Llevo reciclando y buscando alternativas, muchos año, podríamos decir, diez años desde que me di cuenta del gran daño que estábamos haciendo con la utilización y eliminación indiscriminada de plástico (todos los plásticos, no tan solo las bolsas plásticas). Pasé por muchas etapas, tuve que sobreponerme a muchas críticas y burlas.
Mi trayecto no era fácil: Juntaba el reciclaje, visitaba los pocos lugares donde reciclaban, cargaba las bolsas en la micro o caminaba varias cuadras, usaba mi bolsa en las tiendas y llamaban al encargado para autorizar mi salida.
Hoy todo es más fácil, existen más alternativas, información y espacios de reciclaje en las comunas, la mayoría cuenta con movilización y las alternativas han aumentado en las comunas del gran Santiago (poco a poco en aumento en las regiones).
Me da mucha pena cuando las personas visitan los puntos de reciclaje y tiran sus residuos sucios, no se preocupan de separarlos y no se dan cuenta que son personas las que deben hacer el trabajo sucio o la separación de los productos. Siento rabia cuando las personas quieren que saquen sus residuos domiciliarios gratis y sin hacer ningún esfuerzo.
Si tomáramos conciencia podríamos evitar el consumo de muchos productos que usan en exceso plásticos, fomentar el consumo responsable y de ésta forma obligar a las empresas que se preocupen de la disposición final de sus residuos.
Espero que con estos cambios climáticos comencemos a darnos cuenta del gran daño que hemos causado, que nuestra sensibilidad se acreciente y podamos cambiar nuestros hábitos de consumo y desecho.
¡Cuidemos nuestra ciudad, parques, montañas, ríos, lagos, campo, etc., no hay tiempo!
Fuente: Eco&Style
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