La selva tropical contiene la quinta parte del agua dulce del mundo, pero la deforestación, las lluvias escasas y el calor implacable están dejándola seca.
Cuando pensamos en la Amazonía, enseguida vienen a nuestra mente miles de kilómetros de selva frondosa y exuberante. Anchos ríos marrones e infinidad de aves, reptiles, insectos, peces, monos, felinos, habitando en medio de la vegetación tupida. Además de, por supuesto, cientos de tribus de pobladores originarios y ancestrales, viviendo en perfecta simbiosis con ese territorio natural.
Incluso nos parece que el bosque tropical más extenso del mundo es tan inabarcable como indestructible. Sin embargo, la Amazonía tampoco se salva de la ambición de los intereses comerciales y, mucho menos, de ser parte de un planeta cada vez más caliente.
Así es que hoy las imágenes de la fuerte sequía que puso al estado brasileño en emergencia recorren el globo y nos muestran los estragos del clima cambiante que vivimos.
Aunque cueste asimilarlo, la cantidad de agua en ríos y lagos de la cuenca llegó a niveles muy bajos, sin precedentes, en el mes de septiembre desatando una crisis humanitaria y muerte masiva de peces y de delfines rosados.
En este contexto, aumentan los incendios forestales que ya hacen del aire de Manaos, una ciudad de dos millones de habitantes, un peligro para la salud.
Esta situación dramática podría empeorar de manera drástica en estos días, cuando se espera que la sequía esté en su nivel más alto.
¿Qué consecuencias tiene la sequía en Amazonas?
A principios de mes uno de los primeros ríos llegó a su nivel más bajo alguna vez registrado, mientras que otros se acercaban a niveles históricos. Tan seco estaban los cauces que en muchas zonas aparecieron enormes bancos de arena donde antes pasaban barcos.
Una imagen aérea de los alrededores de Tefé, impactados por la severa sequía.
Así se ve la sequía que no sólo trajo escasez de agua potable sino que también de gas, alimentos y otros productos de primera necesidad. Las autoridades sanitarias informaron a medios como Mongabay que: “Han empeorado los casos de enfermedades respiratorias, diarrea y otros problemas de salud asociados”.
Para peor, en una zona donde la navegación es la principal vía de comunicación, han quedado aisladas decenas de miles de personas que viven en comunidades remotas y que solo pueden trasladarse por bote.
Más de cien delfines amazónicos, incluidos los delfines rosados en peligro de extinción, fueron encontrados muertos en el lago Tefé, en el estado de Amazonas. Imagen cortesía de André Zumak/Instituto Mamirauá.
La fauna también sufre: una cantidad incontable de especies animales mueren en una región conocida por su vida silvestre abundante. En el lago Tefé, por ejemplo, las temperaturas del agua continúan siendo elevadas y han aparecido más restos de delfines rosados -especie en peligro de extinción-, elevando el número de delfines muertos a 153
Muchos lagos y ríos de la Amazonía brasileña, como el Manacapuru, en el estado de Amazonas, registraron una mortandad masiva de peces debido a la sequía. Imagen cortesía de Defensa Civil de Amazonas.
¿Qué fenómenos agravan la sequía en Amazonas?
Las pocas precipitaciones que caracterizan a esta época del año en la región se ven potenciadas por dos sucesos naturales que ocurren al mismo tiempo y que limitan la formación de nubes y las consiguientes lluvias.
Según explican desde Mongabay, uno de estos fenómenos es El Niño, que al calentar la superficie del agua en el océano Pacífico ecuatorial fuera de lo normal, produce corrientes de aire de este a oeste sobre la pluviselva amazónica.
A su vez, el calentamiento de las aguas del océano Atlántico tropical norte crea vientos de norte a sur a lo largo del bioma. Estas corrientes de aire impiden la formación de nubes de lluvia.
Con estos factores en juego, la sequía se hace más intensa.
¿Cuál es la relación entre la sequía en el Amazonas y el cambio climático?
