La reciente visita del abogado y vocero del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés), Robert Kennedy Jr., hizo destacar el rol opositor que protagonizan las agrupaciones ambientalistas y ecologistas en torno al desarrollo de proyectos hidroeléctricos en el país.
HidroAysén (cinco centrales hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua, 2.750 MW) se ha transformado en el principal blanco de movimientos ecologistas y de las ONGs ambientalistas, los que se han congregado bajo el amparo de Patagonia sin Represas.
Pero la contracampaña no sólo se centra en el proyecto de Aysén. Los mismos socios en el megaproyecto enfrentan esta realidad en otros lugares del país, al igual que otras firmas del sector, como AES Gener y SN Power, a través de su filial Trayenko.
Más allá de la labor de los organismos medioambientalistas como Ecosistemas y Chile Sustentable, el método que utilizan los opositores es similar: sitios web alertando de los proyectos o creados con la exclusiva finalidad de oponerse al mismo; manifestaciones que llamen la atención mediática (juntas de accionistas, reuniones entre empresas y autoridades o medios de comunicación), y el “reclutamiento” de figuras de alto perfil público (cantantes, actores y otros) que solidaricen con la causa.
El caso más bullado ha sido el de SN Power, que a través de la coligada Trayenko busca emplazar cuatro centrales de pasada en Panguipulli y Futrono.
La empresa, que aún no toma la decisión de negocios respecto de la iniciativa, ha realizado reuniones y actividades para dar a conocer el proyecto con las comunidades, tanto en Chile como en Noruega. El vicepresidente ejecutivo para Latinoamérica de SN Power, Nils Husby, incluso ha ofrecido eliminar una central, para darle viabilidad a la obra.
Un punto en el que han puesto especial hincapié las eléctricas es en el trabajo informativo con los habitantes de las comunas donde buscan desarrollar los proyectos. Estas labores comunicacionales por ley son obligatorias recién una vez que ha comenzado el trámite ambiental del proyecto, pero en la práctica las empresas las realizan desde meses antes.
Endesa, por ejemplo, se encuentra realizando estudios de prefactibilidad técnica para un proyecto que busca levantar dos centrales de pasada en la zona cercana a Neltume y Panguipulli, en la Región de los Ríos.
Aunque la decisión de levantar las centrales Choshuenco y Neltume (600 MW entre ambas) aún no se toma ni tampoco existe el EIA, la firma ya se ha contactado con todos los representantes comunales de la zona, e incluso implementó un plan de capacitación en diversos oficios para 200 personas residentes en dichas comunas.
Trabajo comunal
AES Gener, en tanto, llegó a una solución técnica para su proyecto Alto Maipo (dos centrales de pasada, 531 MW) que le permitió modificar los trabajos en la zona de El Manzano, uno de los principales reclamos que tenían los habitantes de San José de Maipo.
En el caso de Colbún, que busca levantar la central Angostura (309 MW) en la comuna de Santa Bárbara (Región del Bío-Bío), la compañía ha asumido un rol proactivo, y aún cuando el proyecto está en fase de ingeniería, sin que exista el EIA, ya se ha reunido con los alcaldes, consejeros municipales, parlamentarios, juntas de vecinos y gremios empresariales para explicar el proyecto.
Estas son algunas de las medidas adicionales que han tomado las empresas para poder concretar estas obras, que sumadas a otras iniciativas como las de Pacific Hydro (555 MW en el valle del Cachapoal) y las que tiene la misma empresa junto a SN Power en el valle del Tinguiririca (La Higuera y la Confluencia, 310 MW), permitirán agregar más de 5.565 MW de potencia instalada al Sistema Interconectado Central (SIC).
Estrategia
Los ecologistas buscan impacto mediático y reclutan figuras internacionales para hacer notar su oposición
Fuente: www.emol.com
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