Firma presentó recurso administrativo para reponer discusión en la Corema
A día de comenzar a funcionar la Región de los Ríos, la Celulosa se juega su última carta en los Lagos para que se levante la restricción vigente desde 2005 y volver a producir como lo hacía antes del desastre ecológico. El grupo Acción por los Cisnes se opone a levantar la medida y denuncia que informe demostrará que aves están muriendo nuevamente por metales pesados.
La Comisión Regional del Medio Ambiente de la Región de los Lagos analizará hoy una solicitud presentada por Celco para que se levante la restricción a la producción que pesa sobre la planta Valdivia apelando al “silencio administrativo”, recurso legal que se utiliza cuando organismos del Estado no han dado respuesta a una petición en un tiempo determinado.
Según investigó La Nación la comisión no se pronunciará sobre el fondo de la petición de Celco, sino que sólo se estudiará si corresponde acogerla.
En junio de 2005 y luego que se determinó la responsabilidad de la planta de Celco en el daño ecológico del humedal del río Cruces, la Corema resolvió restringir en un 80% la producción a la espera que esta industria diera cumplimiento a nuevas disposiciones ambientales, entre las que se cuenta buscar una salida alternativa para sus residuos líquidos, plazo que vence en 2009.
Desde 2006 y a través de declaraciones públicas de sus personeros en 2007, la firma ha sostenido que ha dado cumplimiento a las exigencias impuestas, pero no ha recibido ninguna respuesta concreta por parte del Gobierno para aumentar la producción a un 100%.
Metales pesados en cisnes
La puesta en tabla del tema Celco tiene intranquilo al grupo Acción por los Cisnes. Uno de sus voceros, José Araya, señaló que cualquier materia vinculada a la planta tenía que ser resuelta por la nueva Región de los Ríos que comenzará a operar la semana siguiente.
Además, recordó que no se puede incrementar la producción si no se termina de evaluar el nuevo sistema de tratamiento de riles que presentó Celco.
Pero el mayor argumento que los ambientalistas tienen bajo la manga para no permitir que se levante la restricción, es que el humedal todavía no se recupera del daño y que los cisnes siguen muriendo.
“En el santuario no hay ningún cambio, es más, se ha conocido la muerte de nuevos cisnes, que incluso han presentado los mismos daños de los cisnes del año 2004”, dijo.
Al respecto, precisó que la U. Austral ya habría determinado que el cisne con daño neurológico que falleció en junio, al igual que otros dos más, murieron por la presencia de metales pesados presentes en el humedal.
Fuente: www.lanacion.cl
Deja un comentario