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Tiburones, sobrevivieron a los dinosaurios pero ahora están en peligro

Estas especies tan importantes para la salud de los océanos merecían tener su fecha especial. Por eso, cada 14 de julio es el Día Internacional de la Conciencia por los Tiburones para que conozcamos más sobre estos peces maravillosos y entendamos por qué están en peligro. 

Tiburones ballena en el Parque Nacional de la Bahía de Cenderawasih, Indonesia.

Los tiburones están en este planeta desde antes que los dinosaurios pues habitan los océanos desde hace 450 millones de años. En este periodo han evolucionado en 500 especies diferentes y contando. 

Es probable que, en este mismo momento, algún científico que esté buceando en aguas profundas del Océano Atlántico encuentre una nueva especie de tiburón que aún no ha sido descrita por la ciencia.

Un elegante tiburón leopardo navega por las llanuras de arena de Coral Bay en busca de un lugar de descanso adecuado para pasar la tarde: Ningaloo Reef, Australia Occidental.
Un tiburón martillo liso juvenil visto en las Galápagos, Ecuador.
Un tiburón sedoso y otros animales marinos agrupados en el Océano Pacífico central.

A su vez, cada especie tiene formas, colores y tamaños únicos. Los hay con aletas que brillan en la oscuridad, algunos son tan pequeños que caben en tu bolsillo, hay otros con manchas y tantas otras particularidades más. En definitiva, son animales realmente asombrosos. 

Tiburón Azul cerca de los Azores. © Robert Marc Lehmann / Greenpeace
Tiburón Oceánico de puntas blancas en Mar Rojo. © Axel Heimken / Greenpeace

Además, tienen un rol central porque están en la cima de la cadena alimenticia. Al ser los mayores depredadores del sistema, ayudan a regular a las poblaciones de otros peces y diversas especies acuáticas, lo que mantiene el equilibrio natural. 

Sin embargo, las poblaciones de tiburones están disminuyendo de manera muy rápida y se han convertido en el grupo más vulnerable de entre todos los vertebrados estudiados hasta la fecha. Se matan 100 millones de tiburones cada año

Un tiburón es capturado como captura incidental por la tripulación a bordo de un barco con bandera iraní que pesca atún en el norte del Océano Índico.

Entre las causas de esta matanza, está la sobrepesca -tanto porque se capturan de forma directa o accidental-, la pesca indiscriminada, la pérdida de sus hábitats y otras amenazas globales, como el cambio climático.  

Un tiburón muerto atrapado en redes de enmalle pertenecientes a un barco de bandera iraní, destinado a la pesca del atún.

Por caso, en 2022 Greenpeace España presentó un informe que reveló que las flotas pesqueras de la Unión Europea de España y Portugal pescan en zonas de cría de tiburones en el Atlántico Norte utilizando palangre. Es decir, en un día cualquiera colocan 1.200 km de hilo sedal (esto equivale a la distancia entre Madrid y París) de las que cuelgan un número de anzuelos estimados entre 15.000 a 28.000 unidades para capturar a los ejemplares.

Con situaciones así, es fácil entender por qué los tiburones desaparecen, y sólo basta imaginar lo que su desaparición implica para los ecosistemas marinos. 

Por todo esto, los tiburones requieren de un elevado nivel de protección. Por ejemplo, la delimitación de áreas marinas protegidas en alta mar para preservar los puntos calientes para estas especies, acompañada por la gestión en aguas costeras donde se mueven los pequeños tiburones. 

Activistas cortan las líneas de pesca que atrapó al tiburón © Pedro Armestre / Greenpeace. .

El Tratado Global de los Océanos, que se alcanzó en junio de 2023 y fue ratificado por la Unión Europea en 2024, es una herramienta legal muy útil en este sentido. A través de ella, se podrán crear vastos santuarios oceánicos más allá de la jurisdicción de los países ribereños, libres de actividades humanas destructivas. 

El objetivo es alcanzar con esta protección a 30% de los océanos del mundo para el año 2030, tal como lo estipula el Convenio sobre la Diversidad Biológica acordado por todos los gobiernos a fines de 2022. Hoy, menos del 1% de los mares alta mar está adecuadamente protegidos. El tiempo de actuar para proteger a los tiburones -y a toda la biodiversidad marina- es ahora porque lo único que da más miedo que un océano lleno de tiburones es que no haya nunca más tiburones.



