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Campeones del aire limpio: El poder de la gente en la lucha contra la contaminación atmosférica

Escrito por Tan Lee Kuen, coordinador de comunicaciones de Greenpeace Asia Oriental.

La contaminación atmosférica es la mayor amenaza mundial para la salud humana, según el último informe del Índice de Calidad del Aire en la Vida (AQLI).

Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) revisó sus directrices sobre contaminación atmosférica en 2021 para reflejar los daños que la contaminación atmosférica puede causar en la salud humana, constató que un asombroso 99% de la población mundial respiraba aire insalubre. En algunas ciudades y países, el nivel de contaminación atmosférica oscila constantemente entre malo y peligroso.

Sin embargo, no existe un nivel seguro de exposición a la contaminación atmosférica, ya que el aire sucio puede provocar una amplia gama de enfermedades, como enfermedades pulmonares, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer.

Sin embargo, a pesar de las advertencias y de los riesgos para la salud de millones de personas, los gobiernos y las empresas que alimentan la crisis de la contaminación atmosférica no hacen lo suficiente para atajarla. Esto ha dado lugar a un creciente movimiento popular mundial que defiende el aire limpio y exige soluciones locales como el control de la calidad del aire, el desarrollo de un transporte público sostenible y la ecologización de nuestro sector energético.

Conozcamos y celebremos a algunos campeones y campeonas del aire limpio que se están levantando y luchando contra la contaminación atmosférica, al tiempo que inspiran y empoderan a otros en sus comunidades.

Tailandia – Participación de los conocimientos indígenas en la lucha contra la contaminación atmosférica

Prue Odochao, agricultor y dirigente de Ban Samoeng Tai, en el distrito de Samoeng, provincia de Chiang Mai. © Roengchai Kongmuang / Greenpeace

Tailandia sufre el impacto de la contaminación atmosférica, y su región septentrional experimenta anualmente una neblina de nivel peligroso. Las principales fuentes de contaminación son las quemas agrícolas estacionales para alimentar a los animales y limpiar la tierra, con nubes de humo y contaminantes atmosféricos que se extienden por todo el país y contribuyen a la contaminación industrial y de los vehículos de motor existente en las ciudades. La situación ha empeorado especialmente este año, con Chiangmai, ciudad del norte del país, clasificada como la más contaminada del mundo por la empresa suiza de calidad del aire IQAir.

Prue Odochao pertenece al grupo indígena pgakenyaw y vive en el distrito de Samoeng, en Chiangmai. Como agricultor, depende de los bosques, los ríos y la naturaleza para subsistir y alimentarse a diario. Lidera la lucha de su comunidad por proteger sus derechos y su modo de vida.

Explica que los distintos pueblos indígenas de la zona tienen tradiciones culturales relacionadas con prácticas de quema controlada que se han transmitido de generación en generación, pero el problema de la neblina tóxica en el norte de Tailandia no surgió hasta las dos últimas décadas, coincidiendo con la expansión de la agricultura del maíz para el ganado en la zona.

“La capacitación de la sociedad civil que respeta la diversidad de modos de vida y culturas, incluido el reconocimiento de los derechos humanos de los grupos étnicos indígenas, es tan importante como salvaguardar el medio ambiente y la salud. Este empoderamiento es crucial para abordar los problemas de contaminación atmosférica”, afirmó Prue, cuya esperanza es que la sabiduría y los conocimientos de los pueblos indígenas se tengan en cuenta a la hora de abordar la contaminación atmosférica.

Tailandia – Defender el derecho de la población a saber

Penchom Saetang© Greenpeace

Penchom Saetang es la Directora Ejecutiva Fundadora de Ecological Alert and Recovery-Thailand (EARTH), una organización sin ánimo de lucro centrada en la contaminación industrial. Desde 2001 aboga por la ley del Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) para reducir la contaminación de las industrias. El objetivo del PRTR es informar al público sobre los contaminantes industriales que se liberan y que pueden afectar a su salud.

Su activismo comenzó en 1998. La comunidad de la zona de Map Ta Phut, en Rayong, provincia del este de Tailandia, estaba preocupada por el humo y los olores procedentes de una central de carbón cercana. Junto con Greenpeace Tailandia y Global Community Monitor, Penchom había recogido y enviado muestras de aire a un laboratorio de Estados Unidos. El laboratorio detectó 30 compuestos diferentes, entre ellos benceno, cloroformo y formaldehído, algunos de los cuales eran significativamente elevados. Esto dio lugar a un informe titulado “What’s in the Air” (Qué hay en el aire) y avivó la pasión de Penchom por el derecho de la comunidad a saber qué hay en el aire al que está expuesta.

