Proyecto hidroeléctrico de Colbún inundará valiosa zona arqueológica y relocalizará a 43 familias
Una decena de edificaciones arqueológicas pehuenches de hace 7 siglos están en riesgo. Colbún quiere construir en Huequecura una hidroeléctrica, lo que no sólo significa inundar la zona y estas kueles, sino trasladar a 43 familias, 9 de las cuales llegaron allí por otra represa: Pangue.
Tom Dillehay, el arqueólogo norteamericano mundialmente conocido por haber descubierto -junto a su equipo de la Universidad Austral- el asentamiento humano más antiguo de América, en Monte Verde, anda por estos días investigando los kueles, verdaderas pirámides mapuches descubiertas hasta ahora principalmente en la zona de Lumaco y Purén. Dillehay identificó allí docenas de estos túmulos de uso funerario que superan en algunos casos los 40 metros de altura y que serían una minimalización de los volcanes cordilleranos.
A principios de marzo, Dillehay visitó los que serían los primeros kueles de gran tamaño al norte del Biobío: uno en Coyanco cerca de Los Ãngeles, en el sector llamado precisamente Kuel, y otro en la zona de Los Notros, de Santa Bárbara hacia la cordillera, justo donde el río Huequecura se junta con el Biobío.
Es allí precisamente donde la empresa Colbún tiene intenciones de construir una represa hidroeléctrica llamada Angostura, de 305 MW, que implicaría inundar la zona adyacente al kuel, donde habrían importantes restos arqueológicos y una antigua cancha de nguillatún. No es todo. Allí también vive un grupo de familias pehuenches, cuyas tierras debieran estar protegidas por ley.
Sin embargo, están siendo abordados regularmente, desde hace casi un año, para decirles que tendrán que relocalizarse sí o sí por la construcción de una represa. Se trata de 43 familias, entre ellas nueve que llegaron a la zona tras ser sacadas de sus tierras -a mediados de los ’90- por la construcción de otra central: Pangue.
“Están diciendo que nos van a sacar de nuevo. No sabemos como va a ser. Según ellos se va a hacer la represa y que ya está aprobada” cuenta Juana Méndez Curriao, miembro de una de las familias pehuenches que fueron trasladadas prácticamente sin compensación y cuando recién tomaba fuerza la campaña del Biobío, que después convulsionó al país por la relocalización de cientos de pehuenches para construir el embalse de Ralco.
Pese a que en ese entonces el Estado se comprometió ante la OEA a no realizar más proyectos en la zona, la realidad dice otra cosa. Endesa, empresa dueña de Pangue y Ralco no lo ha hecho. Pero sí lo está haciendo Colbún, su flamante socio en el controvertido proyecto Hydroaysén en la Patagonia.
¿KUEL PEHUENCHE?
En el sector de la confluencia del Biobío con el Huequecura, muchos saben del valor religiosos e histórico del cerrito puntudo que mira en todas direcciones.
En ese sitio habrían sepultados un importante número de habitantes. La historia oral cuenta que los cerritos que se ven arriba de la loma se habrían hecho a mano y que fue rellenado por muchas manos pehuenches con significados políticos y funerarios y construidos alrededor de los siglos XIII y XIV, poco antes de la llegada de los españoles.
José Purrán, que habitan allí hace años, recuerda incluso haber participado en nguillatunes en la cancha ubicada en una planicie del sector. Un dato que le entregó al arqueólogo norteamericano en su reciente visita, donde observó desde abajo el montículo puntiagudo que hoy se conoce como El Calvario y reconoció en la planicie inferior -que sería inundada si se implementara la central- una parte vital del complejo del kuel: “Me imagino que toda esta terraza, la planicie, tiene sitios domésticos que están asociados con el cerro sagrado. Ese es el patrón que hemos encontrado en muchos lugares”, dijo el arqueólogo para quien, “es muy importante conservar los kueles, porque son parte del patrimonio del Estado, de la etnicidad mapuche. Puede cambiar la identidad histórica cultural de los mapuche”, agregó.
Lo mismo piensa Osvaldo Cáceres, del consejo consultivo del Consejo Nacional de la Cultura. “Hay que salvar al Huequecura de la inundación”, agregando que la zona es “un lugar de encuentro ceremonial, de límite entre mapuches y pehuenches, tierra donde renacerán las identidades de estas culturas que dan riqueza a nuestro diversificado y heterogéneo país”.
PUEBLO SE OPONE
La oposición en Santa Bárbara se debe en gran parte a que el río Huequecura es la zona de mayor desarrollo turístico. En este afluente del Biobío que lleva al sector interior de Lo Nieves y Quillaileo se ubican magníficos pozones que en el verano se usan para bañarse. En la confluencia existe además un hermoso cañón que cruza el Punte Piulo, y que tiene sentido histórico para las víctimas del ’73 que allí fueron eliminadas. Al lado del imponente cañón hay un antiguo puente colgante ferroviario, O sea, la zona toda, tiene claramente un gran potencial turístico que recién se comienza a desarrollar y que se esboza como parte del plan estratégico de la comuna.
Podría verse fuertemente alterado, así como los planes de investigaciones arqueológicas del kuel y su alrededores, si se llegase a aprobar y se terminara implementando la represa Angostura.
La Evaluación de Impacto Ambiental estaría a punto de ser presentada a la Corema de Concepción. La empresa sigue avanzando a full, apostando a que su proyecto se haga. La táctica imitará la que tuvo Endesa en el Alto Biobío a mediados de los ‘90: trasladar gente antes de obtener los permisos necesarios, con el fin de debilitar el rechazo a la iniciativa. De hecho, el 24 de marzo de este año estuvieron en la notaría de Selim Parra, Bernardo Larraín Matte, ingeniero comercial y Emilio Pellegrini, ingeniero civil, ambos en representación de Colbún S.A. con el fin de adquirir en 55.300.000 pesos un predio de 12,04 hectáreas con algunos derechos de agua por los que se pagaron 2.300.000 pesos.
La parcela Resto del Lote B Dos A “Rucapequén” era de Nelson Herminio Labrín y queda en el sector de La Paz, a cerca de un kilómetro de donde se piensa en levantar un muro. Podría perfectamente ser destinada para los relocalizados, quienes ya están siendo llevados a ver terrenos.
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