Los Bronces

El proyecto minero Los Bronces Integrado pone en riesgo las reservas de agua de toda la Región. Dile ¡No!


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Author: Meri Castro

Balance de Greenpeace en el Mes del Mar: lo bueno, lo malo y lo feo sobre océanos en Chile

©  Gerardo Candia / Greenpeace

“La vida en la Tierra depende directamente de los océanos. Por esta razón es clave contar con mares sanos y protegidos de actividades que resulten devastadoras”, declara Silvana Espinosa, vocera de la organización ambientalista. 

Mayo es reconocido como el Mes del Mar y, para conmemorar la fecha, desde Greenpeace Chile realizaron un balance de lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo, con los principales hitos de nuestros océanos, en el último año. “La vida en la Tierra depende directamente de los océanos. Por esta razón es clave contar con mares sanos y protegidos de actividades que resulten devastadoras”, declara Silvana Espinosa, vocera de la organización ambientalista. 

Lo bueno: fuimos los primeros en ratificar el Tratado Global de los Océanos

Estefanía González en la ONU por el Tratado Global de Océanos © Stephanie Keith / Greenpeace

En marzo el Senado aprobó el Tratado Global de los Océanos de Naciones Unidas, lo que transformó a Chile, junto a Palau, en los primeros países del mundo en ratificar este importante acuerdo, cuyo objetivo es la conservación de la biodiversidad marina en alta mar y alcanzar el objetivo 30×30: la protección del 30% de los océanos para el año 2030.

Estefanía González en la ONU por el Tratado Global de Océanos © Stephanie Keith / Greenpeace

“Es un orgullo este avance. Estamos hablando de la adopción de uno de los tratados ambientales más importantes de las últimas décadas, en el que Chile y los países de nuestra región, tuvieron un rol clave liderando el debate a lo largo de todo el  proceso”, opina Silvana Espinosa, vocera de la organización ambientalista.

Lo malo: La impunidad de la industria salmonera

©  Gerardo Candia / Greenpeace

De acuerdo a los registros de Sernapesca, entre los años 2019 y 2021, se comprobó que 25 empresas salmoneras produjeron 686.000 toneladas de esta especie, en un total de 123 centros de cultivo, pese a que lo autorizado era 487 mil toneladas, en las regiones de Los Ríos, Magallanes y Aysén, incurriendo de este modo en infracciones a nuestra legislación ambiental. De esta sobreproducción, además, el 33% ocurrió dentro de centros de cultivo ubicados en Áreas Protegidas. Pese a lo alarmante de estas cifras y a lo grave de la falta, las sanciones no están ocurriendo.

Salmonera Las Guaitecas Aysen ©  Matias Romagosa / Greenpeace

Así lo revela una reciente investigación de Terram (en conjunto con Ciper), que tomó como evidencia los 84 casos de sobreproducción ocurridos en la Reserva Nacional Las Guaitecas, en la Región de Aysén. Según sus datos, conseguidos a través de Ley de Transparencia, 74 de ellos se encuentran prescritos y el resto se mantiene sin castigo.

“El mar patagónico es una zona de alto valor ecológico para Chile y el mundo, y en él habitan numerosos tipos aves y fauna marina, donde además de las ballenas, tenemos al delfín chileno, como la única especie de cetáceos endémica del país. Por lo mismo, resulta impresentable que en zonas que se han declarado protegidas se concentre un tercio de la sobreproducción ilegal de la industria salmonera. Es tiempo de que, frente a la evidencia, los servicios públicos involucrados (Sernapesca, Subpesca, SMA) reconozcan que estas prácticas son sistemáticas y no hechos puntuales y que avancen en sanciones reales que frenen las conductas ilegales del sector, que ya son parte de su modus operandis”, agregó la vocera de Greenpeace. 

Lo bonito: Se amplía el Área Marina Costera Protegida del Archipiélago de Humboldt

Archipiélago Humboldt ©  César Villarroel / Greenpeace

Chile  aprobó  la ampliación del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) para el Archipiélago de Humboldt, convirtiéndose en la primera de carácter birregional del país. Esto porque se extenderá por las costas sur de Atacama y norte de Coquimbo. 

