La contaminación por plásticos suele pasar desapercibida antes nuestros ojos. Sin embargo, nos afecta de manera tan cotidiana, y de tantas formas, que nunca deja de ser noticia.
En esta oportunidad, desde Greenpeace Reino Unido detallan cuáles son los alimentos y bebidas de consumo habitual se detectó más concentración de estos diminutos fragmentos (los microplásticos miden menos de 5 mm de diámetro).
La sal suele ser empaquetada con plástico. De acuerdo a un estudio realizado en 2023, la sal rosada del Himalaya contiene más microplásticos que la sal de mesa común e incluso de otros tipos.
Aunque muchos pensamos que están hechos de papel, lo cierto es que la mayoría de los pequeños sacos de té están hechos de plástico.
En este sentido, estudios científicos hechos en Canadá reportaron que una sola infusión hecha con saco de té libera millones de partículas de microplástico en el agua, que luego tomamos sin siquiera pensar en el tipo de consecuencias que genera.
La Universidad de Queensland informó que cada 100 gramos de arroz podemos ingerir entre 3 a 4 miligramos de microplásticos. La ingesta de estas pequeñas partículas contaminantes aumentan a 13 miligramos cada 100 gramos si se trata de arroz instantáneo.
El nivel de basura plástica que inunda los océanos del mundo es un hecho ya comentado (y comprobado) por doquier. Por eso, no debe llamarnos la atención que los peces y mariscos que comemos contengan en sus cuerpos pequeños fragmentos de este material que terminan en nuestros sistemas digestivos.
Se encontraron microplásticos en la mayoría de las marcas de agua embotellada. En las más contaminadas, se detectaron miles de partículas por litro.
Para más detalle, debemos decir que incluso algunos estudios científicos han encontrado que el agua embotellada contiene niveles significativamente más altos de microplásticos en comparación con el agua del grifo.
Los microplásticos terminan dentro de nuestro cuerpo, sea porque están en la misma comida que ingerimos o porque se transfieren a ella desde los recipientes que utilizamos para transportarla.
Investigaciones recientes los encontraron en el cerebro y también se los encontró en la sangre, pulmones, hígado y hasta en la placenta y leche materna.
Sería irresponsable pensar que esto no tiene incidencia en el buen funcionamiento de nuestro organismo. En especial cuando sabemos que 1 de cada 4 plásticos químicos son consideradas peligrosas por su capacidad de generar riesgos potenciales para la salud, como la disrupción de las hormonas y la predisposición al cáncer.
Siempre hay soluciones que se pueden poner en práctica para maximizar el cuidado de nuestra salud. Por ejemplo:
Por último, debemos recordar que en 2025 tenemos una nueva y única oportunidad de reducir la producción de plástico si logramos que se llegue a un Acuerdo Global. Seguiremos luchando para que se haga realidad
Desde tu hogar, desde la calle, en grupo, en la escuela, en la universidad, con Internet, puedes ser parte activa de nuestros reclamos y acciones.
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Author: Meri Castro
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