En la Amazonía el cambio climático y la deforestación se complementan entre sí para empeorar la situación. La práctica que destruye áreas boscosas para cultivar soja y criar ganado para exportación y las modificaciones en el clima hacen que la lluvia sea más escasa y las temperaturas más altas porque los árboles de la Amazonía liberan humedad, lo que baja la temperatura y forma nubes de lluvia.
Activista sostiene una pancarta en el lago seco de Tefé para mostrar los impactos de una grave sequía en la zona.
A esta realidad que retroalimenta la sequía, hay que sumar un pronóstico nada auspiciante. Según los modelos climáticos “en las próximas décadas, con el aumento de las temperaturas causado por el cambio climático, estos eventos se volverán más frecuentes”, afirmó Gilvan Sampaio, científico que monitorea patrones climáticos en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil al New York Times.
Y la frutilla del postre es que en una Amazonía que pierde árboles y donde llueve menos, la acechan incendios forestales frecuentes que se expanden con facilidad. En estos días el fuego ha hecho que el aire sea peligroso para millones de personas, incluidas algunas comunidades indígenas, y al mismo tiempo han secado ríos importantes a un ritmo récord.
“Hay también que ver aún más allá de todo esto: si no se pone fin a la “simplificación” del planeta, de la comunidad y de la sociedad, lograrán simplificar al espíritu humano a tal punto que se acabará hasta con el mismo espíritu de rebeldía, el único capaz de promover un cambio social y un reverdecimiento real del planeta.”
Este 18 de octubre, en nuestro país se conmemora el Día del Forjado Ambiental, celebración que desde el año 1999 es promulgado por la CONAMA (Corporación Nacional del Medio Ambiente) organismo antecesor del actual Ministerio de Medio Ambiente y que busca destacar el trabajo que realizan por el cuidado del medio ambiente grupos organizados como las comunidades de la sociedad civil.
Si bien es cierto, este reconocimiento en Chile cumple recién 24 años de existencia, lo que no significa que desde mucho antes y hasta el día de hoy, grupos autoconvocados y auto gestionados trabajaran en pro de la construcción de un medio ambiente sano.
Muchas veces los logros llevan años en materializarse y sin duda, el que hoy en nuestro país, se reconozca al Forjador Ambiental es uno de ellos. Es por eso que queremos agradecerles a quienes trabajan día a día para unir esfuerzos por salvaguardar nuestro planeta para todas y todos, porque sabemos que sin el sentido comunitario, el futuro no será posible, por las luchas que nos movilizan desde lo más profundo de nuestras convicciones con un solo interés común: defender el medio ambiente y así estimular a la ciudadanía a cambiar actitudes y comportamientos que ponen en riesgo a la naturaleza, impulsando un cambio cultural y social.
Por eso hoy, en este día tan significativo, es importante recordar a uno de los señalados como pioneros del movimiento ambientalista, Murray Bookchin y su teoría sobre la ecología social.
Pero…¿Qué es la Ecología Social?
Según El Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) social es el estudio de los sistemas humanos en interacción con sus sistemas ambientales, con el término se enfatiza que no se puede separar la sociedad de la naturaleza. En este sentido se engloba unos sistemas en otros, así en el sistema ambiental corrientemente se distinguen tres subsistemas: humano, construido y natural.
En otro orden de cosas, Bookchin (1986) concibe a la ecología social como una disciplina que permite estudiar los problemas creados por las crisis sociales y ambientales, donde se da igual valor a la crítica, a la construcción, a la teoría y a la práctica.
Siguiendo esta perspectiva, la ecología social puede caracterizarse por tres dimensiones: primero, es una tarea de investigación científica; segundo, esta tarea incluye en un todo a una acción y promoción; y finalmente, tanto la investigación como la práctica, se realizan desde una postura ética de respeto a toda la vida (Gudynas y Evia, 1991).
