Dura ofensiva contra represas en la Patagonia chilena

Ambientalistas chilenos están en dura ofensiva contra la construcción de represas para generación eléctrica en la Patagonia que requerirá la inundación de vastos territorios australes, con insertos en la prensa, campañas de difusión, documentales y la publicación de un libro.

Este jueves organizaciones ecologistas agrupadas en distintas redes lanzarán en Santiago el libro ‘Patagonia chilena sin represas’, que busca difundir su rechazo a la construcción de las grandes centrales hidroeléctricas.

Ilustrada con fotografías de los imponentes paisajes patagónicos, la publicación describe el valor ambiental de la zona y expone las amenazas ecológicas que significaría la construcción de las cinco represas planeadas por las generadoras Endesa Chile -filial de Endesa España- y la chilena Colbún.

Para los ambientalistas, esas obras sobre los ríos de la región de Aysén, a más de 2.000 km al sur de Santiago, transformarán la zona en la “despensa energética del centro y norte chilenos”. “Las represas proyectadas para el Baker y el Pascua impactarán el microclima de la región, alterando los ciclos del agua, con impactos imposibles de anticipar para la flora, la fauna y la población”, es el texto de una campaña contra las obras.

Realizadores vinculados a la Agrupación de Defensores del Espíritu de la Patagonia elaboraron el documental ‘Mega represas, mega impactos, mega verdades’, con testimonios de comunidades afectadas por otras grandes centrales hidroeléctricas en Chile y Argentina.

Carlos Garrido, responsable de prensa de esa entidad, dijo a la AFP que los habitantes de la zona también están preocupados por el impacto social de las megacentrales. “Lo que más nos preocupa son los impactos de carácter social, como la instalación de campamentos en comunidades pequeñas, (porque) aumentarán los costos, la inseguridad. Se crearía un boom en la zona y no estamos preparados para eso”, dijo. Según Garrido, las represas también destruirían el potencial turístico de la región y la actividad ganadera.

A través de la sociedad HidroAysén, Endesa Chile y Colbún planean cinco centrales hidroeléctricas que aportarán energía al Sistema Interconectado Central, principal red de generación y transmisión eléctrica de Chile. Las centrales requerirán también la construcción de tendidos eléctricos a lo largo de unos 2.300 kilómetros entre Aysén y Santiago, en el centro del país.

El proyecto original contemplaba la inundación de 9.000 hectáreas, pero la sociedad informó más tarde de que la superficie que quedará bajo el agua se redujo a 5.910 hectáreas. La reducción del área de embalse no fue suficiente para los ambientalistas, que proponen la construcción de pequeñas centrales que no requieran represar aguas.

La inversión sobrepasará los 4.000 millones de dólares y, a mediados del próximo año, debería ingresar al sistema de evaluación de impacto ambiental, un primer paso para la concreción del proyecto.

“Aysén desde hace muchos años tiene asociado el concepto de reserva de vida”, dijo Peter Hartman, un director del Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna. “Convertir a la región en la despensa energética no es coherente porque nada tienen de naturales las represas y las líneas de alta tensión”, añadió.

Chile, importador neto de hidrocarburos y enfrentado a la escasez de gas argentino, busca nuevas fuente de energía para satisfacer una demanda que crece a una tasa del 7% anual. Defensores de las centrales hidroeléctricas señalan que el país no puede desaprovechar los abundantes recursos hídricos que ofrece el lluvioso sur chileno.

Fuente: www.terram.cl

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