“Se trata de crear un entorno de colaboración en el que las observaciones y las voces de la comunidad no sólo se escuchen, sino que se valoren, lo que conduce a una toma de decisiones más informada y a resultados positivos para todos. La pregunta más importante es cómo nos aseguramos de que se escuchan las voces de las comunidades”, dijo Penchom.

Indonesia – Demandar por un aire limpio

Elisa© Tria Hardiyanti/Greenpeace

Yakarta, capital de Indonesia y hogar de más de 10,5 millones de habitantes, es una de las ciudades más contaminadas del mundo, según la empresa suiza de tecnología de calidad del aire IQAIR. Las principales fuentes de contaminación atmosférica de la ciudad son las emisiones del transporte, las instalaciones industriales y las centrales eléctricas de carbón de las provincias vecinas y las ciudades satélite.

En 2019, un grupo de 32 residentes de Yakarta, entre ellos Elisa, presentaron una demanda contra el presidente indonesio, Joko Widodo, y otros miembros del gobierno por inacción ante la contaminación atmosférica y negligencia ante los riesgos para la salud. Exigían que el gobierno local de Yakarta y otras regiones circundantes tomaran medidas serias para controlar la contaminación atmosférica.

En 2021, el tribunal dictaminó que los demandados habían desatendido el derecho de los ciudadanos a un aire limpio y ordenó la instalación de estaciones de control y otras medidas para mejorar la calidad del aire de la capital, pero aún no se han tomado medidas significativas. De hecho, Jokowi y sus ministerios presentaron un recurso en 2022, que fue denegado y la decisión se mantuvo.

Activista del desarrollo urbano, la preocupación de Elisa por la contaminación atmosférica comenzó cuando estaba embarazada en 2011 y se amplificó después de que le diagnosticaran cáncer en 2022. Sorprendida por los escasos antecedentes de cáncer en su familia, empezó a investigar la relación causal entre la contaminación atmosférica y el cáncer de mama.

Está haciendo cambios en su estilo de vida como individuo para combatir la contaminación atmosférica, pero cree que el papel del gobierno es el más importante a la hora de aplicar medidas de control de la contaminación.

“Me preocupan mis hijos. ¿Quién querría que sus hijos vivieran en estas condiciones? Quiero que tengan una vida mejor y un aire mejor que este”, afirma Elisa.

Sudáfrica – Aumentar la resistencia al cambio climático desde la base

Thabo Sibeko© Thabo’s archive

La dependencia sudafricana del carbón para generar su electricidad ha provocado un asfixiante problema de contaminación atmosférica en el país, sobre todo en una franja industrializada de Highveld, una meseta en el centro de Sudáfrica. Un informe de Greenpeace de 2019 situaba a la región entre las más altas del mundo en emisiones de dos contaminantes peligrosos, el dióxido de azufre y el dióxido de nitrógeno. La mala calidad del aire ha tenido un enorme impacto en la salud de los millones de personas que viven en la zona.

Thabo Sibeko es Oficial Superior de Programas de Earthlife Africa. Es defensor del medio ambiente desde que movilizó a los jóvenes de su municipio en Gauteng para que utilizaran el reciclaje creativo como respuesta a la mala gestión de los residuos. Ahora le apasiona aumentar la resiliencia al cambio climático desde la base, garantizando que las comunidades locales estén bien informadas para que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa en respuesta a la contaminación atmosférica y la crisis climática, y en la mesa de debate.

“Nuestro papel como catalizador en la sociedad es establecer el acceso a la información y allanarse el camino para que participen y deliberen en un diálogo que propicie el desarrollo de sus comunidades sin destruir el medio ambiente”, afirma Thabo.

Malasia – Acabar con la bruma transfronteriza

Dr Helena Varkkey©Helena’s archive

La neblina se ha convertido en un problema habitual en Malasia, impulsada por la destrucción de las turberas y las prácticas agrícolas de tala y quema, tanto a nivel nacional como transfronterizo. En 2015, Malasia sufrió una grave contaminación por bruma, considerada una de las peores de la historia, que provocó el cierre de escuelas y afectó a la salud de muchas personas.