Bajo esta perspectiva está nuestra lucha, en el lograr visibilizar que los efectos del cambio climático, la intervención de los parques y reservas naturales de nuestro país, la tala de bosques, las actuales zonas de sacrificio que existen y los afectos que estos tienen para nuestra sociedad son causa de la manipulación del ser humano, pero está en nosotros seguir trabajando juntos por la construcción de un medio ambiente sano y así de una sociedad más justa por añadidura.
¡Gracias, porque sin ti, el futuro no sería!
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Author: Luz Le Dantec, Coordinadora de loyalty
Los voluntarios son el corazón de Greenpeace. Pintan carteles, ayudan a organizar manifestaciones locales, hablan en público sobre nuestras campañas y hasta escalan en una acción directa no violenta.
El voluntariado está formado por personas preocupadas que se están levantando para proteger a los ciudadanos y al planeta.
Entonces, ¿quiénes son, qué hacen? y, lo que es más importante, ¿qué los impulsa?
Aquí te presentamos a algunos voluntarios de Greenpeace en todo el mundo.
Cristina Robledo Arellano, 22 años – Greenpeace Chile
“Tienes que actuar por el cambio que quieres que suceda. Incluso si piensas que las acciones de una persona no pueden cambiar nada, muchas personas pueden convertirse en una gran fuerza”.
Al vivir en Chile, Cristina vio cuán vulnerable es nuestro país al aumento del nivel del mar y a los impactos del calentamiento global.
“Chile tiene una larga costa. Podría haber muchos lugares que terminarían destruidos o simplemente desaparecerían debido a la subida del nivel del mar”, afirma.
Como estudiante de derecho, también está aplicando sus conocimientos con el equipo político de Greenpeace Chile, vigilando los asuntos ambientales, ya sea en los tribunales o en el parlamento.
Al ser voluntaria de Greenpeace conoció de primera mano el poder de la solidaridad y la movilización por una causa: durante los incendios forestales de la selva amazónica, Greenpeace Chile organizó una protesta improvisada frente a la embajada de Brasil en Santiago.
“Fue una idea del momento, así que solo nos pusimos camisetas naranjas y algunos voluntarios hicieron pequeñas llamas para cada uno de nosotros. Lo mejor de ese día fue que, aunque no estaba planeado con anticipación, casi todos los voluntarios activos llegaron a la oficina de Greenpeace esa tarde listos para manifestarse en contra de la destrucción de la Amazonía y de nuestro planeta”, dice.
Una de las experiencias más conmovedoras que vivió fue en 2019, cuando visitó el lago Aculeo, cerca de Santiago, con el equipo de Greenpeace Chile y otros voluntarios. Alguna vez fue la escapada de fin de semana favorita de la gente de la capital, pero el lago se secó por completo después de una sequía de 10 años en el país.
“Fue increíble, pero horrible estar de pie en la tierra seca donde la gente solía pescar, nadar y practicar todo tipo de deportes acuáticos. Armamos una enorme señal de advertencia en el fondo de lo que solía ser un lago para que la gente pudiera ver el impacto de lo que estamos haciendo en nuestro mundo. Este lago se secó en menos de 10 años y la sequía está creciendo rápidamente en Chile”.
¿Qué cambio te gustaría ver? “Cualquier cosa que pueda darme la esperanza de que todavía hay una posibilidad de cambio y que no es demasiado tarde”.
Junghoe Kim, actor, 30 años – Greenpeace Korea
“Me tomo muy en serio el calentamiento global. Es evidente que sufrimos la pérdida de vidas y recursos, y enfrentamos desastres naturales sin precedentes causados ??por el aumento de las temperaturas del planeta”.
En 2022, el actor coreano Junghoe Kim escribió y produjo una obra de teatro llamada ‘Flow:er’ para crear conciencia sobre cuestiones ambientales, en particular el flagelo del plástico. La obra representa las diferentes perspectivas de los individuos, el gobierno y el mundo sobre los problemas ambientales y explora las consecuencias de las actitudes indiferentes.
