidemias ya existentes”.

Por ello, plantean la urgencia de implementar un sistema de levantamiento de línea base de los sectores concesionados o aptos y una evaluación de impacto ambiental considerando la capacidad de carga de los ecosistemas, para que así la industria no se vea afectada nuevamente por epidemias o plagas difíciles de controlar “y que tiene como consecuencia graves impactos en los trabajadores del sector productivo e irreversibles consecuencias sobre el medio ambiente que alberga y posibilita la actividad”.

Fuente: El Mostrador

Analizan impactos del uso de productos químicos en la salmonicultura

Con un amplio debate sobre el uso de productos químicos en la industria del salmón y sus impactos sobre el medio ambiente, continúa hoy el encuentro internacional “Diálogo sobre Salmonicultura” que reúne en Santiago a empresarios, investigadores, autoridades de gobierno y representantes de organizaciones no gubernamentales, relacionadas con esta actividad productiva.

La cita busca contribuir al desarrollo de estándares globales ambientales y sociales adecuados en el sector. Para ello, el debate en esta reunión se centra en dos informes técnicos presentados en la ocasión, uno referido a la carga de nutrientes usados o derivados de la actividad salmoacuícola, y el otro a los impactos medioambientales ocasionados por los insumos químicos.

Este último reporte aborda el estado actual de los productos químicos utilizados en la industria del salmón en Noruega, Escocia, Canadá y Chile, su regulación e investigación. Los productos analizados en el informe incluyen los antiparasitarios, antibióticos, antifoulants, anestésicos y desinfectantes.

Las principales conclusiones del informe son que el acceso público a datos verificables sobre el uso de productos químicos en la acuicultura del salmón es variable. El informe destaca la necesidad de un mejoramiento en el acceso y la transparencia de la información en esta materia. Esta variabilidad dificulta la comparación de datos y la preparación de recomendaciones generales, así como comentar respecto de los riesgos asociados al uso de químicos.

La información es más accesible en Escocia y Noruega que en los otros lugares estudiados. La información no es pública en Chile para años más recientes. No hay información disponible para uso de antibióticos en la costa este de Canadá.

La tasa de utilización (Kg/TM) de antibióticos en Chile y British Columbia (Canadá) en el año 2003 (último año para el cual la información está disponible para comparar entre regiones) fue muy alto comparado con Escocia y Noruega. Esto se explica, en parte, por el hecho de que los últimos países han sufrido principalmente de enfermedades virales para las cuales éstos no son utilizados ni recomendables.

Asimismo, hace hincapié en que existe la necesidad de enfocarse en la reducción del uso de antibióticos en todas las regiones en las cuales el salmón es cultivado. Los antibióticos autorizados varían entre países, y existe la preocupación relacionada con el uso de quinolonas. El informe indica que el uso de algunas quinolonas comúnmente utilizadas en salud humana se utilizan legalmente en Chile en la acuicultura. Esta práctica es cuestionada en otras regiones estudiadas.

La tasa de utilización de los compuestos antiparasitarios en Chile pareciera ser, al momento del estudio, significativamente mayor que en otros lugares. El Comité Directivo de los Diálogos del Salmón espera trabajar con los Gobiernos y los sectores interesados en elaborar las maneras para avanzar en la solución de éstas y otras importantes materias.

¿Desastre Ecologico en Aysen?

¿Desastre ecológico en Aysén? Millones de salmones podrían huir o morir en la zona del terremoto

La dieta de los salmones es altamente proteica y energética, y en cautiverio necesitan altas cantidades de pellet de harina de pescado.
Chile / 30 de Abril de 2007

A pesar de las declaraciones del director de las salmoneras en Chile, César Barros, que asegura que estos animales no causan un mayor daño al ecosistema, es innegable la preocupación que existe por parte de los ecologistas.

El terremoto que afectó la semana pasada a la región de Aysén traerá consigo múltiples modificaciones ambientales: una de ellas es el posible desastre ecológico que se producirá por la muerte y la fuga masiva de salmones de las balsas jaulas ubicadas en el fiordo afectado por el terremoto y posterior Tsunami.

A pesar de las declaraciones del director de las salmoneras en Chile, César Barros, que asegura que estos animales no causan un mayor daño al ecosistema, es innegable la preocupación que existe por parte de los ecologistas. La cifra que ha sido entregada estimativamente por los empresarios del sector afectado por el terremoto, en torno a la cantidad de salmones que podrían huir o morir, es de alrededor de 10 millones de peces. Sin embrago, según palabras de Manuel Baquedano, la estimación sería de no más de 6 millones de salmones y la razón de esta diferencia se basa en el seguro que las empresas cobrarían por concepto de esta tragedia.

La dieta de los salmones es altamente proteica y energética, y en cautiverio necesitan altas cantidades de pellet de harina de pescado. Al salir de las jaulas, esta enorme cantidad de salmones son un peligro para las especies que allí coexisten, ya que consumirán gran cantidad de material pelágico de la zona. De esta manera, se pone en riesgo la alimentación de muchas especies marinas como la merluza, el róbalo y la cabrilla, entre otros.

Para que un salmón aumente un kilo de peso, debe comer al menos 5 kilos de peces, lo que se traduce en un grave daño para la diversidad. Asimismo, los pescadores artesanales se ven afectados, ya que la cantidad de peces disminuye de manera considerable, no logrando sustentar su negocio.

Además se sabe que los salmones que son liberados a un medio ambiente natural, junto con el hecho de devorar otras especies, está el peligro de transmisión de enfermedades propias de los salmones en jaula y también existe el problema del cruce con otras especies nativas que tiene un impacto genético.

Para Manuel Baquedano, presidente del IEP, hay dos problemas relevantes. “No se puede continuar con esta actividad en la zona, ya que es probable que pueda emerger un volcán, lo que constituye un peligro para los trabajadores y por supuesto para los salmones; se debe trasladar las jaulas de ese lugar, el fiordo de Aysén no puede continuar albergando a estas empresas”. Además aseguró no se debe dejar morir a los salmones y que “urge crear una estrategia de rescate, primero, para los salmones ya que no se pueden dejar morir, y segundo, para trasladar las jaulas de ese lugar”.

Hay que destacar que las empresas salmoneras están obligadas por ley a capturar a los salmones que han escapado. Con todo esto, es preciso que se haga un catastro serio en relación a la cantidad específica de salmones que podrían haber muerto o escapado, para poder dimensionar los daños que éstos ocasionarán al ecosistema, las medidas que se deben tomar en el futuro para que esta situación no vuelva a ocurrir y el plan para rescatar lo antes posible a los salmones que posiblemente salieron de sus jaulas.

Fuente: www.iepe.org