Los avistamientos de cetáceos constituyen prácticas comerciales en 18 países latinoamericanos, detalló la investigación presentada en la 60 reunión de la Comisión Ballenera Internacional, que se realiza en Santiago.
El turismo ballenero deja 280 millones de dólares anuales en América Latina, reveló un estudio conocido hoy martes en Chile, durante la 60 reunión de la Comisión Ballenera Internacional, que se realiza en Santiago.
Los avistamientos de cetáceos constituyen prácticas comerciales en 91 comunidades de 18 países latinoamericanos, detalló la investigación, titulada “Estado de la Observación de Ballenas”.
El texto, financiado por Internacional Fund for Animal Welfare, Global Ocean y Whale and Dolphin Conservation Society, agregó que este comercio creció un 11,3 por ciento promedio entre 1998 y 2006.
Dicha expansión quintuplicó el ritmo de aumento del turismo en la región, aunque con serias diferencias, entre países. En Costa Rica, el incremento fue de 74 por ciento, mientras que en Chile, Ecuador, Colombia y Argentina osciló entre 19 y 15 por ciento.
En total, el turismo de avistamientos de ballenas generó el último año uno 80 millones de dólares en ingresos directos para las comunidades costeras beneficiarias.
“Pero este crecimiento está planteado problemas al manejo de esta actividad”, planteó el investigador argentino Miguel Iñiguez, uno de los autores del documento.
Sólo en Argentina, más de 245.000 personas practican este tipo de actividad, principalmente en la Patagonia. Otros 230.000 lo hacen en Brasil, seguido de México (170.000), Costa Rica (105.000) y Ecuador (43.000).
El estudio concluyó que aún es posible diversificar la actividad, toda vez que en la región está presente el 75 por ciento de todas las especies de cetáceos conocidas.
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