Posteriormente, Junghoe comenzó a trabajar como voluntario en Greenpeace Corea al participar en la Encuesta Pl-cok (‘pl’ de plástico + ‘cok’ de la palabra coreana que significa quedarse quieto). La campaña está destinada a crear conciencia sobre el nivel excesivo de consumo de plástico mientras se señala a las corporaciones que no están haciendo ningún esfuerzo para reducir los desechos plásticos. La campaña de la Encuesta Pl-cok comenzó con alrededor de 800 participantes, pero en dos años se ha expandido a más de 4000.
Después de una semana de recopilar datos sobre sus desechos plásticos, Junghoe se sorprendió de lo generalizado y enorme que era el problema. “Fue como una llamada de atención. Aunque me consideraba consciente del medio ambiente, aún me costaba mucho reducir los desechos plásticos en mi vida”.
El voluntariado es importante para Junghoe, ya que le permite trabajar junto con otros defensores de la tierra en lugar de tratar de hacerlo solo. Él dice: “El voluntariado me asegura que hay muchas personas que quieren y tratan de hacer un mundo mejor y que, después de todo, hay esperanza”.
¿Qué cambios deseas? “Quiero ver naciones, gobiernos, corporaciones y ciudadanos del mundo trabajando juntos para proteger y salvar la tierra, y abandonar la forma en que vivimos ahora¨.
Katerina Papagiannopoulou, 33 años – Greenpeace Grecia
“Me fascinó cómo los voluntarios organizaron y desarrollaron acciones ambientales en la organización rodeados de la ideología de la no violencia”.
Como líder de equipo dedicada y capacitadora voluntaria, Katerina ha participado y organizado muchas campañas y actividades diferentes de Greenpeace, incluidos eventos de concientización pública, pintura de pancartas, producción de investigaciones y redacción de pautas para otros voluntarios.
Voluntaria desde 2012, ahora dirige la formación en no violencia en Greenpeace Grecia, para fomentar el uso de la acción directa no violenta con el objetivo de luchar por la justicia social y medioambiental.
“El voluntariado te hace sentir menos solo en una sociedad global donde los derechos humanos y el medio ambiente son ideologías de poco valor. El voluntariado es una forma de vida y las acciones de tus sueños para un mañana mejor”, afirma.
Cuando el barco Rainbow Warrior visitó Grecia en 2014, Katerina viajó a bordo durante dos semanas para concienciar al público sobre la extracción de petróleo en alta mar en el mar Jónico.
“Para ser honesta, creo que nunca dormí lo suficiente dentro de la nave porque todo era tan emocionante que no quería perderme nada. Recuerdo incluso esconderme de mi equipo mientras me perseguían para descansar un poco. ¡Sé que tenían razón, pero estar en un barco con tanta historia me dio escalofríos!¨
En este momento, lo que más le preocupa es la extracción de petróleo en los mares griegos, un tema que está cobrando urgencia a la luz de la crisis energética mundial.
“Las organizaciones ambientalistas han logrado detenerla [la extracción de petróleo] pero, desafortunadamente, el primer ministro de Grecia ha anunciado que continuarán destruyendo y matando la rica biodiversidad del mar Mediterráneo”, asegura.
Marcos Salazar, 24 años – Greenpeace Argentina
“Siento que es importante ser voluntario porque todos somos diferentes, pero hay algo que nos une. Hay algo en común, la importancia y el cuidado del medio ambiente.”
Marcos, líder juvenil y estudiante universitario, vive en Salta, una provincia ubicada al noroeste de Argentina, donde ya está experimentando los impactos del cambio climático como la inestabilidad de las estaciones y la variación del clima a diario. “Pero lo que realmente me preocupa es que la gente no lo note. Pasa desapercibido y me hace preguntarme por qué”, dice.
Aún más alarmante, las temperaturas más altas y las sequías están causando que los incendios forestales se vuelvan más comunes en el área, lo que, según él, el gobierno justifica diciendo que está fuera de su control.