Helena Varkkey es profesora e investigadora sobre política y gobernanza medioambientales. Su interés por la bruma transfronteriza es tanto personal como profesional. Durante la bruma de 2015, su hijo tuvo que ser hospitalizado por problemas respiratorios. Su principal campo de investigación es la bruma transfronteriza y es vicepresidenta de CERAH, una organización de la sociedad civil que lucha contra la contaminación por bruma en Malasia.

En diciembre de 2021, Greenpeace Malasia presentó, junto con CERAH, una demanda histórica para el reconocimiento de los derechos humanos básicos a un aire limpio y libre de bruma. El resultado fue una mesa redonda sobre el tema en la Comisión de Derechos Humanos de Malasia.

“Tenemos que conseguir que un número suficiente de personas se den cuenta de que se están vulnerando sus derechos a un aire limpio, se preocupen por ello y se quejen. Es difícil, porque el aire limpio es sólo una cuestión que compite con muchas otras cuestiones medioambientales y sociales. Pero qué puede haber más importante que el aire que respiramos, ¿verdad?”.

República Democrática del Congo – Informar a la comunidad sobre la importancia del aire limpio

Philemon Nzanzu Mulimirwa©Philemon’s archive

La República Democrática del Congo (RDC) se encuentra entre los tres países más contaminados de África Occidental y Central. Debido a la mala calidad del aire, las comunidades han sufrido problemas de salud; por desgracia, las mujeres, los niños y los ancianos son los más afectados. La contaminación atmosférica también ha afectado a la calidad del suelo y de los recursos hídricos.

Philemon Nzanzu Mulimirwa, un activo activista juvenil que lucha por el clima en la RDC, ha trabajado en la movilización y concienciación de su comunidad sobre la importancia del aire limpio. Es el vicepresidente de los jóvenes de su distrito, y trabaja junto a otras ONG para presionar a los responsables políticos a fin de que tomen medidas adecuadas para luchar contra la contaminación atmosférica.

La participación civil en la defensa del clima es muy importante porque la contaminación atmosférica no tiene fronteras, afecta a todos sin distinción. Por eso siempre estamos llamados a trabajar juntos”, afirmó Filemón.

Como nos muestran estos héroes comunitarios, parte de la solución a la contaminación atmosférica somos nosotros, actuando juntos por un aire limpio.

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Author: Lau Colombo

Celebramos el cierre de la Fundición Ventanas, una de las principales fuentes de contaminación de nuestra historia

Termoelctrica en la playa de Ventanas, en la comuna de Puchuncaví, región de Valparaiso, Chile.

Después de 58 años de funcionamiento desde Greenpeace celebramos el cierre de la Fundición Codelco Ventanas, en la zona industrial de Quintero y Puchuncaví, a unos 140 km al oeste de Santiago. La industria fue una de las principales fuentes de contaminación de nuestra historia, un monumento a la vulneración de derechos por tantas décadas que hizo tristemente famosa a Quintero – Puchuncaví como “zona de sacrificio”.

Matías Asun, Director Nacional de Chile declaró “Esto es solo un paso. En los últimos días hemos visto a cientos de personas necesitar asistencia médica por problemas de salud y problemas respiratorios. Esto da cuenta del impacto que están teniendo tanto las centrales termoeléctricas, como también otras fuentes de contaminación en este territorio”.

“El Sacrificio, fue el campeonato más peligroso de surf”, realizado en la zona industrial de Quintero Puchuncaví. El torneo se desarrolló en medio de grandes tuberías incrustadas en el mar, restos de carbón, químicos de las empresas y gases tóxicos volátiles.

En la década de 1960 comienza a levantarse el complejo industrial en las comunas de Quintero y Puchuncaví. Esto condujo a  la presencia de 19 empresas operando en la zona industrial, 14 localizadas en la comuna de Puchuncaví y cinco en la comuna de Quintero.

En los últimos años, Quintero Puchuncaví, arrojó un registro de impactos sobre el medioambiente entre los que cuentan: 

  • Intoxicación de alumnos y profesores en La Greda (2011), -derrame de 38.700 litros de petróleo en la bahía de Quintero (2014)
  • Varamientos múltiples y sucesivos de carbón, peaks de contaminante altamente tóxico, con los suelos sobre pasados hasta en 100 veces contaminantes como el arsénico. 
  • 600 personas sufrieron vómitos de sangre, dolores de cabeza, mareos y parálisis de las extremidades. Además de que extrañas ronchas aparecieron en la piel de niños y niñas (20218)
  • Centenar de personas, en su mayoría escolares, se vieron afectadas por problemas de contaminación del aire (2022)
  • Más de cien estudiantes intoxicados con la mala calidad del aire, causada por el polo industrial de la zona conocido como el “Chernóbil chileno”. En medio de la jornada, alumnos y alumnas comenzaron a mostrar los síntomas de la intoxicación: dolor de cabeza, mareos y problemas estomacales. De inmediato fueron derivados a hospitales cercanos, donde fueron atendidos. La situación derivó en la suspensión de las clases en los 6 establecimientos afectados.  (2023)

