Debe ser difícil encontrar dentro del reino animal a criaturas más adorables que a los pingüinos. Cada 25 de abril se celebra su día y eso (sumado a que son tan lindos ) nos pareció una excusa perfecta para dedicarles esta nota.
Su plumaje, la forma de andar, cómo se zambullen y nadan: los pingüinos tienen ese “no se qué” que los diferencia del resto y nos hace amarlos. Tan distintos son que hablamos de las únicas aves no voladoras adaptadas al buceo propulsado por las alas.
Como leíste, estos personajes de la naturaleza son de los pocos que pueden permitirse la contradicción de ser aves (marinas) pero no volar. Lo de ellos es estar en el agua, no en el cielo: viven 70% de su vida en los océanos, en particular en los del hemisferio sur.
Cuando de estos seres se trata, el Sur manda. De las 18 especies y 6 géneros que existen, una buena parte habita en la Antártida Argentina. A saber : Emperador, Magallánico, Barbijo, Vincha o Papúa, Macaroni, Penacho Amarillo y Penacho Anaranjado.
Además, la colonia de pingüinos de Magallanes más grande del mundo está en Argentina, en la Reserva Natural de Punta Tombo (Chubut). Allí durante la época de reproducción se pueden encontrar más de un millón de individuos.
Pero todo el encanto y la simpatía que tienen no los libera de los mismos peligros que acechan a todas las formas de vida del planeta: el cambio climático y el impacto de ciertas actividades del ser humano.
Cambio climático vs pingüinos
A través de los años, distintos equipos de especialistas de Greenpeace recorrieron la Antártida para monitorear el estado de situación. La cronología de anuncios más recientes deja a las claras que los pingüinos se ven afectados por los cambios en su hábitat producto del calentamiento global, el derretimiento de los hielos, etc.
En 2020 se descubrió que las colonias de pingüinos barbijo en la isla Elefante se habían desplomado, y algunas de ellas habían disminuido en el número de individuos hasta en un 77% en los últimos 50 años.
En febrero de 2022 la expedición a bordo del barco Arctic Sunrise confirmó que los pingüinos papúa o juanito (Pygoscelis papua) se están reproduciendo más al sur como consecuencia de la crisis climática. Se trataría del registro más meridional de pingüinos juanito reproductores en el lado oriental de la Península Antártica.
Un estudio difundido por Reuters a fines de 2022 ratificó esta tendencia. El estudio científico en cuestión estimó que la población de pingüinos emperadores en la Antártica se reducirá en al menos 1/5 para el año 2.100 a causa del calentamiento global.
Ese mismo año, el hielo marino alcanzó la extensión más baja registrada por satélite en su historia mientras el casquete polar está perdiendo masa tres veces más rápido ahora que en la década de 1990.
¿Qué esperar cuando el hogar de los pingüinos -la Antártida- tiene partes que se están calentando más rápido que cualquier otro lugar del planeta? Las consecuencias sólo pueden ser negativas: se ven forzados a cambiar sus rutas en busca de alimento cuando éste escasea, se relocalizan porque las zonas de hielo donde procreaban desaparecen, etc.
Actividades humanas vs pingüinos
Como si el cambio climático no fuera suficiente complicación para la vida de los pingüinos, hay actividades humanas que atentan contra sus espacios y su supervivencia.
Por ejemplo, entre agosto y noviembre del 2021 cientos de pingüinos fueron masacrados cuando se trabajó dentro de una zona que debería haber estado protegida (sobre el Área de la Colonia de Pingüinos de Magallanes y la ribera marina Punta Clara). Usando una retroexcavadora se abrieron caminos, se realizaron desmontes de vegetación nativa y movimientos de suelo. El resultado: se destruyeron al menos 175 nidos.
Desde Greenpeace y junto a la Asociación de Abogados Ambientalistas presentamos una denuncia penal ante las autoridades de la provincia para hacer justicia y proteger a estas especies.
Este nivel de desidia es el mismo con el que se busca llevar adelante la exploración sísmica para extraer petróleo en el Mar Argentino, hogar de 6 especies de pinguinos (de Magallanes, penacho amarillo, penacho anaranjado, de barbijo, de vincha o papúa y rey.)
Basta imaginar que se realizan disparos de aire comprimido en el mar, las 24 horas del día durante meses para localizar petróleo en el fondo marino para entender que se trata de un verdadero bombardeo acústico que repercute en estas aves buceadoras tanto social como fisiológicamente, desplazándolos de sus zonas de alimentación y de sus hábitats naturales.
Frente a todas estas amenazas, al menos ahora contamos con el Tratado Global de los Océanos que ayuda a proteger zonas que son vitales para la salud de nuestros océanos globales y para todas la fauna que los habita, incluidos los pingüinos.
Sin embargo, luchar para frenar el cambio climático es la solución definitiva. ¿Te sumas?
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Author: Meri Castro
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