Las áreas marinas protegidas de múltiples usos buscan compatibilizar la conservación y protección del medioambiente con el desarrollo de actividades sustentables. En el caso del Archipiélago de Humboldt, esta es una de las áreas más ricas en biodiversidad de la zona centro-norte del país, y abarca desde Punta Pájaros, en la comuna de Freirina (Región de Atacama) hasta Punta Poroto, comuna de La Serena (Región de Coquimbo), por el sur.

Archipiélago Humboldt ©  César Villarroel / Greenpeace

“El archipiélago de Humboldt es un tesoro natural de biodiversidad y sirve como refugio de pingüinos, nutrias y ballenas, entre otras especies. Celebramos avanzar en su protección, que a la larga se traduce en un mejor blindaje frente a la amenaza de posibles proyectos industriales, como ocurrió en el pasado con la  minera Dominga, donde afortunadamente triunfó la protección ambiental”, destacó Espinosa. 

4. Lo feo: Perdonazo a salmonera Nova Austral

Nova Austral Isla Capitán Aracena © Patricio Miranda/ Greenpeace

Hace cuatro años, centros de cultivo de la empresa Nova Austral sobreprodujeron salmones, falsificaron cifras de mortalidad y dañaron gravemente el fondo marino al interior del Parque Nacional Alberto de Agostini, en la Región de Magallanes, lo que fue comprobado y sancionado por la Superintendencia de Medio Ambiente. Entre 2016 y 2019, además, la empresa cometió fraude al fisco, al recibir $59.580 millones de pesos en subsidios que consiguió mediante la entrega de información falsa.  

Por esto último, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una querella contra la empresa y después de años de litigios, el Ministerio Público resolvió a través de un acuerdo alternativo, que le permite a la compañía pagar su deuda con facilidades tributarias, lo que a juicio de Greenpeace “es a todas luces un perdonazo para la empresa”, afirma Silvana Espinosa.

Nova Austral Isla Capitán Aracena © Patricio Miranda/ Greenpeace

“Esta decisión resulta incomprensible, sobre todo porque se trata de una empresa que, además de su extenso prontuario de daños comprobados en áreas protegidas, no deja de incumplir la ley incluso atentando contra las arcas fiscales. Pese a eso, recibe facilidades para seguir operando en impunidad”, asegura la especialista de la organización ambiental. 

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Author: Prensa Chile

La protección que aún le debemos a nuestros océanos

Mortandad de salmones en el Fiordo Comau @ Alvaro Vidal Greenpeace

Por Estefanía González, subdirectora de Campañas de Greenpeace 

A comienzos de este año, el Senado chileno aprobó el Tratado Global de los Océanos de Naciones Unidas, lo que nos permitió convertirnos en el primer país en el mundo, junto a Palau, en ratificar este acuerdo, un hito enorme para la protección de la diversidad de nuestros océanos y que hasta el día de hoy nos enorgullece.

El continuo afán de crecimiento de las economías del mundo ha empujado a la extracción inescrupulosa de recursos de todos los territorios, y el marítimo no ha sido una excepción. La pesca industrial, la salmonicultura, la minería submarina, entre tantas otras, están degradando de forma acelerada nuestros océanos y la única posibilidad de sanarlos viene desde una adecuada protección.

Estefanía González, subdirectora de Campañas de Greenpeace , en la ONU por el Tratado Global de Océanos
© Stephanie Keith Greenpeace

Es precisamente ahí donde radica la importancia de este acuerdo, que permite proteger el 30% de los océanos del mundo para el año 2030, algo que la ciencia ha establecido como necesario para que los mares del mundo tengan la oportunidad de recuperarse.

Sin embargo, y pese al liderazgo de Chile para la protección de las aguas internacionales a través de este importante tratado, lo cierto es que poco o nada se está haciendo dentro de nuestro país para avanzar en la protección efectiva de los ecosistemas costeros. Me referiré a un asunto que se sigue promoviendo o permitiendo desde el Estado aún cuando está degradando los territorios: el fomento a la expansión de la salmonicultura.

Esta industria se ha posicionado como la segunda exportadora del país, creciendo año a año, tanto en producción como en ganancias. Pero su desarrollo no ha sido inocuo para los territorios, sino que ha dejado una estela de contaminación y degradación de fondos marinos y la biodiversidad en general.