En septiembre del 2018 se decretó por primera vez emergencia ambiental por razones de contaminación en la zona de Quintero y Puchuncaví. En esta crisis sanitaria, niños, ancianos y embarazadas fueron los más afectados siendo hospitalizados por presentar diversas molestias cuyos diagnósticos fueron omitidos.

Siete reconocidos surfistas nacionales participaron de “El Sacrificio, el campeonato más peligroso de surf”, realizado en la zona industrial de Quintero Puchuncaví.

Entre el año 2009 y 2020, la zona de Quintero Puchuncaví registró 832 varamientos de carbón en la playa, reflejando el impacto que tuvieron las termoeléctricas en la zona, propiedad de la norteamericana con filial en Chile AES Andes. 

El alto precio de estas actividades contaminantes lo pagan la población y el ambiente, con su propia salud. Así queda claro que, a apenas 110 km de la capital, respirar aire limpio es un derecho humano vulnerado (aún más que en otras regiones del país). 

Si bien el actual gobierno del presidente Gabriel Boric decidió cerrar la planta Fundición Ventanas, señalada como una de las principales responsables del último foco de contaminación, el problema es de fondo y subsiste a través de los años.

La dependencia de nuestra sociedad a los combustibles fósiles (el carbón entre los principales) nos ha traído una crisis climática de la que ya vivimos sus consecuencias.

Desde Greenpeace seguimos diciendo #NoMásZonasDeSacrificio y exigimos que se diga #ChaoCarbón

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Author: Editor

El “Chernóbil chileno” volvió a intoxicar a un centenar de estudiantes

En la ciudad de Quintero -en Valparaíso, muy cerca de la capital de nuestro país-  respirar es una actividad de riesgo. Tanto es así que el martes pasado más de cien estudiantes se intoxicaron con la mala calidad del aire, causada por el polo industrial de la zona conocido como el “Chernóbil chileno”.

Termoelctrica en la playa de Ventanas, en la comuna de Puchuncaví, región de Valparaiso, Chile.

En medio de la jornada, alumnos y alumnas comenzaron a mostrar los síntomas de la intoxicación: dolor de cabeza, mareos y problemas estomacales. De inmediato fueron derivados a hospitales cercanos, donde fueron atendidos. La situación derivó en la suspensión de las clases en los 6 establecimientos afectados.  

Intoxicados por respirar

Esto no es algo nuevo. Apenas un año atrás, en junio de 2022, hubo un incidente similar en el que otro centenar de personas, en su mayoría escolares, se vieron afectadas por el mismo problema.

Sin embargo, el peor de los episodios fue en 2018 cuando el número de afectados por la contaminación del aire generada por las industrias fósiles fue 6 veces mayor. Aquella vez, 600 personas sufrieron vómitos de sangre, dolores de cabeza, mareos y parálisis de las extremidades. Además de que extrañas ronchas aparecieron en la piel de niños y niñas.

Ante ese hecho tan grave, desde Greenpeace comenzamos a nombrar a la zona como “el Chernóbil chileno”.

65 años siendo zona de sacrificio 

En 1958 el gobierno decidió instalar en Quintero -ubicada sobre la costa central- y en la comuna de Puchuncaví un polo industrial con termoeléctricas a carbón y refinerías de crudo y cobre. Desde entonces, esta es considerada zona de sacrificio. 

El alto precio de estas actividades contaminantes lo pagan la población y el ambiente, con su propia salud. Así queda claro que, a apenas 110 km de la capital, respirar aire limpio es un derecho humano vulnerado (aún más que en otras regiones del país). 

Siete reconocidos surfistas nacionales participaron de “El Sacrificio, el campeonato más peligroso de surf”, realizado en la zona industrial de Quintero Puchuncaví. El torneo se desarrolló en medio de grandes tuberías incrustadas en el mar, restos de carbón, químicos de las empresas y gases tóxicos volátiles.