Como líder y vocero del grupo local de Greenpeace en Salta, Marcos no es ajeno al activismo ambiental ya que participa en marchas y debates locales y se reúne con otras organizaciones de la zona.
Su experiencia más memorable con Greenpeace fue participar en su primera Acción Directa No Violenta (NVDA) para luchar por “los últimos 20”, en referencia a los yaguaretés que viven en la selva del Gran Chaco argentino. Junto al equipo y otros voluntarios, colgaron un enorme cartel en el Puente General Belgrano. Marcos se conmovió con el apoyo de la gente que se detuvo para darles agua, hielo y fruta.
“Fue muy emocionante todo, y por supuesto al final de la actividad el abrazo entre todo el equipo, un sentimiento tremendo, difícil de expresar con palabras”, comenta.
Para Marcos, el voluntariado ha sido una valiosa experiencia de aprendizaje y ayudó a ampliar su visión mientras hacía amistades. “Es genial poder conocer diferentes culturas, compartir opiniones, informarnos e intercambiar datos sobre los problemas ambientales de cada región”.
¿Qué cambio te gustaría ver? “Un cambio que me gustaría ver, y más deseo, es ver líderes políticos responsables y comprometidos con todo, incluso con el tema ambiental, ya que muchos se justifican diciendo que todos estos problemas están fuera de su alcance. Y también, por último, pero no menos importante, ¡un compromiso real con las generaciones futuras sería genial!”
Kely Gabriely Bento de Souza, 23 años – Greenpeace Brasil
“Quería algo colectivo, impactante y que me permitiera construir un legado de paz, y encontré todo eso en Greenpeace”.
Kely creció en el interior de Amapá, estado del norte de Brasil, donde estuvo “rodeada de selva, en contacto con animales y bañándose en los ríos”. Sus padres trabajaban en salud y educación en el área indígena. La propia Kely ahora trabaja como activista socioambiental y trabajadora social.
Está perturbada por lo que le está pasando al planeta, particularmente en su propio patio trasero. “No podemos pensar en formas de detener el cambio climático sin antes detener el ‘sangrado’ de la deforestación en la Amazonía”, afirma.
Se unió a Greenpeace Brasil como voluntaria en 2020 porque sintió una intensa necesidad de ser parte de algo más grande que sus propias aspiraciones. Durante este tiempo, Kely ha realizado pintura colectiva con comunidades, visitas técnicas a empresas de reciclaje, actividades de sensibilización socioambiental y ayudado con la tutoría de otros voluntarios. También ha colaborado con el desarrollo de lecturas socioambientales para niños de escuelas.
Este año, junto a Greenpeace Brasil, participó de un encuentro con la dirección del Área de Protección Ambiental de Fazendinha (estado de Amapá), donde escuchó las historias de la comunidad mientras hablaban de sus luchas, amenazas, dolores y conquistas.
“Escucharlos nos acercó aún más a nuestro lugar, las particularidades de la Amazonía de Amapá, lo que significa ser activista de Greenpeace en Amapá”, dice.
¿Qué cambio te gustaría ver? “Quiero que la Amazonía pertenezca a la vida de la Amazonía. Quiero que sea abundante y sin ningún tipo de dominación”.
Daria Timakova, 25 años – Greenpeace Rusia
“Soy voluntaria porque amo la naturaleza, admiro su belleza y perfección y me gustaría ver preservada la diversidad de especies y ecosistemas. Para ello, debemos repensar nuestro comportamiento. Estoy tratando de ayudar a la gente a entender esto y a tomar medidas”.
Daria es una bióloga que trabaja para un instituto científico llamado Instituto Central de Investigación de Epidemiología en Moscú, Rusia. Comenzó a colaborar como voluntaria en Greenpeace Rusia hace un año y medio después de mudarse a Moscú desde su ciudad natal Tula.