Sin ir más lejos, en 2023 un relator especial sobre derechos humanos y medio ambiente de la ONU, David R. Boyd, visitó diversos lugares en el país, con el objetivo de documentar y conocer de primera fuente los principales conflictos medioambientales que enfrenta nuestro país. Al terminar su visita, aseguró haber sido testigo de las “flagrantes violaciones cometidas durante años a su derecho (de las comunidades) a vivir en un ambiente limpio, saludable y sostenible”, haciendo una especial mención a los daños ecológicos a ecosistemas ocasionados por la industria salmonera en los mares del sur del país.

Residuos de la industria salmonera en la Reserva Kawésqar Estero Cordova © Cristóbal Olivares

La industria salmonera una y otra vez nos ha mostrado la peor cara de la avaricia empresarial con sus ‘accidentes’, contaminaciones, mentiras, fraudes al fisco y la sobreproducción de especies, llevando a los ecosistemas donde se ha insertado al límite. Pese a ello, el Estado obvía sus faltas y no sólo no les impone sanciones, sino que las pocas veces que lo hace, luego las retira, como se ha visto en innumerables casos. Que el Ejecutivo, y el Estado en su conjunto, avale estas conductas, va directamente en contra del liderazgo internacional que Chile muestra en materia de océanos y contra los ejes programáticos de este mismo gobierno. 

Este 8 de junio conmemoramos el Día Mundial de los Océanos, una fecha creada para concientizar sobre su relevancia de estos ecosistemas sobre toda la vida en la Tierra, su rol en la regulación climática global, así como educar acerca de las amenazas que los afectan.

Reclamo de Greenpeace en la Patagonia Chilena © Martin Katz Greenpeace

En el marco de esto, reconocemos el liderazgo de Chile en su política exterior en materia de océanos, pero invitamos a las autoridades a mostrar consecuencia en el ámbito local, recuperando el rumbo en la materia y a comprometerse en serio con la defensa de nuestros ecosistemas costeros, especialmente en la Patagonia donde la industria salmonera está asfixiando al mar y toda su biodiversidad. 



Freno a la expansión salmonera 

Ya hay más de 1.300 proyectos salmoneros aprobados entre las regiones de Los Lagos y Magallanes ¡y van por más!


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Author: Prensa Chile

6 cosas que puedes hacer hoy por los océanos

El océano es una de las grandes maravillas de nuestro planeta, tan asombroso que desde sus profundidades surgieron todas las formas de vida conocidas. Además de que, por su sola existencia, moldea la cultura de millones de personas a la par que sorprende con su inmensa biodiversidad y su fuerza intrínseca. 

Un pequeño grupo de peces dorados marinos refugiados bajo un alero decorado con corales.

Sin embargo, la avaricia corporativa -desplegada a través de la pesca industrial, la contaminación marina y el cambio climático – está llevando al océano a tocar sus propios límites. Mientras, las comunidades costeras y los pescadores dan su lucha para frenar esos intereses empresariales que se imponen ante los derechos de las personas y las comunidades. 

A este panorama se suma el avance de la minería en aguas profundas. Se trata de una actividad muy peligrosa que, en su afán de buscar minerales, pondrá en riesgo zonas naturales que aún no alcanzamos a conocer en detalle.

Por todo esto, Diego Gonzaga, editor de contenido en Greenpeace Internacional, propone 5 formas de tomar acción y ayudar a proteger el océano, a los derechos de quienes dependen de él y nuestro futuro:

1. Pedir a los líderes mundiales que ratifiquen el Tratado Mundial de los Océanos 

El Tratado fue adoptado por la Organización de las Naciones Unidas en junio de 2023 y fue un enorme paso adelante en cuanto a la protección de los ambientes marinos.  Así comenzamos a contar con una herramienta clave para crear áreas preservadas donde la biodiversidad no sólo se pueda recuperar de las actividades industriales y la contaminación sino que también pueda prosperar.  

Pero aún queda mucho por hacer. Por empezar, porque para que el Tratado Mundial de los Océanos entre en vigor se necesita que 60 gobiernos lo incorporen dentro de sus leyes nacionales. Al momento, de los 90 países que lo firmaron, sólo 6 lo ratificaron. 

El tiempo apremia porque hay que alcanzar la meta para junio de 2025, de lo contrario el documento perderá vigencia .

En consecuencia, debemos pedir a nuestros dirigentes que lo ratifiquen ??.