Si bien el actual gobierno del presidente Gabriel Boric decidió cerrar la planta Fundición Ventanas, señalada como una de las principales responsables del último foco de contaminación , el problema es de fondo y subsiste a través de los años.

La dependencia de nuestra sociedad a los combustibles fósiles (el carbón entre los principales) nos ha traído una crisis climática de la que ya vivimos sus consecuencias.

Desde Greenpeace seguimos pidiendo #NoMásZonasDeSacrificio y pedimmos que se diga #ChaoCarbón

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Author: Meri Castro

Científicos alertan sobre una “bomba climática” que avanza si no se frenan urgente las emisiones

La comunidad científica que más sabe sobre cambio climático (el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU -IPCC-) hizo pública su última evaluación sobre la emergencia climática. Esto es lo que tienes que saber:

Estamos en una situación crítica (y va a empeorar)

Las consecuencias del cambio climático provocado por la humanidad ya se están viviendo en el presente. Eso significa que se están haciendo sentir incluso antes de lo que muchos pronósticos alertaban. 

A su vez, sus efectos se registran en todo el planeta por igual. Por ejemplo, la mitad de todas las especies ya están moviéndose de sus territorios habituales debido al cambio climático.

Como explica Carolina Vera, Vicepresidenta del IPCC, profesora e investigadora, “La influencia humana sobre el clima ha causado impactos peligrosos en la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo, y esos impactos se continuarán intensificando”.

Está comprobado que los extremos climáticos como olas de calor, lluvias torrenciales, sequías y ciclones tropicales están aumentando, y también su atribución a la influencia humana.

¿Qué esperar a futuro? Con la trayectoria actual, todo indica que el mundo superará el límite clave de calentamiento global de 1,5 grados centígrados en aproximadamente una década. 

A pesar de todo, ¡hay esperanza!

Hay esperanza porque tenemos una oportunidad -que quizás sea la última-  de prevenir los peores daños futuros del cambio climático y porque, además, sabemos cómo hacerlo. Sin embargo, no podemos demorarnos más en ponernos en acción: el tiempo no para y el margen de acción se achica minuto a minuto. Eso significa que los cambios deben darse YA, en todos los sectores y en todas las escalas. 

“Hay múltiples opciones factibles, efectivas y disponibles ahora, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al clima cambiante. Las políticas y leyes aplicadas en diversos países ya están reduciendo las emisiones”, resume Vera desde su cuenta de Twitter.

¿Qué hacer? Reducir las emisiones cuanto antes

Para mantenernos por debajo del límite de calentamiento establecido en París (1,5 grados centígrados) se debe reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2035. Así lo determinó el panel científico de la ONU tras una ardua deliberación.

Para lograr esta meta debemos abandonar rápidamente los combustibles fósiles. A su vez, es necesario que se entienda que la infraestructura fósil que tenemos ya es demasiada, así que no se puede empezar a construir nueva adicional.

En este sentido António Guterres, secretario general de la ONU, no tuvo pelos en la lengua para pedir el fin de la exploración de nuevos combustibles fósiles y que los países ricos abandonen el carbón, el petróleo y el gas para 2040

Es urgente implementar “reducciones grandes, rápidas y sostenidas de emisiones”, dice Carolina Vera. Por eso, utilizar esta ventana de oportunidad para reducir emisiones y evitar la llegada del peor escenario posible es imperativo. 

Con la conciencia de que cada poco más de calentamiento empeora las cosas, debemos hacer todo lo posible para limitar el calentamiento a 1,5 °C porque esto es lo que mantendría al mundo más adaptable. Si superamos esta marca, la situación general empeorará mucho y será más difícil adaptarse.

¿Qué no hacer? 

Seguir con las políticas actuales no puede ser una opción. Si no cambiamos el juego ahora, el descenso en las emisiones de GEI  (Gases de Efecto Invernadero) no sucederá antes de 2030 (cuando necesitamos reducirlas a la mitad para esa fecha.)

No debemos quedarnos sentados ni de brazos cruzados cuando sabemos que la extinción de los arrecifes de coral, los veranos sin hielo marino en el Ártico y un clima extremo aún más desagradable nos esperan a la vuelta de la esquina. 

Las personas tenemos derechos. Los gobiernos tienen deberes. Las empresas tienen obligaciones. Hagamos que rindan cuentas y forcemos el cambio que necesitamos para evitar más daños.