Una de las mayores preocupaciones climáticas de Daria es la contaminación plástica y su impacto en los océanos y el planeta. El verano pasado, fue con el equipo de Greenpeace Rusia a una estación de clasificación de residuos para realizar un estudio a gran escala relacionado con el problema del reciclaje de residuos en el país. En otra ocasión, participó en una campaña para luchar contra el plástico en el sistema de entrega de alimentos organizando una acción para llamar la atención sobre el tema.
Durante el último año, Daria se ha ofrecido como voluntaria para el proyecto “Recyclemap”, que está trabajando en un mapa interactivo con puntos de reciclaje en ciudades rusas. También ha dado charlas sobre Greenpeace y el concepto de basura cero. “Hablar en público y el interés de la gente por la conservación del medio ambiente es muy inspirador”, dice.
¿Qué cambio te gustaría ver en el mundo? “El cambio que me gustaría ver es en el campo de la generación de energía en Rusia y en todo el mundo. Me gustaría que se redujera el consumo de combustibles fósiles y que se utilizaran de manera más amplia las fuentes alternativas de energía. Sin embargo, por mucho que me gustaría, no puedo detenerme en un cambio y también quiero ver una reducción en el uso de plástico de un solo uso y una utilización más sostenible de los recursos de nuestro planeta”.
Lu Chia-Ling, buceadora y maestra de preescolar – Greenpeace Taiwán
“Hace casi 20 años que buceo y el ambiente marino parece estar empeorando. Tengo sentimientos muy fuertes sobre esto. ¡La situación con los corales es realmente mala!”.
Una buceadora entusiasta con un profundo amor por el océano, Lu Chia-Ling comenzó a trabajar como voluntaria en Greenpeace Taiwán en 2013 después de interesarse en la conservación marina.
Naturalmente, su primera actividad con Greenpeace fue ayudar en una exposición relacionada con temas oceánicos. Desde entonces, se unió al equipo de escalada y participó en diferentes acciones que incluyen cuentacuentos, recorridos de exhibición, acciones corporativas, iniciativas en las calles y actividades de limpieza.
Una de sus experiencias favoritas con Greenpeace fue participar en la Capacitación de Acción Básica, donde aprendió a comprender y a comunicarse con calma con personas de puntos de vista opuestos. Antes de participar en una acción, los voluntarios de Greenpeace se someten a un riguroso entrenamiento para que estén preparados.
La participación en el trabajo voluntario ha presentado a Chia-Ling a otros amigos de ideas afines. Su interés original en los problemas del océano ahora se ha ampliado para incluir preocupaciones sobre los bosques, el clima, la seguridad alimentaria y la contaminación plástica. Fue durante este viaje de voluntariado y de compartir que lentamente comenzó a realizar cambios hacia un estilo de vida libre de plástico y bajo en carbono, mientras alentaba a hacer lo mismo a las personas que la rodeaban.
“Me da una sensación de logro conseguir que más personas presten atención al medio ambiente”, dice. “También puedo obtener muchos conocimientos nuevos e ideas nuevas cuando chateo con otros voluntarios en diferentes campos. Uso mi profesión para comunicarme y discutir con otros, para que podamos ayudarnos unos a otros a hacer del mundo un lugar mejor. ¡Y eso es lo que me hace muy feliz!”
¿Qué cambio te gustaría ver? “El mundo entero debería dejar de comer aletas de tiburón”.
Con la llegada de diciembre, llegan los cierres de año y sus respectivos balances y al área de voluntariado de Greenpeace Andino (Argentina, Chile y Colombia) también nos llegó el momento de repasar todo lo que hicimos en el año y queremos compartirlo con ustedes a través de esta nota.
En Greenpeace Andino contamos con un Equipo de Apoyo Local (EAL) en Colombia, cinco en Chile y ocho en Argentina y si bien llevamos varios años trabajando a nivel regional, este 2021 resultó ser el año con más proyectos de este estilo. Espacios de encuentro como el Día de la No Violencia, Festival Activarte, 8M, Día del Orgullo entre otros, sin dejar de lado las siempre necesarias capacitaciones y teambuildings.