2. Detener la industria de la minería en fondos marinos antes de que comience

El fondo marino es la última frontera virgen de la Tierra. Pero eso le importa poco a la industria minera que se lanzó en una carrera para extraer metales y minerales como cobalto, níquel, magnesio y cobre del lecho marino, con la excusa de que se los necesita para hacer la transición hacia energías limpias (además, de paso, de sacar provecho para usos militares). 

Por suerte, estamos a tiempo de evitar que máquinas gigantes -que pesan tanto como una ballena azul- saqueen el prístino fondo del océano, destruyendo todo a su paso. 

El apoyo a esta causa está creciendo desde la sociedad civil. Ya son más de 800.000 personas de todo el mundo las que se sumaron al movimiento para aumentar la presión política y detener esta actividad antes de que comience.

3. Apoyar a las comunidades costeras

Son millones los hombres y mujeres cuyas vidas, tradiciones y cultura están conectadas al océano. Es que este vasto ecosistema no sólo provee de oxígeno y comida, sino que es parte constitutiva de la sabiduría ancestral de las comunidades costeras y de muchos pueblos indígenas. 

Sobre ellos -y todo su universo ligado al mar- recaen las consecuencias de la pesca industrial, la contaminación por plásticos y la exploración petrolera, amenazando su hogar  y formas tradicionales de subsistencia. 

Por todo esto, brindar apoyo a las comunidades indígenas y costeras, a los pescadores y trabajadores locales es la mejor manera de ayudarlos a proteger sus medios de vida y de cuidar el océano para todos.

Por eso una de las acciones que realizamos desde Greenpeace, por ejemplo, es pedir en Tailandia un área marina protegida inclusiva, co-gestionada por las comunidades locales y las agencias gubernamentales, para abordar la destrucción marina que afecta al clima y la seguridad alimentaria.

4. Cerrar el grifo de la contaminación plástica 

Desde la Gran Mancha de Plástico del Pacífico a las imágenes que llegan a diario de animales marinos atrapados en redes o confundiendo basura por comida, no caben dudas de que nuestro océano paga el precio de la contaminación que generamos desde las ciudades. 

Solucionar este nivel de polución sólo será posible si cerramos el grifo de la producción de plástico. Y este año tenemos la oportunidad de hacer historia ?

Los líderes mundiales están discutiendo un Tratado Mundial de Plásticos, un acuerdo que puede ayudar a recortar la producción de este material de forma drástica, y con ello, detener la fuente de la polución misma. 

Ahora más que nunca necesitamos un movimiento global que demande que este documento sea realidad.

5. Frenar la industria de los combustibles fósiles

Las temperaturas globales tanto de la atmósfera como del océano siguen en alza. Entonces, no sorprende que la Gran Barrera de Coral haya sufrido un nuevo blanqueamiento debido al calor del agua del mar, lo que constituye una amenaza real para toda la vida que habita en ella. 

Al mismo tiempo, los derrames de petróleo son un peligro que se repite con frecuencia en los mares del mundo, causando la muerte de la fauna marina y amenazando el sustento de las comunidades marinas y los pescadores artesanales. 

Sin embargo, esto no frena a la industria de los combustibles fósiles que sigue expandiéndose y generando enormes ganancias monetarias a sus accionistas.

Es por esto que en una gran hazaña, nuestros activistas escalaron y ocuparon con éxito una plataforma petrolera de Shell en el Mar del Norte. Esta acción expuso las ganancias récord de Shell, logradas a costa de nuestro futuro. 

Lo cierto es que lo que menos necesita nuestro planeta son más exploraciones petroleras y, al fin, la industria petroquímica está sintiendo la presión de toda la sociedad civil que pide que se hagan responsables de su papel en la crisis climática. Por eso, no daremos ni un paso atrás ?.  

6. Sumarse al movimiento ?

Ya sea firmando una petición o apoyando a tu comunidad de manera local, hay muchas maneras para ayudar a proteger los océanos. 

Te invitamos a tomar acción como voluntario con nosotros o a apoyarnos financieramente. Recuerda que Greenpeace es una organización independiente que no acepta dinero de empresas ni gobiernos. Todo nuestro trabajo es financiado por personas como tu, que aman nuestro planeta y nuestro futuro. Cada acción cuenta ?.


Un grupo de activistas de Greenpeace se presentó en la Maratón de Santiago de Chile para denunciar el avance de la industria salmonera en la Reserva Nacional Kawésqar en la Patagonia chilena.