Alcemos la voz por ellos: las personas menos responsables por la crisis climática son las más afectadas

El Informe del IPCC remarca un dato clave: muchos países y comunidades están sufriendo una devastación de la que no son responsables. Es decir, las naciones ricas contaminan más acelerando más el cambio climático, sin embargo son las naciones más pobres las sufren más los impactos. 

Para ilustrar esta situación basta un ejemplo: entre 2010 y 2020, la mortalidad por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en las regiones altamente vulnerables, en comparación con las regiones de muy baja vulnerabilidad.

En conclusión, los países ricos tienen una responsabilidad que asumir frente a los más vulnerables, a esto se llama justicia climática y en hacerla valer en acciones concretas se juega un mundo más equitativo.

Por último, resaltamos la importancia de este informe que también servirá de guía para la cumbre mundial del clima (COP28) que tendrá lugar este año en Emiratos Árabes, en el que los países evaluarán lo realizado. En virtud del Acuerdo de París de 2015, las naciones también deben actualizar sus compromisos climáticos para 2025.

Y ya para cerrar, desde Greenpeace sabemos que hemos entrado en una década crítica. Tenemos que reducir las emisiones mucho más rápido, proteger y restaurar la naturaleza y, al mismo tiempo, prepararnos para el calentamiento que ya no podemos evitar.

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Author: Meri Castro

Por qué transformar el transporte en la ciudades es clave para combatir el cambio climático

Cada 28 de enero es el Día Mundial por la Reducción de la emisión de CO2 (dióxido de carbono), una fecha creada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para hablar sobre el calentamiento global y las consecuencias que esta problemática trae para la humanidad.

Considerando que en promedio la mitad de las ciudades está ocupada por automóviles y que éste es uno de los consumos urbanos que puede acabar con los sistemas que nos dan vida en el planeta, es importante profundizar un poco más sobre este tema. 

Ciudades, vehículos y dióxido de carbono

Amamos a nuestras ciudades. Tienen todo lo que necesitamos, son lindas, cambiantes y tienen mucho para entretenernos y divertirnos. Sin embargo, tienen una contra: a pesar que las urbes ocupan sólo 2% de la tierra, emiten el 70% de los gases contaminantes

La forma en que nos movemos es la gran responsable de que vivamos en ollas de generación de emisiones de gases de efecto invernadero. De éstas, ? son generadas por el transporte urbano.

Esto ocurre porque los coches, buses, trenes, etc., para funcionar queman combustible generando dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases causantes del cambio climático. 

A esto hay que sumarle que, como comprobó una investigación de Greenpeace, los atascos generan más quema de combustible. ¿Imaginan cuánto se agrava el problema en ciudades como Bogotá que, en 2020, quedó tercera entre 416 urbes con más congestión vehicular?  

Con este dato no queremos hablar mal de las ciudades, ¡para nada! Por el contrario, buscamos entender cómo podemos mejorarlas porque en convertirlas en sustentables está la clave de frenar parte de la causa del cambio climático, de mejorar la calidad del aire que respiramos y contribuir a la salud de todos los seres y del planeta.

Escucha más sobre el tema en nuestro Podcast Sonido Ambiente Episodio 3: Hora de Bajar un cambio:

Dióxido de carbono y cambio climático, ¿cómo se relacionan? 

Como no siempre es claro de qué se habla cuando se dice “efecto invernadero”, ¿lo repasamos juntos? 

Cuando los gases llegan a la atmósfera, incluido el CO2, retienen parte del calor que el sol nos envía, al igual que en un invernadero. Sin ellos, nuestro planeta sería un bloque de hielo. Ahora bien, cuando la cantidad de estos gases aumenta y se altera el equilibrio, el clima cambia y se comporta de manera distinta.

Los combustibles fósiles son los grandes responsables de las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas que acentúa el denominado “efecto invernadero”. Por mucho tiempo se creyó que el uso de petróleo, gas y carbón tendría un límite: las reservas existentes. Hoy podemos comprobar que la crisis climática antecede el anunciado agotamiento de las reservas. Esta crisis pone un límite claro y urgente al uso de esos combustibles.

En definitiva, el hombre está modificando el clima del planeta. La crisis climática es una realidad y es evidente la relación directa que hay entre nuestros hábitos cotidianos, nuestro estilo de vida y las emisiones que se generan a la atmósfera.

Es por esto que movernos en bicicleta o caminando para distancias cortas; evitar viajes en coche en los que solo va una persona y exigir que el transporte público sea accesible y utilice energías más limpias es una gran manera de cuidar nuestro hogar: el planeta Tierra. 

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Author: Meri Castro

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