El impacto de voluntarias y voluntarios de Argentina y Colombia involucrados en la campaña Suelta el Agua fue notable.
Todo eso sin dejar de lado la participación en actividades y campañas propias de cada país.
En Chile
Comenzamos con Suelta el Agua y la plataforma que reunió los datos de los casi 1.500 candidatos a Constituyentes, una tarea titánica que realizada en tiempo récord y fue posible gracias al trabajo de voluntarias y voluntarios en Chile, Argentina y Colombia. Y desde septiembre el trabajo se ha concentrado en solicitar la invalidación del Proyecto Dominga, activistas de todos los equipos han salido a las calles para llevar el mensaje y frenar el megaproyecto minero y portuario en la mitad del Archipiélago de Humboldt.
En Argentina
A lo largo del año formamos parte de varias campañas. En océanos, realizamos varias actividades en Mar del Plata para reclamar por un Mar Argentino libre de petróleo y en la Audiencia Pública dejamos bien en claro nuestra posición en cuanto a las exploraciones sísmicas. Entrado el año reclamamos al gobernador de Salta por los bosques y pedimos que se abandone la tala de quebrachos para vías del tren. En la segunda mitad del año participamos del #TomateChallenge y charlamos de los beneficios de la alimentación agroecológica.
En Colombia
Estrenamos la segunda temporada de nuestro podcast “Atmósfera Greenpeace” y pusimos mucho empeño para apoyar la campaña por una Nueva Ciudad. Realizamos una siembra junto a socios y socias, pedimos por aire limpio en Bogotá y alertamos sobre el consumismo y la necesidad de realizar compras inteligentes: “Si no lo necesitas, no lo compres”
Desde el equipo de coordinación felicitamos y agradecemos a todas las personas que forman parte del voluntariado de Greenpeace Andino por su invaluable aporte a la organización, siempre realizado con tanto corazón.
¡Gracias por este 2021! Nos vemos el año que viene
Sabemos que las personas tenemos el poder de cambiar la realidad mediante pequeñas acciones diarias. Por eso, en el marco de la Make Something Week, una semana para replantearnos el consumo exacerbado que vivimos y su impacto en el clima, te enseñamos cómo darle una nueva oportunidad a esa polera que ya no usas, que quizá está percudida o algo vieja.
Esa polera puede ser una mochila para los chiquillos de la casa, una bolsa para llevar tus cosas al momento de visitar los mercados o un regalo para estas fiestas.
Mira qué materiales necesitas y el paso a paso para ponerte manos a la obra:
-1 polera en desuso
-3 metros de cuerda o cordón
-máquina de coser
-alfileres, hilo, tijeras
Paso 1:
Dobla la polera por la mitad y marca con alfileres. Luego, deja abierta (sin alfileres) la parte superior de lo que será tu nueva mochila.
Paso 2:
Corta el cordón en dos partes iguales de 1,5 metros y realiza nudos simples en las puntas. Luego, dobla la parte superior de la polera/mochila.
Paso 3:
Dispone la cuerda por el interior y engancha con alfileres en la base de la mochila. Luego, debes sujetar el cordón con alfileres en la parte alta de la mochila.
Paso 4:
Debes coser a máquina o con aguja punta de bola para reforzar lo que sujetamos con alfileres. Te recomendamos coser orilla y base con punto zig zag y pasar la máquina cuidadosamente sobre el cordón o cuerda. Además, cose parte superior de la mochila con puntada recta.
Luego da vuelta por el derecho y ¡listo! Ya tienes tu mochila.
Recuerda que una polera usada puede estar torcida o dañada (con manchas o agujeros), por lo que al doblarla es posible que no quede como un cuadrado o rectángulo proporcionado, está bien, quedará un poco asimétrica. Deja las mangas de tu polera, de esta forma no generas residuos con tu ropa.