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Esta nota se publicó en Greenpeace International

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Author: Meri Castro

Día Mundial de los Océanos: “El claroscuro de los mares de Chile”

Greenpeace destaca la ratificación del Tratado de los Océanos a nivel mundial y hace un llamado a preocuparse por la gestión local y  la protección de los mares en la Patagonia Chilena. 

8 de junio de 2024. La celebración del Día Mundial de los Océanos se constituye como un evento a nivel internacional cuya finalidad es hacer conciencia sobre las problemáticas que afectan a los mares y sus ecosistemas. Es en esta conmemoración donde la organización ambientalista, Greenpeace, señala el claroscuro de la situación de nuestro país, en esta materia. 

A nivel internacional, destacan la gestión del Estado como uno de los primeros países del mundo en aprobar el Tratado Global de los Océanos, que busca proteger el 30% de las aguas internacionales para el año 2030.  Esto incluye la creación de áreas marinas protegidas en alta mar, la promoción del uso sostenible de los recursos genéticos marinos, la evaluación de los impactos ambientales y el aseguramiento de un reparto equitativo de los beneficios, de modo que también se favorezca a los países en desarrollo.

Estefanía González, subdirectora de campañas de Greenpeace Chile, durante las negociaciones del Tratado Global de los Océanos en la ONU. © Stephanie Keith  Greenpeace

Sin embargo, en la gestión local, Greenpeace hace un llamado, a través de impactantes fotografías, a reconocer los impactos de la salmonicultura sobre los ecosistemas marinos de la Patagonia de nuestro país.

Impactos de la Salmonicultura en mares chilenos

1. Opera en zonas de alto valor ecológico: En Chile vive el 46% de los cetáceos del mundo y nuestra Patagonia alberga el 34% de ellos. Esto nos dota de ecosistemas con una biodiversidad significativa y de paisajes hermosos reconocidos a nivel mundial. Pese a su enorme valor, esta zona se encuentra amenazada por el avance de la salmonicultura.

La Patagonia norte chilena es la zona de alimentación más importante de la Ballena Azul del Pacífico Sur Oriental, una especie considerada en peligro de extinción. © Cristina Harboe Greenpeace

2. Contaminación del fondo marino aguas: por el constante abandono de basura y desechos plásticos en los fiordos y canales patagónicos, además de la contaminación por fecas y alimento no consumido por los salmones. 

Estructuras abandonadas por las salmoneras se entremezclan con la biodiversidad del fondo marino en el Archipiélago de las Guaitecas en la Región de Aysén. © Eduardo Sorensen Greenpeace 

3. Generación de condiciones anaerobia: se trata de la pérdida parcial o total de oxígeno en el mar, lo que se ha detectado que ocurre en el 50% de las concesiones de salmonicultura en operación en la Región de Magallanes. Esto afecta directamente las condiciones de vida de las especies que lo habitan.

La pérdida parcial o total de oxígeno como consecuencia del cultivo de salmones afecta las condiciones de vida de toda la biodiversidad marina. © Martin Katz Greenpeace

4. 1.389 concesiones otorgadas en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes: Alrededor del 30% de las concesiones otorgadas en estas tres regiones se ubican dentro de áreas protegidas y de las que se encuentran en trámite, el 45% pretenden también instalarse dentro de estas áreas. La mayoría de las concesiones otorgadas se ubican en la región de Aysén, con más de 700 y existen otras 158 en trámite, donde la mayoría pretende instalarse en la región de Magallanes.

Jaula salmonera de una de las más de 700 concesiones otorgadas en la región de Aysén. © Matias Romagosa Greenpeace

5. Basura plástica en la superficie: Los desechos de la producción de la industria de la salmonicultura en la superficie son evidentes. Sacos de comida de salmones, cuerdas, tuberías plásticas y jaulas de cultivo de salmones abandonadas, son algunas de las basuras que intervienen en el desarrollo de la biodiversidad de las especies de la zona.

Abandono de basura y demás desechos contaminantes de la industria salmonera en la Reserva Nacional Kawésqar. © Cristóbal Olivares Greenpeace



Freno a la expansión salmonera 

Ya hay más de 1.300 proyectos salmoneros aprobados entre las regiones de Los Lagos y Magallanes ¡y van por más!


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Author: Prensa Chile