El gobierno japonés anunció hoy que ha decidido suspender la captura de ballenas jorobadas, que iba a emprender este año por primera vez desde la moratoria impuesta en 1963 y que había creado una fuerte controversia internacional.
El ministro portavoz japonés, Nobutaka Machimura, indicó que la caza de esas ballenas quedará suspendida mientras se negocia la reforma de la Comisión Ballenera Internacional, pero se mantendrá la llamada campaña científica para la captura de los otros cetáceos, según informó la agencia local Kyodo.
Los balleneros nipones tenían previsto cazar este año 50 ballenas jorobadas, además de 850 ballenas mink y medio centenar de ballenas de aleta pretextando fines científicos, pero su campaña ha estado rodeada este año de una especial controversia.
El gobierno de Australia decidió vigilar con barcos y aviones en la inminente campaña anual de los balleneros japoneses, en una operación dirigida desde la nave “Oceanic Viking”, para demostrar que no hay fines científicos en la campaña nipona.
El hecho de que los japoneses anunciasen su decisión de capturar este año la especie protegida de ballena jorobada no hizo más que azuzar las críticas.
La ballena jorobada, también conocida como yubarta, es un cetáceo de 40 toneladas de peso que pude llegar a medir 20 metros, con un cuerpo característico que recuerda a una joroba.
Esta especie es una de la especies más observadas por los turistas que contratan empresas de avistamiento de ballenas en todo el mundo, una industria que genera millones de dólares cada año.
Junichi Sato, responsable de asuntos marítimos de la organización ecologista Greenpeace, expresó su satisfacción por el hecho de que Japón abandone su intención de cazar esas especies protegidas, pero subrayó que mantiene su campaña ballenera.
Sato señaló que ello supondrá que Japón seguirá cazando mil ballenas este año, como hizo en 2007, y urgió a los balleneros nipones a que dejen de capturar estos cetáceos por completo.
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